El canciller alemán, Friedrich Merz, constató ayer, con pocas palabras pero claras, el fracaso del esfuerzo mediador de Donald Trump para obtener una negociación de paz entre Rusia y Ucrania. En unas declaraciones al llegar a Fort de Brégançon –la residencia de verano de los presidentes franceses en la Costa Azul–, antes de cenar con Emmanuel Macron, Merz dijo que, “por lo que parece, no habrá encuentro entre los presidentes Zelenski y Putin”. El canciller dejó entender que Europa debe ahora repensar su estrategia.

Merz y Macron, ayer en Fort de Brégançon, residencia estival de los presidentes franceses, en la Costa Azul
Merz y Macron dirigieron unas palabras a los periodistas, sin admitir preguntas porque piensan hacerlo hoy durante una rueda de prensa. El presidente francés no se refirió a Ucrania. El canciller sí lo hizo. Según él, “por desgracia nos debemos ocupar de nuevo de este tema” y apuntó que “el contexto” ha cambiado porque no se espera que Zelenski y Putin vayan a reunirse, “al contrario de lo que se acordó entre los presidentes Trump y Putin (en Alaska) y en nuestra visita a Washington”. Merz, con semblante serio, no expresó decepción. Solo constató los hechos, de manera fría, sin más comentarios.
Dura condena al bombardeo de Kyiv: “Terror y barbarie” (Macron) y “el verdadero rostro de Rusia” (Merz)
Horas antes, a través de sus cuentas en la red X, los dos líderes habían reaccionado en términos muy severos al mortífero bombardeo ruso de Kyiv durante la noche anterior. “629 misiles y drones en una noche sobre Ucrania: ahí está la voluntad de paz de Rusia –escribió el presidente francés–. Terror y barbarie”. Macron recordó que los objetivos fueron zonas residenciales e infraestructuras civiles, además de la delegación de la UE y del British Council. “Francia condena con la mayor firmeza estos ataques sin sentido de una gran crueldad -agregó Macron-. Apoyo total al pueblo ucraniano, compasión profunda para todas las familias en duelo”.
Merz, por su parte, estimó que “Rusia ha mostrado la pasada noche su verdadero rostro”. Para el canciller, el hecho de que la delegación de la Unión Europea fuera atacada, “atestigua la pérdida creciente de escrúpulos del régimen ruso”.
Al encuentro de anoche en Fort de Brégançon seguirá hoy un consejo de ministros conjunto entre los dos países en Fort de Cap Brun, una antigua fortaleza militar al este de Toulon, cuyo puerto es una de las principales bases de la Armada francesa.
Además de las cuestiones económicas, sociales y culturales bilaterales, se dedicará una atención especial a la cooperación militar. Por eso se reunirá, por separado, el Consejo Francoalemán de Defensa y Seguridad.
Macron destacó ayer que ha habido “una gran convergencia” entre los dos países desde que Merz llegó a la cancillería, en mayo pasado, y que están en marcha proyectos nuevos en multitud de ámbitos industriales y tecnológicos como la inteligencia artificial. “Estamos perfectamente alineados”, añadió.
Berlín y París necesitan revitalizar una relación que es vital para la UE, pero que, mientras el socialdemócrata Olaf Scholz ocupó la cancillería, se resintió de la escasa química personal con Macron. De todos modos, pese a la retórica favorable, persisten escollos muy importantes como la tendencia inalterada alemana a comprar masivamente material de guerra estadounidense, en especial cazabombarderos, y no aviones franceses, como los Rafale, una espina para París y una prueba del largo camino por recorrer para una Europa fuerte y autosuficiente.