Hamas acepta liberar a los rehenes pero quiere cambios en el plan de Trump

Guerra en Oriente Medio

El grupo dejaría el poder en Gaza para cederlo a una Autoridad Palestina renovada

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Palestinos en el asentamiento en Khan Yunis en Gaza, este viernes

OMAR AL-QATTAA / AFP

Hamas aceptó a última hora del viernes la propuesta presentada por Donald Trump y Beniamin Netanyahu para poner fin a la guerra de Gaza, a excepción de un punto del acuerdo.

Según el comunicado difundido, la milicia palestina se compromete “liberar a todos los cautivos israelíes, tanto vivos como los restos mortales (de los rehenes fallecidos en el transcurso de la guerra) dentro del intercambio previsto en la propuesta del presidente Trump”, siempre y cuando “se garanticen las condiciones necesarias sobre el terreno para dicho canje”. A cambio, exige “la consecución de un alto el fuego completo y la retirada total [de las Fuerzas de Defensa de Israel] de la franja de Gaza”, que, según el documento, se producirá de forma paulatina y al ritmo que Israel decida.

El grupo armado también se muestra dispuesto a abandonar el liderazgo dentro del enclave palestino, donde gobierna desde el año 2006. En su lugar, el poder será transferido a una renovada Autoridad Palestina, formada por “tecnócratas” y la supervisión de otros países árabes islámicos; aunque el comunicado no especifica cuáles de esos países tendrán un rol más destacado. Hamas no hace ninguna mención a la propuesta de supervisión por parte de un nuevo organismo internacional, bautizado en el plan de veinte puntos como la “Junta de la Paz”, encabezado por Donald Trump con la presencia de otros líderes internacionales, entre ellos el ex primer ministro británico Tony Blair.

La mayor discrepancia del grupo palestino estriba en el diseño del futuro de Gaza

Sin embargo, Hamas sí ha pedido que uno de los puntos más relevantes y que atañe a la creación de un Estado palestino, sea revisado: “En cuanto a otras cuestiones (…) relativas al futuro de Gaza y a los derechos inalienables del pueblo palestino, estas están ligadas a una postura nacional palestina unificada, sustentada en las leyes y resoluciones internacionales pertinentes. En ese sentido, el grupo ha pedido la creación de un marco nacional integral “en el que Hamas participará de manera activa y responsable”.

La administración Trump no respondió inmediatamente a la aceptación parcial del acuerdo por parte de la milicia. Poco antes del anuncio de la organización palestina, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que Trump había dejado claro al grupo que necesitaba aceptar el plan “o las consecuencias serán muy graves”.

“Hamas tiene la oportunidad de aceptar este plan y avanzar de manera pacífica y próspera en la región”, dijo Leavitt a los periodistas. “Y si no lo hacen, las consecuencias, desafortunadamente, serán muy trágicas.”

La ultraderecha religiosa rechaza el plan, lo que abre la puerta a una crisis de gobierno en Israel

La respuesta de Hamas no toca por el momento otros pilares del plan presentado durante la última visita de Beniamin Netanyahu a la Casa Blanca. El documento, presentado la semana pasada tras una dura intervención del primer ministro israelí ante la Asamblea General de la ONU, contempla un alto el fuego inmediato si es aceptado por ambas partes, la devolución de todos los cautivos israelíes, estén vivos o muertos dentro de las 72 horas siguientes a su entrada en vigor, así como la liberación de los presos palestinos.

El plan incluye asimismo la reconstrucción integral de Gaza, con el establecimiento de una zona económica especial, apertura de pasos fronterizos bajo control internacional y la desmilitarización completa de la franja, supervisada por observadores independientes. Hamas y otras facciones aceptarían no tener ningún papel en la gobernanza, mientras que los miembros de la organización que opten por coexistir pacíficamente y entregar sus armas recibirán amnistía y, si lo desean, podrán abandonar Gaza de manera segura.

Asimismo, se prevé la creación de una Fuerza Internacional de Estabilización para entrenar y apoyar a la policía palestina, asegurar fronteras y facilitar el flujo de bienes y ayuda humanitaria, con la participación de Estados árabes y aliados internacionales. El plan también plantea un diálogo interreligioso para fomentar la tolerancia y la convivencia pacífica, y, a medio plazo, crear condiciones para la autodeterminación y eventual estado palestino, siempre bajo el marco de reformas de la Autoridad Palestina.

La respuesta llega también a solo cuatro días del segundo aniversario de la matanza del 7 de octubre por parte de Hamas, en la que perecieron más de 1.200 judíos y que ha transformado de manera radical tanto Oriente Medio en su conjunto como la sociedad israelí.

De hecho, el contexto para la aprobación del plan por parte de la parte israelí es el menos favorable posible. Pese a que la mayoría de medios israelíes y otros partidos del arco parlamentario consideran de manera positiva la propuesta, los partidos ultraortodoxos que sustentan la mayoría han indicado que la aceptación del plan atraviesa todas las líneas rojas. Es decir, si el plan sigue adelante, Netanyahu tiene ante sí una crisis de gobierno y la probable convocatoria de elecciones.

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