Shane Devon Tamura, de 27 años, dejó su lugar de residencia en Las Vegas (Nevada) y durante varios días recorrió en su BMW los más de 4.000 kilómetros que le separaban de Nueva York. Hay constancia de que circuló por Colorado, Nebraska y que el domingo estaba por Iowa.
Este lunes por la tarde llegó a Manhattan, aparcó en doble fila, junto al 345 de Park Avenue, a la altura de la calle 52, y entró en un rascacielos corporativo de 44 pisos armado con un rifle estilo AR-15 y en el vestíbulo empezó a disparar. Antes de suicidarse, dejó cuatro muertos, incluido un policía fuera de servicio que hacía de vigilante del edificio, y al menos cuatro heridos, alguno en estado grave.
El primero que cayó fue el agente Didarul Islam, de 36 años, inmigrante de Bangladesh con tres años y medio de experiencia en el cuerpo, padre de dos hijos y su esposa embarazada del tercero. La otras tres víctimas mortales (dos mujeres y un hombre) también cayeron en el lobby, donde se parapetó, ante de que el pistolero cogiera un ascensor, del que dejó salir a una mujer sin atacarla, y se dirigió al piso 33, donde hirió a otra persona y se quitó la vida de un disparó en el pecho.
El pistolero se dirigía a la sede de la NFL, según el alcalde de Nueva York
El alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, ha confirmado que el atacante se dirigía a la sede de la NFL, la liga de fútbol americano, pero se habría equivocado de ascensor al acceder al edificio. La investigación se centra ahora en una nota incoherente encontrada en su cuerpo, en la que sugería tener una queja contra la NFL y en la que afirmaba padecer de encefalopatía traumática crónica. “No puedes ir contra la NFL, te aplastarán”, mencionaba la nota, refiriéndose también al caso de Terry Long, un exjugador de esta liga que murió tras beberse un galón de anticongelante y que padecía de esta enfermedad.
El pistolero había jugado al fútbol americano en el instituto en California hace casi dos décadas. La nota también incluía una una despedida: “Estudien mi cerebro, por favor. Lo siento. Dile a Rick que lo siento por todo”.
Según la comisionada de la policía neoyorquina (NYPD), Jessica Tisch, señaló en rueda de prensa que el pistolero “tiene una historia de antecedentes de salud mental”. El alcalde Eric Adams remarcó que “todavía estamos desentrañando lo que ha ocurrido”.
Los investigadores hallaron dentro del coche, registrado a su nombre, un estuche de fusil con munición, un revólver repleto de balas, munición, cargadores, así como una mochila y medicamentos recetados a Tamura, según Tisch.
El tiroteo se produjo en una zona de Manhattan en la que se encuentran el Rockefeller Centre y la catedral de San Patricio, un área donde los ataques con armas son algo prácticamente desconocidos.

La policía trata de reanimar a un herido por el tiroteo en Manhattan.
El atacante fue identificado como Shane Devon Tamura, un joven de 27 años que viajó en su propio coche desde Las Vegas
Tamura disponía de permiso de armas expedido en Nevada. Su fechoría propició un despliegue policial en Las Vegas, en la comunidad donde se halla la casa en la que residía.
La documentación hallada indica que el pistolero pasó parte de su juventud en California. En los últimos años recibió citaciones en Nevada por infracciones de tráfico y fue imputado por allanamiento.
Este es el segundo tiroteo de perfil alto que se produce en el medio Manhattan en menos de un año. El pasado diciembre, Luigi Mangione, hoy convertido en un héroe para muchos, mató al director ejecutivo de una aseguradora

Traslado de heridos tras el tiroteo.
Se trata del tiroteo masivo número 254 en Estados Unidos este año, según datos del Gun Violence Archive, que contabiliza este tipo de incidentes y considera como tiroteo masivo aquellos en los que el número de muertos o heridos es de cuatro o superior, sin incluir al tirador.