‘La luna sobre Roma’
Emma Lira es periodista de viajes y novelista. Conoce de primera mano los escenarios de sus novelas históricas, excelentes, que arrancaron con Tras el agua grande y Búscame dónde nacen los dragos, hace diez años, ambientadas en las islas Canarias prehispánicas. Su interés por el rey Juba II de Mauritania, que hace dos mil años ordenó explorar las Canarias (y que se casó con la hija de Cleopatra), más la lectura juvenil de No digas que fue un sueño, de Terenci Moix, y de Yo, Claudio, de Robert Graves, convirtieron a Emma en novelista hasta llevarla a escribir la estupenda novela La luna sobre Roma (Espasa), protagonizada por la hija huérfana de la reina Cleopatra, niña que se labró un destino propio. Es esta una novela de mujeres inteligentes, pragmáticas y conciliadoras.
¿Qué sabemos de Cleopatra?
Lo que cuentan historiadores romanos alineados con el poder romano que venció a Cleopatra.
A saber...
Hechicera, mujer fatal, puta oriental, manipuladora, codiciosa de poder.
¿Y cómo era en verdad?
Reina capaz de país próspero, política hábil, estratega, políglota de seis idiomas.
¿Quién la venció en nombre de Roma?
El joven Julio César Octaviano (luego Augusto): mató dos pájaros de un tiro.
¿Dos pájaros?
Ganó para Roma el granero del mundo, Egipto, y se libró de su rival Marco Antonio, cuñado suyo... y amante de Cleopatra.
¿Marco Antonio y Augusto, cuñados?
Octavia, hermana de Augusto, era en aquel tiempo esposa de Marco Antonio.
¡Octavia llevó cuernos egipcios, pues!
Sí. Y ya viuda, criará a los hijos que su marido tuvo con Cleopatra... ¡Octavia fue la modélica matrona romana!
¿Amparada por su hermano Augusto?
Augusto preservó la vida de los hijos de “la puta egipcia” con Marco Antonio... y ordenó a su hermana criarlos junto a sus dos hijas, las que había tenido ella con Marco Antonio: Antonia la Menor y Antonia la Mayor.
¿Con qué fin?
Resultar magnánimo y educar a los niños egipcios a la romana, a su servicio.
¿Los hijos de Cleopatra eran pequeños?
Diez años los mellizos Cleopatra Selene y Alejandro Helios. Seis años Ptolomeo Filadelfo.
¿Cleopatra tenía más hijos ?
Uno con Julio César: Cesarión, de 17 años. Augusto mandó matarle, muerta la madre.
¿Cómo había muerto Cleopatra?
Lo de hacerse morder por un áspid parece leyenda: debió de ingerir algún veneno. Marco Antonio... se clavó una espada.
No aceptaron verse derrotados.
Cleopatra sabía que Augusto la exhibiría encadenada por las calles de Roma. Y prefirió fastidiarle el plan. Augusto se consoló exhibiendo encadenados a los tres hijos de Cleopatra en su desfile triunfal.
¿Crecieron bajo la mirada de Augusto?
Eso es, y Octavia, compasiva, se encariñó de Selene. Y la hija de Cleopatra pudo disfrutar así de la madre que había perdido.
¿Cómo era Cleopatra Selene?
Se adaptó a Roma, orilló el rencor y perdonó. Tenía dotes de mando, era políglota, sensible, curiosa. Augusto la apreció.
¿Y qué decía de todo esto la gran Livia, la imperial esposa de Augusto?
Yo imagino a L ivia igual que Robert Graves la pinta en Yo, Claudio .
Envenenadora, lista, sin escrúpulos.
Livia ignoró a esos niños egipcios y se centró en promocionar a Tiberio, su hijo, que efectivamente llegó a ser emperador.
¿Qué pasó con los tres niños egipcios?
De Ptolomeo Filadelfo nada sabemos. Tampoco de Alejandro Helios...
Muy sospechoso...
Eso me permite fabular, claro... ¿Intentó quizá ganarse a su hermana Selene para recuperar juntos el trono de Alejandría?
Y de Cleopatra Selene, ¿qué se sabe?
Que Augusto la casó con otro de sus insignes rehenes: el joven Juba II de Mauritania. Y los coronó reyes de Mauritania.
En el norte de África.
Sí, un reino vasallo de Roma. Su territorio se superpone en parte con el actual Marruecos, Argelia... Edificaron la ciudad de Volubilis: ¡visítela! Y conocemos su mausoleo real, en Tipasa, en la Argelia actual.
No había oído hablar de Juba.
Fue el primer cronista de las islas Canarias, el primero que las menciona y ordena explorarlas. Le tengo cariño: escribí antes una novela sobre los guanches...
¿Tuvieron Selene y el rey Juba alguna descendencia en Mauritania?
Sí: Ptolomeo de Mauritania. El reino de Mauritania era boyante, comerciaban con Gades, Líbano... Eran especialistas en producir púrpura para teñir telas caras.
Y todo con Cleopatra Selene reinando.
Me gusta imaginar las emociones domésticas en la que se crio de niña en Roma, entre mujeres inteligentes y pragmáticas: Octavia, Livia... Y, de vuelta a su África, ¡iluminó su nuevo reino con su talento!
¿No soñó Selene con rehabilitar un día el reino de su madre en Egipto?
Deduzco que renunció a eso, por lealtad a su educación augusta. Y, a su vez, Augusto debió de admirarlas, a ella y a su madre. Y por eso quiso hacer de Roma una nueva Alejandría: ¡pasó del ladrillo al mármol!
¿Y qué pasó con Ptolomeo de Mauritania, hijo de Selene y nieto de Cleopatra?
Su primo Calígula le invitó a Roma. Una tarde, en el anfiteatro, durante un duelo de gladiadores, Calígula vio la magnífica capa púrpura de Ptolomeo... Y, celoso, sin pestañear siquiera, ordenó su asesinato.