‘Una dama desconocida’
Me llama mi amiga enfermera Miriam, que atiende a ancianos en una residencia de Barcelona. “Te gustará hablar con el señor Alain, sabe mucho de arte... ¡y tiene un cuadro de Velázquez!”, dice. La curiosidad me arrastra. Más cuando me llega una novedad literaria, Una dama desconocida (Espasa), de Carlos del Amor, colega y amigo mío de TVE: reconstruye exquisitamente su relación con Alain y con su cuadro Retrato de dama desconocida... Y da vida al amor de Diego Velázquez y Juana Pacheco. Alain, erudito y coqueto, no quiere fotos hoy y se cubre con esta foto en blanco y negro con su “novia” pintada (clic). “Ya no nos vemos cada día, debo pernoctar en esta residencia... ¡Mañana la visitaré!”. Pido a Alain que me concierte cita con ¿Juana? Iré pronto y os contaré...
¿Me enseñará el cuadro?
Todavía no.
¿Por qué no?
¡Es un Velázquez! Debo ser cauto.
¿Un Velázquez, en serio?
Es un Velázquez. Soy especialista en arte.
¿Qué dicen otros especialistas?
Unos coinciden, otros dicen que es “del círculo de Velázquez” o “del de Pacheco”.
¿Pacheco?
Francisco Pacheco, maestro de Velázquez en su taller de Sevilla.
Velázquez era sevillano, claro.
Diego Velázquez tenía 11 años en diciembre de 1610, cuando entró como aprendiz: conservamos el contrato firmado por su padre con Pacheco, un prohombre allí.
¿Era muy importante aquel maestro?
¡Le contrataba el clero, para iglesias, conventos...! Y familias sevillanas, las más ricas de España, y cortesanos y aristócratas: ¡Sevilla era entonces la capital del mundo!
¿De qué años hablamos?
Principios del siglo XVII: el joven Diego Velázquez vivió con Pacheco de 1610 a 1617, salió con 18 años... Y al poco se casó con la hija de su maestro, Juana Pacheco.
¿Braguetazo?
¡Amor!
¿Se enamoraron Juana y Diego?
Desde niños. ¿Acaso no lo ve? ¡Mire!
¿Dónde?
En esta foto en blanco y negro que me hicieron junto a mi dama: ¿no ve usted la mirada de Juana? ¿Se ha fijado bien en ella?
Esta dama... ¿es Juana Pacheco?
Ella tenía dos años menos que Diego y se veían cada día, de los 11 a los 18 años de Diego. ¿Ve usted cómo ella le mira a él?
Sí, ¿qué ve usted en esta mirada?
¡Amor total! Solo una modelo enamorada del pintor le miraría así. Y solo un pintor enamorado es capaz de pintar esa mirada.
¿Cómo sabe que esta dama es Juana?
Juana ejercía de modelo en el taller paterno y Pacheco usaba rostros de su familia: ¡mire su gran óleo El juicio final ! Están los dos, él y su hija... Y alguien más.
Muéstreme esa pintura... ¿Quién más?
Vea este rostro de frente, a la izquierda: ¡Pacheco! Vea esta chica de perfil junto a él: ¡Juana! Con 12 años.
Pues sí: se parece a su dama...
Un odontólogo ha dictaminado que ambos rostros son retrognáticos, así que son la misma chica.
Y me ha hablado de “alguien más”...
Sí, vea a este mozo de espaldas, desnudo, de unos catorce años.
Con el culo al aire, lo veo: ¿quién es?
¡Velázquez! Está viendo usted el culo de Velázquez. Pacheco lo pintó en el año 1614. Cuatro años después sería su suegro.
¿Y de qué año es el óleo de la novia?
De 1618: a punto de casarse, un Diego de casi 19 años y una Juana de casi 17 años.
La dama aparenta esa edad, cierto.
Y vea el peinado, que algunos dicen que corresponde a una moda de 1630, ignorando que todas las modas empezaban en Sevilla unos años antes de llegar a Madrid.
¿No retrató más veces Velázquez a su Juana en otros cuadros?
Juana pudo ser modelo asimismo del cuadro La Sibila: hay también un parecido.
¿Fueron pareja feliz, Juana y Diego?
Los unió un tierno amor toda su vida. Murieron en 1660, él primero. Y ella, ocho días después. Son mis Romeo y Julieta.
Es usted un romántico.
Apasionado del arte. El arte no es técnica. El arte es alma. Y Velázquez la tiene, la capta y la pinta. En esta mirada de Juana palpita el alma de Velázquez.
¿Desde cuándo tiene usted cuadro?
Hace veinte años que convivo con la novia de Velázquez.
¿Dónde conviven?
En un despacho alquilado en Barcelona.
¿Cómo llegó la dama a usted?
Soy un sabueso del arte, he asesorado a coleccionistas. Asesoré a un comprador en una subasta de Sotheby’s, en el 2004. Y cuando vi el lote 322...
Se emociona, Alain, ¿verdad?
Ese rostro, esa mirada... ¡eran distintos! Pedí al amigo que pujase... Y la compró por 30.000 euros. Quiso revenderla. Logré recomprársela sin recargo, y pagar a plazos.
¿Y si no es un Velázquez?
Es Juana pintada por el joven Velázquez en el mismo año en que pintó Vieja friendo huevos , primer óleo suyo reconocido.
¿Qué sueña para Juana?
Que un mecenas la restaure y un museo la custodie: ¡que todos la vean! Con una cartela que cuente su historia y mi donación.
¿Y para usted no pide nada?
Solo una ayudita para vivir tranquilo los pocos años que me resten.
¿De qué habla con su dama?
Nos entendemos con la mirada. No olvidamos los largos y silenciosos días de la pandemia, ella y yo solitos, confinados...
