Los demócratas ganan impulso de cara a las legislativas con importantes victorias en las urnas

Elecciones estatales y locales en EE.UU.

Los candidatos del Partido Demócrata logran abultados triunfos con un mensaje de rechazo a Trump en las votaciones de Nueva York, Virginia, Nueva Jersey, Pensilvania y California

Los demócratas ganan impulso de cara a las legislativas con importantes victorias en las urnas
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La demócrata Abigail Spanberger gana las elecciones en Virginia 

AP / La Presse

Las elecciones estatales y locales de este martes en Estados Unidos han enviado un rotundo mensaje de rechazo al autoritarismo, el proteccionismo y las políticas discriminatorias e ilegales del presidente Donald Trump.

Más allá del ascenso triunfal del socialista Zohran Mamdani en Nueva York, que a sus 34 años se convertirá en el primer alcalde musulmán de la ciudad, los candidatos del Partido Demócrata han logrado importantes y abultadas victorias en los estados de Virginia y Nueva Jersey, así como en la elección de jueces del Tribunal Supremo de Pensilvania, donde mantendrán la mayoría. A falta del recuento final, los principales medios ya proyectan que también aprobarán en California el referéndum sobre su nuevo mapa electoral, con el que buscan contrarrestar la manipulación de distritos en una decena de estados republicanos.

Los demócratas se fueron a dormir hundidos y desorientados la última vez que millones de estadounidenses fueron llamados a las urnas, hace justo un año. Esta noche, comienza un proceso de reconstrucción cuyo impulso esperan alargar hasta las cruciales legislativas de mitad de mandato, dentro de 12 meses. La derrota de Kamala Harris en las presidenciales reavivó el debate entre las dos almas del Partido Demócrata, la progresista y la moderada, la izquierda socialista y el establishment centrista, y ambas han interpelado a sus votantes con estrategias dispares pero efectivas contra un enemigo en común: el trumpismo.

La moderada Spanberger destrona al republicano Youngkin y se convierte en la primera mujer gobernadora de Virginia

Virginia ha vivido esta noche el nacimiento de una nueva estrella del Partido Demócrata, Abigail Spanberger, que se convertirá en la primera gobernadora mujer del Estado. Con una campaña moderada, enfocada en el “pragmatismo” y en su capacidad de alcanzar acuerdos bipartidistas en tiempos de polarización, la excongresista ha obtenido el 56,9% de los votos frente a la vicegobernadora Winsome Earle-Sears (42,9%), republicana que juró lealtad a Trump. Asumirá el cargo que ha ocupado en los últimos cuatro años el conservador Glenn Youngkin, un aliado cercano al presidente.

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La demócrata Abigail Spanberger, tras ser elegida la primera mujer gobernadora de Virginia, en su discurso triunfal en Richmond.

Stephanie Scarbrough / Ap-LaPresse

“Esta noche, enviamos un mensaje a todos los rincones del estado, un mensaje a nuestros vecinos y compatriotas en todo el país”, ha celebrado Spanberger, cuya carrera electoral se ha centrado en la principal preocupación de los estadounidenses, el coste de la vida, pero también en un rechazo a la política económica y doméstica del presidente Trump. “Enviamos un mensaje al mundo entero de que en el 2025 Virginia eligió el pragmatismo por encima del partidismo. Elegimos nuestro Estado por encima del caos. Ustedes eligieron un liderazgo que se concentrará incansablemente en lo que más importa: reducir los costos, mantener seguras nuestras comunidades y fortalecer nuestra economía para todos los virginianos. Un liderazgo que se centrará en resolver problemas, no en avivar divisiones”.

En Virginia, vecina de Washington, es donde más se han notado los efectos del cierre de gobierno de EE.UU., que este martes se ha convertido en el más largo de la historia del país. Allí viven muchos de los funcionarios que trabajan en la capital, de entre los más de 650.000 a los que se ha suspendido de empleo y sueldo hasta que se supere el bloqueo en el legislativo.

Además, la elección a vicegobernadora en el mismo Estado, una votación que no suele atraer atención mediática, también se ha resuelto con un resultado histórico: la demócrata Ghazala Hashmi será la primera mujer musulmana elegida para un cargo estatal en todo EE.UU.

