El verano más cálido de la historia borra una cuarta parte de las reservas de agua en Andalucía
Embalses al 45% de su capacidad
Olas de calor extremo, turismo intenso y menor presión normativa han elevado el consumo de agua. Ahora los comités de sequía deberán decidir sobre posibles restricciones
Imagen del embalse de la Viñuela, en el municipio de Vélez-Málaga (Málaga).
El consumo de agua de este verano en Andalucía, impulsado por las olas de calor, el turismo intensivo y la relajación de restricciones gracias a las abundantes lluvias de finales de 2024 y de principios de 2025, ha provocado que la región pierda una cuarta parte de sus reservas en los embalses de la comunidad.
A falta de conocer los datos de la última semana, las reservas han pasado del 57,5% de la capacidad que tenían en junio al 45% de mediados de septiembre, según ha apuntado el Ministerio para la Transición Ecológica. Es decir, por el camino se han perdido 1.600 hectómetros cúbicos en los últimos meses.
La previsión es que, si no llueve en los próximos días, la época estival cierre con menos de 5.400 hectómetro cúbicos de almacenamiento en la región de los 12.000 para los que tiene capacidad. Y, aunque las cifras que se manejan ahora son mejores que las registradas en verano del pasado año, cuando se pasó del 40,6% al 29%, lo cierto es que la preocupación sigue estando presente en una comunidad donde la sequía es ya un problema endémico. Recordemos que hace casi dos años, cuando los pantanos estaban al límite y el panorama era bastante complicado, el Gobierno andaluz estudiaba la posibilidad de traer agua en barcos para satisfacer las necesidades de la ciudadanía.
2025 mejora el arranque gracias a las lluvias, aunque cierra el verano en un 45%, aún lejos de la media histórica.
Para evitar este escenario de crisis, los comités de sequía provinciales, que deben reunirse en octubre una vez concluido el año hidrológico, deberán sopesar la posibilidad de volver a imponer restricciones de agua. Este análisis por parte de los expertos deberá tener en cuenta la advertencia que ha realizado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), desde donde se ha anunciado que este otoño podría ser más cálido y seco de lo habitual, con un déficit de entre 10 y 50 litros por metro cuadrado respecto a la media de lluvias.
Un verano más cálido que multiplica el consumo
Los meses de verano en la región han sido duros. Andalucía ha soportado varias olas de calor donde el mercurio ha llegado a superar los 44 grados en puntos de Córdoba, Sevilla y Jaén, lo que ha provocado que se multiplique el consumo de agua tanto en hogares como en el turismo y el ocio. A ello se suma la evaporación más intensa en embalses y canales, consecuencia directa del calor, lo que ha agravado el descenso de las reservas.
Por su parte, la Junta de Andalucía hace un llamamiento a la prudencia. “No podemos bajar la guardia”, insisten fuentes de la consejería de Agua, que recuerdan que el verano de 2025 ha sido el más cálido de la serie histórica en la región. El Gobierno autonómico trabaja en nuevas desaladoras, modernización de regadíos y campañas de ahorro para evitar cortes más severos en caso de que el otoño confirme las malas previsiones.
Cabe destacar también que, otra consecuencia directa de estas altas temperaturas y su impacto en el ser humano, ha sido el aumento de muertes como consecuencia del calor extremo. Solo en Andalucía se han reportado 303 fallecimientos por esta causa.
Los efectos del cambio climático se dejan notar de una manera cada vez más acuciada en la comunidad, tanto que algunos expertos apuntan a que se perderán unas 33 playas a final de siglo.
Diferencias entre cuencas
La demarcación del Guadalquivir pasa del 57% en junio al 43% en septiembre, con 3.504 hm³ almacenados. En las Cuencas Mediterráneas Andaluzas, más presionadas por el turismo, el descenso ha sido más acusado, del 36% de sus reservas, aunque se mantienen alrededor del 36% de capacidad. La cuenca del Guadalete-Barbate finaliza el verano al 43%, y la del Tinto-Odiel-Piedras-Chanza, al 55%.
La situación más crítica está en Almería, donde el embalse de Cuevas de Almanzora apenas alcanza el 6,5% y el de Benínar el 12,5%. En contraste, Málaga, que el año pasado vivió uno de sus peores momentos, mantiene cifras positivas en pantanos como el Conde de Guadalhorce (53%) o La Viñuela (44%).
Planificación y gestión del agua
La situación del agua en Andalucía sigue siendo una de las grandes pruebas de resiliencia de la comunidad frente al cambio climático. Aunque las lluvias de principios de año evitaron una crisis inmediata, el verano ha demostrado la fragilidad del sistema y la necesidad de avanzar en medidas estructurales. La región encara el otoño con la urgencia de combinar prudencia ciudadana, planificación institucional y nuevas infraestructuras, conscientes de que la gestión del agua ya no es un desafío coyuntural, sino el eje central de su futuro sostenible.