El reto de la reconstrucción de Gaza

Oriente Medio

El alto el fuego llega tras dos años de ofensiva israelí, cuyo impacto en pérdidas humanas y materiales ha convertido el enclave palestino en un lugar inhabitable

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El reto de la reconstrucción de Gaza
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Los bombardeos de Israel sobre Gaza han dejado amplias zonas de la Franja en ruinas, incluidas partes de la ciudad de Gaza que fueron el principal foco de la ofensiva antes del alto el fuego. Imágenes de dron de la agencia Associated Press, tomadas el sábado, muestran una destrucción masiva en el barrio de Tal al-Hawa, en la ciudad de Gaza. Casas y edificios quedaron reducidos a escombros, las carreteras fueron arrasadas y los restos se esparcen por toda la zona. Durante las últimas semanas, la campaña de bombardeos israelí se centró en la ciudad de Gaza. El ejército atacó decenas de edificios de gran altura y destruyó bloques residenciales enteros, en lo que describió como un esfuerzo por desmantelar la infraestructura de Hamás.

El 7 de octubre de 2023, Israel sufrió el ataque terrorista más mortífero de su historia e inició una respuesta cada vez más desproporcionada contra el pueblo palestino, con la justificación de erradicar a Hamas de la Franja. Dos años después, y tras lo que parece ser el inicio de un acuerdo de paz entre ambos bandos, surge el dilema del “día después”, en el que la reconstrucción de Gaza —convertida en un lugar inhabitable por la ofensiva israelí— se presenta como el mayor desafío.

Pérdidas humanas

Las bombas y la hambruna han matado a 67.173 civiles en Gaza, casi un 30% menores

Desde el inicio de la ofensiva y hasta el 7 de octubre de 2025, han muerto 67.173 civiles palestinos, entre ellos casi 20.000 niños, mientras que otras 169.780 personas han resultado heridas, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas. La masacre ha sido especialmente violenta para los menores, ya que según datos de la ONU, Gaza es el sitio donde más niños amputados hay en todo el mundo. Entre las víctimas también hay periodistas, muchos: más de 240 profesionales. Esto supone que, en solo dos años de conflicto, han muerto más reporteros que en las guerras de Vietnam, Corea, Afganistán y los Balcanes juntas, según France24.

Además del daño infligido por las armas, la desnutrición severa provocada ha causado la muerte de 162 personas, incluidos 32 niños desde que se confirmó la hambruna. Otros 54.600 niños menores de cinco años necesitan atención urgente y su vida corre peligro. Unicef advirtió a finales de julio que más del 39% de la población pasaba días sin comer, y según recoge la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC), la hambruna ha sido provocada por el bloqueo humanitario, el colapso del sistema sanitario, el bajo acceso a agua potable, la destrucción de las tierras de cultivo o la prohibición de la pesca.

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Los niños expuestos a malnutrición severa pueden desarrollar discapacidades físicas y mentales crónicas en su crecimiento 

Saher Alghorra / Otras Fuentes

Para paliar la desnutrición en Gaza, cuya población representa más del 80 % de todas las personas que enfrentan hambruna en el mundo, no basta con garantizar el acceso a los alimentos. Una persona que ha estado sometida a malnutrición severa necesita un tratamiento médico prolongado y, aun si sobrevive, en el caso de los niños puede desarrollar discapacidades físicas y mentales crónicas en su crecimiento.

Pérdidas materiales

El 78% de los edificios han sido dañados o destruidos, y ningún hospital funciona por completo

La devastación provocada por los constantes bombardeos israelíes ha dejado un paisaje desolador. Según datos publicados en julio por el Centro de Satélites de las Naciones Unidas, el 78 % de los edificios a lo largo de la Franja de Gaza —unos 41 kilómetros de longitud— han sido dañados o destruidos. Asimismo, el 88 % de los casi 50.000 establecimientos del sector comercial e industrial han sido afectados y la mayoría destruidos. Un 77% de la red de carreteras del territorio también se ha visto afectada, dificultando el desplazamiento de la población.

La destrucción de las tierras agrícolas, como parte del uso del hambre como arma de guerra, ha provocado que el 98,5 % del suelo cultivable de la Franja de Gaza esté dañado, sea inaccesible o ambas cosas a la vez. Esto significa que solo el 1,5 % de las tierras agrícolas —unas 232 hectáreas— están actualmente disponibles para el cultivo en un territorio con más de dos millones de habitantes.

En materia económica, el sector de la vivienda y los centros de población han sufrido la mayor parte de los daños. A finales de enero de 2024, los daños directos a las infraestructuras construidas de Gaza equivalían al 97 % del producto interior bruto total de Cisjordania y Gaza en 2022, según datos del Banco Mundial, la Unión Europea y la ONU. En datos de febrero, las necesidades totales de recuperación y reconstrucción por los bombardeos se estiman en 53.200 millones de dólares. La tragedia también se traduce en el deterioro de los servicios, ya que el 89% de las instalaciones e infraestructuras de agua, saneamiento e higiene han sido destruidos.

Más de 2.308 instalaciones educativas, desde jardines de infancia hasta educación universitaria, han sido destruidas, entre ellas 63 universidades y un 91,8 % de las escuelas. El sistema sanitario, colapsado por el número de heridos, no cuenta ya con ningún hospital que funcione por completo, y a fecha de hoy solo 14 de los 36 hospitales de Gaza funcionan de forma parcial. La herencia cultural palestina también ha sido objetivo de la destrucción israelí, ya que según datos del 2024, 815 mezquitas fueron destruidas y 151 más se vieron afectadas. 

Impacto medioambiental

Israel ha lanzado en Gaza el equivalente a seis bombas de Hiroshima, según la ONU

Los datos evidencian que la reconstrucción de Gaza será un desafío titánico, pero antes de eso, se deberá hacer un esfuerzo igual o mayor en limpiar la destrucción. Se calcula que unas 85,000 toneladas de bombas han caído en Gaza desde el inicio de la ofensiva hace dos años, un hecho que según la relatora especial de las Naciones Unidas para los territorios ocupados, Francesca Albanese, es seis veces la cantidad de Hiroshima. El constante impacto de los explosivos ha generado, a su vez, unos 61 millones de toneladas de escombros que tardarán décadas en ser retirados para hacer de Gaza un sitio nuevamente habitable.

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Ciudadanos palestinos caminan entre los escombros de los edificios destruidos durante el alto el fuego 

MOHAMMED SABER / EFE

En paralelo, la guerra ha dejado una huella invisible pero también dañina, en el medio ambiente. Se estima que la huella de carbono de los primeros 15 meses de ataques (octubre de 2023 - enero de 2025), fue superior a las emisiones de CO2 anuales de 36 países y territorios individuales, según recoge un estudio de diversas universidades británicas e internacionales. Reconstruir Gaza implicará también un impacto mayúsculo en el planeta, pues se calcula que la huella de CO2 total será equiparable a las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de países como Croacia, Bosnia y Herzegovina o Lituania. 

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