Uno de cada cuatro españoles destina la mayor parte de sus ingresos a la vivienda

CRISIS HABITACIONAL

El informe nacional sobre desigualdades habitacionales en España elaborado por el ICTA-UAB destaca que el aumento de los precios de la vivienda y su mala calidad están agravando las desigualdades estructurales en todo el país 

Escaparate de una inmobiliaria, a 9 de agosto de 2023, en Madrid (España). La vivienda en alquiler en España cerró julio con un precio medio por metro cuadrado de 10,93 euros, lo que supone un 6,74% más en comparación al mismo mes del año anterior y un 0,28% mensual más. Las regiones más caras para vivir de alquiler en el séptimo mes del año fueron Baleares, con 16,39 euros por metro cuadrado, Madrid (15,05 euros) y Cataluña (12,27 euros), mientras que las más económicas estuvieron en La Rioja (4,69 euros), Castilla y León (4,86 euros) y Extremadura (5,03 euros).

El estudio destaca que el 40 % de los arrendatarios españoles destina más del 30% de sus ingresos a la vivienda

Ricardo Rubio / Europa Press

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El 40 % de los arrendatarios españoles destina más del 30% de sus ingresos a la vivienda, de modo que superan el umbral que marca que un hogar tiene una sobrecarga excesiva en este concepto.

Así lo revela un informe elaborado por el ICTA-UAB que analiza la creciente crisis de la vivienda en España y en ocho países europeos más. El estudio destaca que el aumento de los precios de la vivienda y su mala calidad están agravando las desigualdades estructurales en todo el país y alerta sobre el progresivo envejecimiento del parque inmobiliario en las zonas rurales.

Hasta el 40 % de los anuncios de alquiler en Barcelona son de temporada

El informe nacional sobre desigualdades habitacionales en España elaborado por el ICTA-UAB señala también que el porcentaje de ingresos destinado a la vivienda alcanza el 37 % en el caso de los arrendatarios del mercado libre. Como consecuencia, la pobreza energética afecta hasta al 28 % de los hogares españoles, una de las tasas más altas de la Unión Europea.

Asimismo, el aumento de los alquileres turísticos de corta estancia está desplazando a los inquilinos de larga duración. Hasta el 40 % de los anuncios de alquiler en Barcelona son de temporada: contratos de entre uno y once meses que no ofrecen el control de los alquileres de larga estancia ni las protecciones a los inquilinos de la Ley de vivienda española. A esto se suman miles de propiedades con licencias de alquileres turísticos de corta estancia, es decir, de menos de un mes. La inversión extranjera, los alquileres a corto plazo y de temporada y la gentrificación impulsada por el turismo han disparado los precios de alquiler en centros urbanos como Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca y Málaga.

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La escasez de viviendas de alquiler público es otro de los problemas detectados. “Solo el 1,5-2 % del total de viviendas son de alquiler público, y leyes como la de las viviendas de protección oficial (VPO) permitieron vender las viviendas subsidiadas en el mercado privado después de 10 a 30 años, afectando la asequibilidad a largo plazo”, indica el Dr. Austin Matheney, investigador del ICTA-UAB y autor principal del informe.

Y, pese a que el problema parece centrarse en las ciudades, las zonas rurales también se enfrentan a múltiples desafíos. El envejecimiento del parque de viviendas, la falta de infraestructura y el declive demográfico dificultan la vida rural, especialmente para la gente mayor. En estas áreas, la ineficiencia energética es una preocupación importante, ya que aumenta el coste de los servicios públicos y contribuye a la creciente tasa de pobreza energética en España.

El problema de las desigualdades ambientales: 1 de cada 5 hogares españoles no pueden mantener cálida su vivienda

Las desigualdades ambientales también afectan a los más vulnerables. Por ejemplo, en edificios antiguos con mal aislamiento, las familias se enfrentan a inviernos fríos, humedad y altas facturas de electricidad. Casi una de cada cinco hogares españoles no puede mantener cálida su vivienda.

Los autores argumentan que resolver la crisis de la vivienda en España requerirá de reformas coordinadas y a múltiples niveles. Las principales recomendaciones incluyen ampliar el alquiler público de viviendas, especialmente en los centros urbanos, y reformar los incentivos fiscales para desincentivar la especulación, a la vez que se promueven los alquileres a largo plazo. 

Además, es necesario reformas las viviendas antiguas para mejorar su eficacia energética, con el apoyo de asistencia técnica y financiera. También es urgente regular los alquileres a corto plazo, particularmente en áreas de alta demanda, y proporcionar subsidios específicos para los hogares más vulnerables. Finalmente, es fundamental desarrollar estrategias regionales que traten las disparidades entre las zonas urbanas y rurales.

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