El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó a la Fiscal General, Pam Bondi, solicitar en Washington DC la pena de muerte en todos los casos que cumplan con los “factores aplicables”, en otra medida justificada bajo la toma federal de la capital por el supuesto “crimen sin control” que atraviesa.
Con este memorando, Trump busca revivir la pena de muerte en la capital, la cual había sido abolida en 1981. La orden establece que el Fiscal General para el Distrito de Columbia deberá pedir la pena de muerte en todos los procesos judiciales donde existan “factores aplicables”.
Ya en agosto, el presidente cominicó a los miembros del gobierno que buscará aplicar la pena de muerte contra cualquier persona condenada por homicidio en Washington.
Además, agrega que otorgar prioridad a esta medida merece especial atención ante las “amenazas a la seguridad pública” que enfrenta la ciudad.
Bajo esta misma lógica, Trump tomó el poder federal sobre la policía metropolitana de la capital desde el pasado 11 de agosto, desplegando miles de elementos de la Guardia Nacional y agentes de diversas agencias federales para realizar operativos en Washington DC.
Durante las últimas semanas, Trump ha utilizado el discurso de la violencia en diferentes ciudades como Chicago y Los Ángeles, con líderes demócratas, para buscar tomar control federal sobre ellas.
Mató a un dependiente de tienda
Alabama ejecuta a un hombre con gas nitrógeno por un delito de 1997
Alabama ejecutó este jueves a Geoffrey Todd West, de 50 años, condenado por el asesinato de Margaret Parrish Berry durante un robo en 1997. La ejecución, realizada con gas nitrógeno en la prisión de Holman, reaviva el debate sobre la pena de muerte en EE. UU. West se convirtió en la séptima persona en el país en morir con este método, que consiste en obligar al reo a inhalar nitrógeno puro hasta la asfixia. Antes de su muerte, pidió perdón a la familia de Berry y destacó el perdón otorgado por el hijo de la víctima, Will, quien había solicitado sin éxito al gobernador conmutar la pena. Berry, madre de dos hijos, fue asesinada de un disparo en la cabeza para evitar testigos; West robó 250 dólares de la gasolinera. El condenado, que reconoció su crimen en entrevistas previas, dijo sentirse arrepentido y en paz tras haberse bautizado. Mientras tanto, la familia Berry expresó pesar por la ejecución, afirmando que no aliviará su pérdida. La gobernadora Ivey defendió la medida como cumplimiento de la ley.


