La ultraderecha de Brasil busca un líder. A falta de un año para las elecciones generales, el Partido Liberal ya no puede contar con su cabecilla, el expresidente Jair Bolsonaro, condenado a 27 años y tres meses de cárcel por liderar un intento de golpe de Estado.
Pese a que los conservadores intentan sacar adelante una amnistía impulsada por Washington para el acérrimo amigo de Donald Trump, lo cierto es que su declive político no es lo único que preocupa a sus socios: también lo hace su deterioro físico.
Desde que resultó apuñalado en plena campaña electoral, en el 2018, la salud de Bolsonaro se ha ido deteriorando y ha tenido que pasar varias veces por el quirófano por culpa de graves problemas intestinales. Por si fuera poco, el pasado miércoles le detectaron un cáncer de piel “precoz”, después de que fuera trasladado de urgencia al hospital, donde le retiraron ocho lesiones en la piel. Ante la debilidad del expresidente y las pocas esperanzas de conseguir la amnistía, se perfilan en el horizonte varios candidatos a liderar a la ultraderecha en su ausencia. Una sucesión urgente que pone en el punto de mira tanto a familiares como a socios políticos afines.
El gobernador de São Paulo se sitúa como el principal candidato a la sucesión del expresidente
En las vísperas del inicio del juicio por intento de golpe de Estado contra Bolsonaro, los hijos del acusado criticaron los intentos por reemplazar a su padre antes de conocerse el estricto veredicto. Sin embargo, el tercero de sus hijos ha ganado fuerza como uno de sus posibles sucesores, y algunos le sitúan como uno de los mejor posicionados para sustituirlo como candidato. Eduardo Bolsonaro ha sido una pieza clave como constructor de las relaciones internacionales de su padre desde Estados Unidos, donde permanece tras ser acusado en Brasil por intentar entorpecer la investigación contra el expresidente. Con su campaña entre los congresistas conservadores contra la prisión de su padre, Eduardo ha sido uno de los impulsores de las sanciones contra Brasil por parte del Gobierno de Trump, como los aranceles o la restricción de visados para funcionarios brasileños. Estas sanciones continuan llegando, y la última afectada ha sido la esposa del juez del Tribunal Supremo de Brasil, Alexandre de Moraes.
También dentro de su familia, la esposa del expresidente, Michelle Bolsonaro, goza de cierta estima entre los seguidores de la ultraderecha. Su vínculo con la sección femenina del Partido Liberal ha impulsado su popularidad, y su imagen de esposa tradicional y madre de cinco hijos le ha hecho ganar adeptos en el sector conservador del país. El hijo mayor de Bolsonaro, Flávio, también es bien visto por muchos socios políticos de su padre, al ser algo más moderado que el resto; sin embargo, sus reticencias a suceder al exmandatario lo sitúan por debajo en las quinielas de una futura candidatura a la presidencia.
Eduardo Bolsonaro está acusado de entorpecer el proceso contra su padre por la justicia brasileña
Entre los principales candidatos a sustituir a Bolsonaro en la política brasileña, uno sobresale por encima del resto: Tarcísio de Freitas, actual gobernador del estado de São Paulo y miembro del partido Republicanos. De Freitas es el favorito de los empresarios y su ideología oscila entre el bolsonarismo y la tecnocracia, un hombre que protagonizó un giro hacia la ultraderecha cuando ejerció de ministro de Infraestructura en el gobierno de Bolsonaro.
El gobernador ha apoyado incondicionalmente la libertad del expresidente ultraderechista y ha elogiado los aranceles impuestos por Trump en represalia por el juicio por golpe de Estado. Por el momento, se sitúa como el favorito entre la derecha, y sería clave para un posible indulto a Bolsonaro en el caso de llegar al poder. Sin embargo, sus posibilidades de ser reelegido en São Paulo son elevadas, y todavía no se ha comprometido públicamente a correr el riesgo de presentarse como candidato a la presidencia y enfrentarse a Lula en las urnas.


