El gobernante Partido de Acción y Solidaridad (PAS), de orientación proeuropea, se impuso este domingo con claridad en las elecciones parlamentarias celebradas en Moldavia con un 50,1% de los votos, cuando el escrutinio oficial alcanzaba ya el 99% de las papeletas.
Según estos resultados, la formación de la actual presidenta del país, Maia Sandu, obtendría la mayoría absoluta en el nuevo Parlamento con al menos 51 escaños de los 101 que estaban en juego. De esta forma, el PAS podrá seguir en el poder sin necesidad de pactar alianzas y ve cómo se le allana el camino para seguir adelante con el proceso de adhesión a la UE, que debería culminar en el 2030.
Por su parte, la coalición prorrusa Bloque Patriótico (BCS) de Ígor Dodon y Vladímir Voronin ha obtenido un 24,2% de los sufragios. Muy lejos del poder, aunque manteniendo su posición respecto a las anteriores elecciones. Entran en el Parlamento la coalición Alternativa, el partido Democracia en Casa y el Partido Nuestro. La participación se situó en el 52%, la más alta de las últimas elecciones parlamentarias.
Tras una tensa campaña salpicada de denuncias de injerencia rusa a gran escala, las autoridades informaron de ciberataques contra la infraestructura electoral y de amenazas de bomba en varios colegios electorales en el extranjero, uno de ellos en Alicante, que obligaron a evacuar temporalmente el recinto. “Los intentos de Rusia de socavar el proceso electoral fueron colosales”, dijo el presidente del Parlamento y del PAS, Ígor Grosu, que habló de “compra de votos, intentos de desestabilización y falsas amenazas de bomba”.
El voto exterior volvió a ser masivo, con colas en capitales europeas, como Bucarest, Roma, Praga o Lisboa. Con 2,5 millones de habitantes, Moldavia se ha convertido en uno de los principales frentes de la confrontación entre la Unión Europea y Rusia desde la invasión de Ucrania en el 2022.
Tras obtener el estatus de candidato a la Unión Europea ese mismo año, el país ha sufrido una espiral de crisis: inflación persistente, aumento del coste de vida y una sociedad dividida entre el impulso reformista proeuropeo y los lazos históricos con Moscú.
“Rusia representa un peligro para nuestras democracias –declaró Sandu tras votar en Chisinau–. Nuestra democracia es joven y frágil, pero eso no significa que los estados con democracias más antiguas no estén en peligro. Queremos vivir en una democracia. Hoy, en nuestro país, la democracia está en manos de los moldavos. Solo ellos pueden salvar a la República de Moldavia”.
Moldavia se ha convertido en uno de los principales frentes de la confrontación entre la Unión Europea y Rusia
La sombra rusa se ha intensificado en los últimos días. La policía moldava reveló esta semana pruebas de una presunta operación de injerencia sin precedentes, con compra de votos, campañas de desinformación y un plan para provocar disturbios violentos, que habría incluido entrenamiento paramilitar en Serbia. Se han realizado cientos de redadas y decenas de detenciones, y las autoridades han excluido de las papeletas a dos partidos prorrusos por sospechas de financiación ilegal.
Funcionarios del Gobierno también advirtieron sobre intentos de perturbar la votación, incluyendo ciberataques a la infraestructura electoral y falsas amenazas de bomba.


