Seis semanas después, el cierre de gobierno más largo en la historia de Estados Unidos puede estar llegando a su fin. Los senadores republicanos han logrado convencer a suficientes demócratas para que se rindan y voten a favor de una medida para financiar provisionalmente a la Administración hasta el 30 de enero. A cambio, no han ofrecido la principal exigencia demócrata: la ampliación de los subsidios de la Ley de Atención Médica Asequible, conocida como Obamacare, que expirarán en fin de año, provocando un fuerte aumento en las primas de los seguros médicos de millones de estadounidenses. En su lugar, han prometido una votación por separado al respecto, lo que no da ninguna garantía a los demócratas ni a los millones de ciudadanos dependientes de los subsidios.
Sometidos a una intensa presión –tras 40 días de cierre en los que más de 650.000 funcionarios han dejado de recibir su sueldo, en los que se ha congelado el programa de alimentos del que dependen 42 millones de personas y en los que se han comenzado a dar afectaciones en el tráfico aéreo, con miles de vuelos cancelados en los principales aeropuertos del país–, los legisladores se han pasado el fin de semana negociando hasta que siete demócratas y un independiente han cedido a las exigencias republicanas.
El Capitolio, sede del poder legislativo en Estados Unidos.
En una inusual votación a las 21h del domingo (las 3h de la mañana en la España peninsular), finalmente la medida ha sido aprobada con 60 votos a favor y 40 en contra, suficiente para superar el filibusterismo del Senado, que requiere una mayoría cualificada de 60 votos para aprobar presupuestos y otras leyes importantes. Siete demócratas han roto con la línea marcada por el líder del partido en el Senado, Chuck Schumer, que ha declarado que se oponía porque “esta crisis sanitaria es demasiado grave”. El senador Rand Paul, de Kentucky, ha sido el único republicano que ha votado en contra.
El trascendental acuerdo, que ahora deberá ser aprobado por la Cámara de Representantes, antes de su votación final en el Senado, ha provocado profundas divisiones entre los demócratas, que habían votado casi en bloque en las 14 anteriores votaciones producidas en las últimas seis semanas. Jeanne Saheen y Maggie Hassan, así como el independiente Angus King (alineado con los demócratas), han sido los tres últimos en ceder este domingo. Se han unido a John Fetterman, Catherine Cortez, Tim Kaine, Jacky Rosen y Dick Durbin, que ya habían expresado su intención de votar a favor.
El líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, en una rueda de prensa tras la victoria demócrata en el día de las elecciones el 5 de noviembre
El senador Durbin, de Illinois, el segundo principal demócrata de la cámara alta, ha justificado su voto a favor de la propuesta republicana por los graves impactos que está teniendo el cierre de gobierno. Mencionando a los controladores aéreos que han estado trabajando seis semanas trabajando sin cobrar y la situación de incertidumbre en la que se encuentran las ayudas federales, ha afirmado que “a instancias de los demócratas, el proyecto de ley de hoy no es el mismo que hemos rechazado 14 veces. Los republicanos finalmente despertaron y se dieron cuenta de que su día de la marmota debía terminar. Este proyecto no es perfecto, pero da pasos importantes para reducir el daño causado por su cierre”.
Greg Casar, presidente del Caucus Progresista del Congreso
“Aceptar nada más que una promesa mínima por parte de los republicanos no es un compromiso: es una rendición”
El senador Jon Ossoff, el demócrata más vulnerable de los que se presentan a la reelección el próximo año, ha criticado lo que considera una concesión a Trump, que “se ha negado a abordar la crisis del seguro médico que enfrentan los estadounidenses”. El senador independiente Bernie Sanders, alineado con los demócratas, ha definido la votación como un “desastre político”.
El congresista Greg Casar, presidente del Caucus Progresista del Congreso, ha afirmado que “un acuerdo que no reduzca los costos de la atención médica es una traición a los millones de estadounidenses que cuentan con los demócratas para que luchen por ellos. Aceptar nada más que una promesa mínima por parte de los republicanos no es un compromiso: es una rendición”.
El líder de la mayoría republicana, John Thune, tan solo ha ofrecido a cambio de los votos demócratas el compromiso de que se celebrará una votación sobre la extensión de los subsidios del Obamacare antes de la segunda semana de diciembre. Pero, ni eso implica que vaya a cumplir con su palabra, ni da ninguna garantía a los demócratas de que se va a aprobar, pues están en minoría tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes. De hecho, el presidente de la cámara baja, Mike Johnson, no se ha comprometido a someter a votación ese proyecto de ley, que rechazan muchos republicanos, incluido el presidente Donald Trump.
Con el acuerdo alcanzado este domingo, también se revertirán más de 4.000 despidos de empleados federales que la Administración Trump intentó ejecutar durante el cierre de gobierno, pero se lo bloqueó la justicia. El lenguaje del proyecto de ley impediría futuros despidos hasta el 30 de enero, aunque la burocracia estadounidense ya ha sufrido desde el pasado enero grandes recortes por parte de su presidente y quien fue su mano derecha, Elon Musk, mediante el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental.
El proyecto de ley debe ser aprobado ahora en la Cámara de Representantes, que lleva en receso desde el 19 de septiembre
Además, se asignarían fondos para el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, los cupones de alimentos de los que dependen 42 millones de personas y que quedaron sin financiación la semana pasada. La justicia también ordenó a Trump que encontrase los fondos para distribuir esa ayuda de primera necesidad, pero el presidente se negó a hacerlo hasta que se reabra el gobierno.
Tras su aprobación en el Senado, ahora el proyecto de ley pasa a manos de la Cámara de Representantes, que lleva en receso desde el pasado 19 de septiembre, en una medida de presión del speaker Johnson para forzar a los demócratas a aprobar la financiación que ya había recibido el visto bueno de la cámara baja. Se espera que, cuando los legisladores vuelvan a Washington esta semana, aprueben también el nuevo proyecto de ley, que no dista mucho del que ya aprobaron en septiembre.
El líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, ha dejado claro que su grupo “desafiará” la propuesta y votará en contra, a pesar de que no tienen escaños suficientes como para bloquearla. “No apoyaremos una legislación de gasto promovida por los republicanos del Senado que no prorrogue los créditos fiscales del Obamacare”, ha dicho en un comunicado. “Lucharemos contra el proyecto de ley republicano en la Cámara de Representantes, donde Mike Johnson se verá obligado a poner fin a las siete semanas de vacaciones republicanas pagadas por los contribuyentes”.

