Los efectos de la sobrepoblación de jabalíes son un problema recurrente en los municipios de montaña y las estrategias para tratar de mitigar la situación son variopintas. Hace unas semanas en Begues, localidad del Baix Llobregat con un 50% de su territorio en el parque natural del Garraf, llevaron a cabo una prueba piloto con un líquido que simula la orina del lobo, animal depredador del jabalí. Instalaron dicha sustancia cerca de los contenedores de basura, con la intención de que el olor les ahuyentara y así no derribaran los recipientes para buscar algo que comer y acabaran ensuciando la vía pública.
Pero en este caso, el líquido que simula la orina de lobo no funcionó. Y en el fondo el motivo es bien lógico: “En Begues no hay lobos. Los jabalíes no les conocen. Por lo tanto, no identifican el olor y no le tienen miedo”, explica Liberto Mas, técnico responsable de medio ambiente del Ayuntamiento. Según Mas, la prueba piloto, con un coste de unos 1.000 euros para las arcas municipales, surgió en un encuentro con otros alcaldes.
La iniciativa surgió tras un encuentro con otros alcaldes
“Decidimos probar”, comenta. “En otros lugares con presencia de lobos quizás funciona, pero aquí no. Los jabalíes de aquí no los han visto en su vida”, agrega. Iniciativas similares se llevaron a cabo anteriormente en Sant Martí de Centelles, Aiguafreda y zonas de Bizkaia.
“No le tienen miedo al lobo, pero tampoco al hombre”, retoma Mas. Entre otros, uno de los motivos es que algunos humanos les han dado de comer, dice el técnico municipal, que recuerda como en otros tiempos “algunos agricultores iban a las peluquerías para pedir cabello de humano y así proteger sus fincas”.
Si bien el líquido que simula la orina de lobo no ha funcionado, hace ya años que en Begues se emplean otras estrategias más efectivas aunque no infalibles. Por ejemplo, recuerda Mas, el cierre de las islas de contenedores con barreras de madera que los esconden. También nuevos sistemas de anclaje para que los recipientes para hacer acopio de deshechos queden fijados al suelo o capturas controladas de ejemplares.
“Los jabalíes son animales muy inteligentes”, asegura el técnico municipal. Con mayor o menor éxito, en un contexto con menos cazadores, los jabalíes suelen encontrar maneras de salirse con la suya. Más allá de los contenedores, la presencia de estos animales puede propiciar accidentes de tráfico, recuerda Liberto Mas.