En Nueva Jersey, la demócrata Sherrill se impone con contundencia con un mensaje de rechazo y desafío a Trump

En Nueva Jersey, la candidata demócrata, Mikie Sherrill, también se ha llevado la victoria por un margen contundente (56,2% a 43,3%) y se convertirá en la primera mujer demócrata gobernadora del Estado, reemplazando a Philip D. Murphy, del mismo partido, que había cumplido el límite de dos mandatos de cuatro años. Aunque el estado norteño tiene una marcada tendencia progresista, su abultada victoria sirve para evadir el temor de una mayor inclinación hacia el presidente Trump, que obtuvo avances significativos allí en las presidenciales de hace un año.

Al igual que Spanberger, Sherrill ha enmarcado su elección en el rechazo de todo el país a las políticas del mandatario. “El pueblo alrededor del país os ha escuchado”, ha dicho en el discurso de la victoria ante sus exaltados seguidores. “En 1777, Nueva Jersey fue uno de los primeros estados en elegir un lema: 'Libertad y prosperidad'”, ha recordado: “Mientras el presidente Trump se aleja de ese ideal, recortando el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria o la ley de atención médica, nosotros, aquí en Nueva Jersey, estamos decididos a luchar por un futuro diferente para nuestros hijos”.

“Vemos con claridad cuán importante es la libertad. Sabemos que nadie en nuestro gran estado está a salvo cuando nuestros vecinos son atacados y se ignoran la ley y la Constitución”, ha dicho Sherrill, en referencia a las redadas migratorias de la Administración Trump y su invasión de competencias en los estados demócratas, que ha prometido desafiar. “Pero la libertad por sí sola no basta. La prosperidad es igual de esencial: si el gobierno te impide alimentar a tu familia, recibir una buena educación o conseguir un buen trabajo, algo anda mal. En este país, eso no debería ser demasiado pedir, pero ahora todo parece estar en riesgo”.

Las dos nuevas gobernadoras demócratas tienen mucho en común. Ambas han hecho campaña con un mensaje de moderación frente al inflamado clima político, fueron elegidas congresistas en el 2018 y tienen credenciales de seguridad nacional: Spanberger fue agente federal y de la CIA y Sherrill sirvió en el ejército. Las dos forjaron una amistad tras llegar al Capitolio durante el primer mandato de Trump y llegaron a compartir piso. La casualidad no acaba ahí: Spanberger nació en Nueva Jersey y se mudó a Virginia de adolescente, y Sherrill hizo el camino inverso ya en su edad adulta.

Trump dice que, según los encuestadores, los republicanos “han perdido” porque él no estaba en las papeletas

El presidente Trump ha comentado con su habitual arrogancia los positivos resultados de los candidatos demócratas a través de su plataforma, Truth Social. “El hecho de que Trump no estuviera en las papeletas, y el cierre de gobierno, han sido las dos razones por las que los republicanos han perdido las elecciones, según los encuestadores”, ha afirmado. En realidad, los mensajes enviados por los candidatos demócratas en todo el país han sido un desafío directo al mandatario.

En el bastión demócrata de California, donde ya han cerrado las urnas, Associated Press proyecta que los ciudadanos aprobarán la iniciativa del gobernador Gavin Newsom, probable candidato demócrata a las presidenciales del 2028, de redibujar los distritos congresuales de estado. La medida, que podría ayudar a los demócratas a sacar hasta cinco escaños representados hoy por republicanos, es una respuesta a la manipulación de mapas electorales que ha realizado la derecha en varios estados republicanos, como Texas, Carolina del Norte y Misuri.

La batalla del gerrymandering, la técnica que consiste en redibujar distritos para obtener beneficio político, determinará el resultado de las próximas legislativas, dentro de un año, que definirán la nueva composición de la Cámara de Representantes, donde hoy los republicanos tienen una estrecha mayoría. De este modo, una abultada victoria también se leerá desde el punto de vista nacional como un rechazo del estado liberal al presidente.

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