Asfixia económica contra Putin

Guerra en Europa

EE.UU. y Europa prevén más sanciones, y 26 países aceptan proteger a Ucrania

Paris (France), 04/09/2025.- Ukraine's President Volodymyr Zelensky (L) looks at French President Emmanuel Macron during a press conference following the Coalition of the Willing Summit, at the Elysee Palace in Paris, France, 04 September 2025. European leaders and Ukrainian President Volodymyr Zelensky met in Paris on 04 September 2025 in a renewed effort to pressure Russia's President Vladimir Putin after he vowed that Russia will continue fighting in Ukraine if no peace deal is reached. (Francia, Rusia, Ucrania) EFE/EPA/LUDOVIC MARIN / POOL MAXPPP OUT

Volodímir Zelenski observa a Emmanuel Macron, ayer durante una conferencia de prensa en el palacio del Elíseo 

LUDOVIC MARIN / EFE

Estados Unidos y sus aliados europeos, a pesar de sus diferencias y de las dudas que plantea siempre la actitud voluble de Donald Trump, siguen mostrando un mínimo de cohesión ante la guerra de Ucrania. Ayer confirmaron su voluntad común de imponer más sanciones económicas a Rusia, sobre todo en el ámbito energético, para obligarla a negociar un alto el fuego, así como de ofrecer garantías de seguridad a Kyiv cuando cesen las hostilidades.

Una nueva reunión en París de la llamada coalición de voluntarios, formada por 35 países en su mayoría europeos (pero a la que pertenecen también Turquía, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Japón), contribuyó a solidificar el respaldo a Ucrania y la presión sobre Vladímir Putin. Después de este encuentro híbrido, con algunos líderes presentes en el Elíseo y otros conectados por vía telemática, hubo una conversación por videoconferencia con Trump que se prolongó durante una hora y media. Pedro Sánchez tenía previsto desplazarse a París, pero una avería de su avión oficial lo obligó a dar media vuelta en pleno vuelo y regresar a Madrid, por lo que su participación fue virtual.

Uno de los anuncios más tangibles fue que 26 países han aceptado dar garantías de seguridad a Ucrania con medios terrestres, aéreos y navales. Entre ellos figuran Alemania, Polonia e Italia, que eran reticentes. No todos desplegarán efectivos sobre el terreno. Habrá diversas modalidades de implicación, como la cesión de bases o el entrenamiento de tropas ucranianas. El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que la planificación de los responsables militares está avanzada, si bien se ahorró detalles sobre número de tropas y ubicación “para no descubrir las cartas a Rusia”. La prensa ha especulado en los últimos días con que el mando conjunto lo podrá asumir el comandante supremo de la OTAN, siempre un estadounidense, y que el cuartel general de la operación se situaría el primer año en París, para después pasar a Londres. Nada de eso trascendió ayer de fuente oficial.

Macron sí subrayó la disposición inequívoca de Washington de contribuir a las garantías de seguridad, algo fundamental dada la capacidad única del Pentágono en el terreno de la inteligencia militar, defensa del cielo y otras áreas. Sin el paraguas norteamericano, muchos países se negarían a aceptar el riesgo. Un indicio del compromiso norteamericano fue la presencia en el Elíseo del enviado de Trump, Steve Witkoff.

Todos estos planes de despliegue presuponen que habrá finalmente un armisticio o al menos una tregua, algo que está por ver. Rusia insiste en su rechazo total, “cualquiera que sea la forma”, a la presencia de tropas extranjeras en Ucrania. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores en Moscú, Maria Zajárova, lo reiteró ayer.

Una nueva reunión virtual entre Trump y los aliados preserva la cohesión transatlántica ante Rusia

Enviar personal a Ucrania puede ser un riesgo, incluso cuando callen las armas. Un ejemplo fue la muerte de dos artificieros del Consejo Danés para los Refugiados que estaban trabajando en la desactivación de minas en una zona ocupada por los rusos, cerca de Járkiv, al principio de la invasión. Los dos daneses no murieron por la explosión de las minas, sino en un ataque ruso que según un responsable local ucraniano fue deliberado.

Lo más urgente, pues, es conseguir un alto el fuego, que se hace esperar por las maniobras dilatorias de Putin. Europeos y estadounidenses piensan que la estrategia de la asfixia económica progresiva en ámbitos ultrasensibles como la venta de energía puede ser la más eficaz, a través de más sanciones primarias y secundarias (contra los países que ayudan a Moscú a esquivar las primeras o que le compran energía y lo ayudan al esfuerzo bélico). Trump pidió que los europeos dejen de comprar petróleo ruso, con especial mención a Hungría y Eslovaquia. También habló de presionar a China para que no lo haga.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo que Trump está “muy descontento” con los europeos que todavía adquieren crudo ruso. “La clave de la paz es privar a maquinaria de guerra rusa de sus finanzas y sus recursos”, resumió. En la rueda de prensa, Macron confirmó que se habría evocado la presión sobre China, aunque dejó en la vaguedad cómo podría plasmarse.

Según el rotativo británico Financial Times, el paquete de nuevas sanciones podría incluir limitaciones aún más severas a las operaciones de los bancos rusos y un nuevo tope impuesto por el G-7 al precio del petróleo que Rusia exporta, que pasaría de los actuales 60 dólares por barril a 47,6 dólares. Se sabe que este tipo de medidas duelen a Moscú, cuya economía está muy lastrada por la guerra.

A la cita de París acudieron presencialmente, además de Macron y Zelenski, el presidente de Finlandia y los primeros ministros de Polonia, los Países Bajos y Dinamarca, así como la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y el presidente del Consejo Europeo, António Costa.

Washington pide a los europeos que dejen de comprar petróleo ruso y presionen a China

El anfitrión no quiso olvidarse de la dimensión moral de lo que se vive en Europa y destacó la culpabilidad rusa de una guerra que solo ella quiso. “Rusia no tiene la ley de su parte”, enfatizó Macron, y puso de relieve la mala fe de Putin de retrasar un acuerdo de alto el fuego mientras prosigue el bombardeo intensivo de la población civil. El presidente francés recordó el terrible coste humano que asume Rusia (un millón de bajas, incluidos unos 250.000 militares muertos) por unos avances ínfimos que cuantificó en menos del 1% del territorio ucraniano desde noviembre del 2022.

El estado de ánimo de los europeos lo reflejó asimismo Friedrich Merz, que no voló esta vez a la capital francesa pero concedió una larga entrevista a la revista previa Paris Match. “Todos nos equivocamos con Vladímir Putin –dijo-. Es verdad que, por mi parte, siempre fui escéptico. Pero yo también debería haber valorado con más rapidez la amenaza, mucho antes del 2022, mucho antes del ataque a Ucrania, cuando invadió Crimea en el 2014 y quizás ya en el 2008, cuando atacó Georgia”. Para el canciller alemán, “la dimensión histórica” de lo que pasa es pensar que Putin ha atacado el país más extenso del continente europeo. Según él, si Europa se esfuerza de verdad por ser más potente, podrá “tratar de igual a igual a los estadounidenses” y “salir de la debilidad y la dependencia”.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...