El plan de paz para Gaza que presentó esta semana el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras reunirse con el primer ministro de Israel, Beniamin Netanyahu, tiene ventajas e inconvenientes para los dos contendientes en ese conflicto. La propuesta de Trump ha sido aplaudida por Europa y la mayoría de países árabes, mientras que Netanyahu lo rechaza.
¿A qué responde esta negativa del primer ministro israelí? El redactor de la sección de Internacional de La Vanguardia, Daniel Rodríguez Caruncho, responde en el vídeo que precede a este texto las razones que llevan a Netanyahu a dar la espalda al plan de su principal aliado. Caruncho, en conversación con el vicedirector del diario, Enric Sierra, apunta que la propuesta de paz es buena para Israel, pero mala para Netanyahu porque el fin de la guerra supone para el primer ministro un problema político y personal.
Caruncho explica que a Netanyahu “le conviene la guerra por su debilidad en el gobierno que preside y que depende de socios extremistas que presionan para recuperar Gaza”. Además, las encuestas no le son favorables y perder las elecciones abriría la puerta a su procesamiento por los casos de corrupción que le acechan.
En cambio, el plan es bueno para Israel porque “está hecho muy a medida de los deseos” israelís. Incluso el asunto espinoso del reconocimiento del Estado palestino queda difuso, sin concreción ni calendario. Como tampoco se define cuánto tiempo durará la especie de protectorado en el que se convertiría Gaza si se acepta el mencionado plan.
Si Hamas aceptara la propuesta, metería a Netanyahu en un problema, aunque el plan también supondría la desaparición de esta organización terrorista en una suerte de Hara-Kiri. Daniel R. Caruncho apunta también que la intención de Trump con su propuesta de 20 puntos para la paz en Gaza, no es otra que llevar a cabo su proyecto de convertir la franja palestina en un resort, una vez se efectúe la reconstrucción de esta zona devastada.