La historia de los “turistas de la guerra” sigue ampliándose. A la investigación abierta por la Fiscalía de Milán sobre los presuntos francotiradores italianos —y otros occidentales acaudalados— que habrían viajado a Sarajevo durante el asedio para disparar “por diversión” contra la población civil, se suma ahora un caso paralelo.
El periodista de investigación croata Domagoj Margetić ha denunciado ante los jueces milaneses al actual presidente serbio, Aleksandar Vučić. Según sostiene, el entonces joven voluntario habría estado destinado en una de las posiciones militares desde las que, según varios testimonios, milicianos ultranacionalistas serbios y visitantes extranjeros disparaban contra la ciudad. Margetić ha difundido en sus redes sociales documentos que, asegura, probarían la presencia del líder de Belgrado en esa zona.
Los fiscales milaneses continúan investigando a los italianos implicados a raíz del escrito presentado por el escritor Ezio Gavazzeni, que durante tres años ha recopilado material sobre estos macabros “safaris” en los que, afirma, participaron numerosos europeos con recursos.
El primero en ser escuchado por los magistrados milaneses será, con toda probabilidad, un ex agente de los servicios secretos bosnios, cuyo nombre figura en la denuncia. Según su testimonio, a comienzos de 1994 los propios servicios de Sarajevo habrían informado al SISMI, el entonces servicio secreto militar italiano encargado del espionaje exterior, de que algunos de esos “tiradores turísticos” partían desde Trieste. El exespía sostiene que Bosnia e Italia intercambiaron información para “interrumpir” aquellos safaris y que podrían existir documentos que recojan esas interlocuciones, incluidas posibles “identificaciones” de los autores de los crímenes.

