Spencer Cox, gobernador republicano de Utah y miembro de la iglesia mormona, convirtió la rueda de prensa para informar de la detención del presunto asesino de Charlie Kirk en un verdadero púlpito.
Dio la sensación de estar en un oficio religioso cuando reflexionó sobre la libertad de expresión y condenó la violencia política, algo cada vez más presente en la sociedad estadounidense. Desde su punto de vista moral, rogó a la gente que no vea las horripilantes imágenes de la muerte de Kirk, ni las difunda. “No es bueno para nosotros, no es bueno para el consumo”, sostuvo.
“Las redes sociales no son buenas para la humanidad”, recalcó este político amigo del trumpismo, donde las redes sociales, repletas de conspiraciones, juegan un papel esencial. Las usa el presidente Trump para potenciar mensajes falsos y las adoptó Kirk como método para demonizar todo aquello que iba contra su ideología de ultra derecha.
El gobernador consideró en esa especie de sermón que éste es “un momento decisivo” en Estados Unidos. Pero matizó que habrá que ver “si este es el final de un capítulo histórico o el principio de un capítulo oscuro”. A pesar de que nació en 1975, Cox alertó de que se podía estar a las puertas de un clima de agresividad y tragedia que le recordada a la década de 1960.
Aunque Kirk no sea más que una nota a pie de página del libro de historia comparado al presidente John F. Kennedy, su hermano Robert Kennedy o Martin Luther King y su alter ego Malcolm X, todos asesinados en aquella época, el peligro de que se caiga en una confrontación es una idea creciente entre los ciudadanos de este país.
A esto contribuye que los expertos en inteligencia han detectado una intensa labor de bots rusos y chinos incentivando la violencia tras el asesinato en el campus de Utah el pasado miércoles.