Puri Mascarell,filóloga, estudiosa de la literatura feminista:

“Casarse y compartir cuenta corriente... ¡es antifeminista!”

Tengo 40 años. Soy de Xàtiva. Soy profesora de teoría literaria en la Universitat de València. Vivo en pareja con Paco Cerdà hace 23 años –¡es el amor que soñé!– y tenemos una hija, Purixi (11 meses). ¿Política? Con los de abajo, siempre. ¿ Creencias? Practico tradiciones cristianas populares. (Foto: LV)

Qué hacía de niña?

Leía aventuras de Sherlock Holmes, a solas en casa.

¿Y sus padres?

Carpintero él, carnicera ella. Yo acabé filóloga y fui becada para culminar mi doctorado en la universidad.

¿Mirada feminista?

Tardé en advertir que mi canon de lecturas era masculino.

¿Hubo un clic?

Descubrí obras de Elena Fortún, Ana María Matute, Carmen Martín Gaite... Y anglosajonas: Brontë, Louisa May Alcott...

¿Qué vio en esas obras?

Que sus autoras aplicaban astutamente su arte literario para criticar el patriarcado.

¿A plena conciencia?

En un espacio público opresivo, veían en la literatura un espacio de libertad íntima.

¿Cómo vivían esas escritoras?

Sabían que las decisiones últimas las tomaban hombres: padres, hermanos, hijos.

¿Qué texto fue pionero en esa crítica?

Las Cantigas de amigo , poemas del siglo XII: dan voz a la “malcasada”.

Lee también

Elocuente palabra.

Denuncia la condena que supone para una mujer la obligación de desposarse con un hombre sin amor.

“Anillo al cuello”, dice usted.

El anillo nupcial ha sido para la mujer como el anillado del pájaro por su amo.

¿Qué opina del canon de Bloom?

Hombres heterosexuales blancos anglosajones.

Deme su canon de tres escritoras.

Virginia Wolf, la primera: literariamente superior a tantos hombres.

Segunda.

Simone de Beauvoir, por sus ensayos y por sus novelas.

Tercera.

Mercè Rodoreda, una de las grandes escritoras europeas.

¿Quiere mencionar a alguna más?

Elena Fortún, autora de Celia , libros infantiles de alta calidad y su novela póstuma Oscuro sendero : una mujer lesbiana casada con un hombre envidioso...

Rescate un libro de mujer muy reivindicativo.

El placer de vivir sola , publicada en 1936 por Marjorie Hillis, ¡un clásico! Un elogio de la soltería.

¿Defiende usted la soltería?

Una verdadera feminista no se casa.

Vive usted en pareja, Puri...

Es el amor que soñé de niña. Sin matrimoniar. El matrimonio es una institución sombría para la mujer. De niña me inspiró Jo, personaje femenino de Mujercitas .

¿Por qué?

“Yo no me caso”, proclama. Quiere dedicarse a escribir, nada de chicos. Inspirador para niñas como yo, poco femeninas.

Louisa May Alcott, su autora, ¿se casó?

No. Vivió soltera... ¡y vivió de su literatura!

¿Y las hermanas Brontë?

Fueron precavidas ante el matrimonio. ¿Conoce el estudio de Paul Dolan?

No.

Constata que las mujeres solteras viven más y mejor que las mujeres casadas. Entre hombres es lo contrario.

¿Qué libros recogen mejor la opresión matrimonial?

La malcasada , de Carmen de Burgos, mediante experiencias personales: describe una paliza del marido a la esposa.

Otro.

Solitud , de Víctor Català (Caterina Albert). Un marido ludópata y abúlico, la violación de la mujer por un cazador... Y ella decide abandonar al marido y le advierte así: “¡No me sigas ni un paso!”

¿Una tercera obra?

Los pazos de Ulloa , de Emilia Pardo Bazán, con escenas de violencia y terror marital, en un medio rural.

¿Quiénes fueron las primeras autoras feministas, a su juicio?

Olympe de Gouges: en 1791 redactó la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana. Y Mary Wollstonecraft, que en 1792 reivindicó igualdad mujer-hombre en derechos, voto incluido.

Fundaba el feminismo...

Mencionaré también a Alexandra Kolontái, leninista, primera mujer ministra en la URSS, en favor de los derechos de la ­mujer.

¿Cómo ve hoy usted a las mujeres?

Hay cada día más mujeres solteras: intuyen peligro de opresión en una pareja masculina, todavía hoy.

¿Cómo educará a Purixi, su hija?

Sabrá que el amor romántico es una bonita máscara... con reverso oscuro.

Y no descarte que a los 20 años Purixi le diga un día: “¡Mamá, me caso”!

“¿Vale la pena ese hombre? ¿Has convivido ya con él?”, le diré. Iré al bodorrio... sin dejar de decirle que compartir cuenta corriente y casarse... ¡es antifeminista!

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