El trumpismo despide a su mártir Charlie Kirk en un multitudinario homenaje en Arizona

Estados Unidos

El presidente Trump y los miembros de su gobierno elevan al difunto activista a la categoría de mesías: “Se enfrentó al diablo para salvarnos”

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Donald Trump entra al escenario durante el servicio conmemorativo por el asesinato de Charlie Kirk, en el State Farm Stadium de Arizona.

Carlos Barria / Reuters

Un dispositivo de seguridad a la altura de un funeral de Estado, o “tan complejo como la Super Bowl”, según el jefe de la policía local, protegió ayer a los más de 70.000 asistentes a la vigilia del activista trumpista Charlie Kirk, en un estadio de fútbol americano en Glendale (Arizona). Su asesinato el pasado 10 de septiembre a plena luz del día, con un disparo certero en el cuello mientras debatía ante miles de estudiantes en una universidad de Utah, ha conmocionado a Estados Unidos y ha despertado el temor de una escalada de la violencia política, una lacra que persigue a un país donde el fundacional derecho a portar armas sigue siendo incuestionable.

Al homenaje al difunto activista de 31 años, influencer y fundador de la principal asociación política juvenil del país, Turning Point USA, asistieron destacados miembros del movimiento ultraconservador Make America Great Again (MAGA), incluidos el presidente Donald Trump, el vicepresidente J.D. Vance, o el secretario de Estado Marco Rubio. Acompañaron a las decenas de miles de seguidores llegados de distintas partes del país, que comenzaron a hacer largas colas seis horas antes de la vigilia. La multitud que llenó el estadio, a escasos kilómetros de la sede de TPUSA, ejemplificó la influencia y poder de convocatoria de Kirk, especialmente entre los hombres, jóvenes, blancos y cristianos.

Donald Trump, presidente de EE.UU.

“Charlie no odiaba a sus oponentes, quería lo mejor para ellos. Ahí es donde no estaba de acuerdo con él: yo odio a mis oponentes”

También estuvo presente la viuda, Erika Kirk, que anunció la semana pasada que relevará a su esposo al mando de su organización y advirtió a los “malhechores” responsables de su muerte: “No tienen idea de lo que acaban de desatar”. Habló a modo vengativo y en plural porque, aunque las autoridades hayan detenido al presunto asesino, el joven Tyler Robinson, y han determinado que actuó solo, la extrema derecha está culpabilizando a la retórica de la “izquierda radical” del trágico suceso. “Le perdono porque es lo que hizo cristo”, sentenció ayer, entre lágrimas, la esposa, recibiendo la ovación del público.

“Charlie se ha reunido con su creador en el cielo, su voz en la tierra resonará a través de las generaciones, y su nombre vivirá para siempre en la crónica eterna de los más grandes patriotas de Estados Unidos”, dijo Trump, el último de la veintena de ponentes, entre los que hubo siete miembros de su gobierno. “No odiaba a sus oponentes, quería lo mejor para ellos. Ahí es donde yo no estaba de acuerdo con Charlie. Yo odio a mis oponentes y no quiero lo mejor para ellos”, afirmó, anticipando que perseguirá a sus rivales políticos.

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Donald Trump charla amistosamente con Elon Musk detrás de una mampara en un palco del State Farm Stadium en Glendale (Arizona) Ross D. Franklin

Ross D. Franklin / Ap-LaPresse

En un largo discurso que se asemejó a un mitin, en el que prometió vengar la muerte de su aliado, no le faltó tiempo para otras de sus batallas políticas: “Una de las últimas cosas que Charlie me dijo fue: por favor, señor, salve Chicago. Eso vamos a hacer. Vamos a salvar a Chicago de la terrible delincuencia”, dijo, avanzando que enviará a los soldados de la Guardia Nacional a las calles de la ciudad demócrata, como ya ha hecho en Los Ángeles y Washington, en su toma militar del país. 

El presidente también habló de lo buenos que son sus aranceles para la economía, entre otros asuntos sin relación con Kirk, y anticipó que este lunes hará “el mayor anuncio médico”, pues su Administración “ha encontrado la respuesta al autismo”. Varios medios estadounidenses han informado, citando a fuentes oficiales, que prevé publicar los resultados de un estudio que presuntamente vincula el fármaco Tylenol con el autismo, pese al consenso científico que durante décadas ha afirmado que es una condición genética.

Stephen Miller, asesor principal de Trump

“No pueden concebir el ejército que han despertado en todos nosotros, porque defendemos el bien frente al mal”

El vicepresidente Vance, como cada uno de los participantes, insistió en que el tiroteo ha convertido a Kirk en un “mártir” del movimiento MAGA y “de la fe cristiana”. El principal asesor de Trump, Stephen Miller, insistió en esa idea: “Pensaron que podían matar a Charlie Kirk, pero lo han inmortalizado”. Y añadió: “No pueden concebir el ejército que han despertado en todos nosotros, porque defendemos lo que es bueno, lo que es virtuoso, lo que es noble”, dijo, enmarcando la lucha como una batalla entre “el bien y el mal”.

La Casa Blanca ha encontrado en el martirio de Kirk una renovada justificación para perseguir a sus adversarios políticos, incluidos congresistas, activistas, donantes, fiscales y hasta presentadores de late shows, a quienes aglomera en un mismo grupo al que ha demonizado. La “izquierda radical” es, según la Casa Blanca, el único responsable de la violencia política en el país, a pesar de que las estadísticas digan lo contrario.

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Sin ir más lejos, hace tres meses, otro disparo acabó con la vida de la congresista estatal demócrata de Minnesota Melissa Hortman. Sin embargo, entonces no hubo luto nacional, ni banderas a media asta, ni ningún miembro de la Casa Blanca asistió al funeral, que tampoco tuvo la misma promoción ni simbolismo. El día del asesinato de Hortman y su marido, Trump estaba celebrando en Washington un desfile militar por su cumpleaños.

Las principales televisiones del país retransmitieron en directo el homenaje a Kirk, repleto de referencias bíblicas, que elevaron a la categoría de mesías la figura del ultraderechista. “Charlie y Dios nos guían”; “se enfrentó al diablo para salvarnos”; “se sacrificó por nosotros”; “Dios gobierna y salvó a nuestro presidente”, o “presenciamos un milagro”, fueron algunos de los mensajes que los familiares y allegados Kirk enviaron al pueblo estadounidense, vinculando el destino del movimiento MAGA a la voluntad de un ser divino, en una retórica digna de un régimen teocrático.

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