El fin del conflicto en Gaza se hace de rogar, a pesar de las prisas impuestas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La delegación israelí viajó ayer por la noche a Sharm el Sheikh, en la península del Sinaí, con el objetivo de poner punto y final a una guerra que mañana cumple dos años, y que ha dejado la franja arrasada y más de 65.000 víctimas mortales. El gobierno de Egipto, uno de los mediadores principales en el transcurso de la guerra, ha ofrecido su país después de que Israel bombardeara al equipo negociador de Hamas en Qatar el pasado septiembre.
Desde la Casa Blanca, Trump ha escogido a su yerno, Jared Kushner, y a su emisario Steve Witkoff como enviados estadounidenses a Egipto para participar en las conversaciones. El viernes, Hamas aceptó liberar a los cautivos israelíes y aprobó parte del plan estadounidense. Aun así, persisten cuestiones clave sobre si Israel detendrá sus ataques, hasta dónde se retirarán sus fuerzas y cómo se llevará a cabo el proceso de desarme del grupo palestino.

Palestinos entre edificios destruidos por los bombardeos del Ejército de Israel contra el barrio de Shujaia, en la ciudad de Gaza, en el norte de la Franja (archivo)
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, declaró que el 90% del plan ya está acordado, pero advirtió que esta siguiente fase de desarme y desmovilización será “difícil”. Añadió además que la guerra “no ha terminado” y que no existe un calendario definido.
Hamas prepara la entrega de cuerpos de rehenes fallecidos y planifica liberar a los vivos en una sola fase
Entre las principales demandas de Hamas en Egipto figuran el cese total de las operaciones militares israelíes y la retirada de las tropas a las posiciones que ocupaban durante la tregua firmada en enero -fuera de las áreas habitadas-. También piden la suspensión de la actividad aérea y de drones durante diez horas al día, y doce los días en que haya intercambios de prisioneros. Según Reuters, fuentes de la organización indicaron que estas condiciones deberán mantenerse mientras duren las negociaciones, que podrían extenderse una semana o más.
Pese a que Tel Aviv y Washington mantienen un discurso común de cara al público, también ha habido discrepancias internas entre los aliados.
En una entrevista en la cadena CNN, el propio Trump advirtió que Hamas se enfrentará a una “aniquilación total” si se niega a renunciar al poder y al control de la Franja -donde gobiernan desde 2006-. También ha pedido a Tel Aviv que detenga su ofensiva mortal sobre Ciudad de Gaza, donde los combates y los constantes bombardeos han obligado a huir a centenares de miles de personas.
Si la ultraderecha cree que Netanyahu ha hecho demasiadas concesiones, el gobierno colapsará
Sin embargo, las bombas siguieron golpeando el enclave palestino, donde se registraron al menos 19 muertos en las últimas horas, según el ministerio de Salud gazatí. La situación en el norte de la Franja seguía siendo extremadamente difícil, según informó Al Yazira. Vecinos contaron que los bombardeos persistían en las zonas orientales, aún inaccesibles y muy peligrosas.
De acuerdo con el canal qatarí, las fuerzas israelíes dispararon contra palestinos con drones. Muchos esperaban con ansiedad que el alto el fuego entrara en vigor para poder volver a sus hogares, pero testigos aseguraron que varios fueron abatidos al intentarlo. Los hospitales continuaban desbordados y numerosos heridos morían por falta de atención médica.
El Jefe del Estado Mayor, teniente general Eyal Zamir, reafirmó ayer desde el corredor de Netzarim, que divide la Franja en dos, que la operación no ha concluido y que las tropas deben seguir “alertas y listas para el combate en todo momento”.
Trump amenaza con la “aniquilación total” de Hamas si no renuncia al control del enclave
A pesar de haberse opuesto inicialmente a la ofensiva sobre Ciudad de Gaza, Zamir aseguró que “si el esfuerzo político no tiene éxito volveremos a combatir”. “Si los rehenes son liberados, será un logro significativo y el cumplimiento de un objetivo central de la guerra —y será gracias a ustedes”, dijo, al tiempo que anunció que las fuerzas mantendrán control sobre las áreas avanzadas que les permitan volver a operar si fuera necesario.
A pesar de ello, la cadena Al Arabiya informó de que Hamas ya ha comenzado a preparar los cuerpos de los rehenes israelíes fallecidos en el transcurso de la guerra. El grupo confirmó que todos los rehenes vivos podrían ser liberados en una sola fase, mientras que los restos mortales serán entregados más tarde por complicaciones logísticas. La presión de toda la comunidad internacional está en la mesa de negociación de Sharm el Sheikh. En el segundo aniversario de los ataques del 7 de octubre, la paz nunca ha estado más cerca.
Sin embargo, la idea de que Hamás pueda seguir existiendo, y el hecho de que esté en condiciones de discutir el plan para Gaza después de la liberación de los rehenes, ha enfurecido a los socios de coalición de Netanyahu, hasta el punto de que puede hacer descarrilar el acuerdo.
El jefe del Estado Mayor israelí asegura que las tropas seguirán “alertas y listas para el combate”
“No podemos aceptar bajo ninguna circunstancia un escenario en el que la organización terrorista que causó la mayor calamidad al Estado de Israel reviva”, declaró el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir. “De ninguna manera participaremos en eso”, declaró en X después del sabbat, amenazando con abandonar el gobierno. Si los ministros de la ultraderecha religiosa concluyen que Netanyahu ha hecho demasiadas concesiones para poner fin a la guerra, la coalición gobernante —el gobierno más derechista de la historia de Israel— podría colapsar un año antes de las próximas elecciones, que deben celebrarse en octubre de 2026.