Hombres artificiales

Historias naturales

La riera de Arbúcies trae agua. Pero en la orilla del instituto han cortado tres alisos. El aliso no es un árbol que abunde mucho. Es fuerte, vive con las raíces sumergidas en el agua, no acostumbra a secarse y morir, con el problema que pueda caer y obstruir el curso del río en caso de una crecida. Eran unos alisos gruesos, frondosos, daban sombra y frescor, y alegraban la vista. ¿Por qué los han cortado?

Tomo el autobús para ir a Sant Celoni y en el tramo que va de Breda a Viabrea intento no mirar la vía verde: me saca de quicio. No puedo entender que, para que la gente pueda caminar o ir en bicicleta, hayan tenido que asfaltar el camino. Ya sé que si es el camino de tierra el mantenimiento es más costoso. Pero para eso hay un montón de gente cobrando del Ayuntamiento, ¿no? Desde hace días, la brigada está tan ociosa que han empezado a podar los plátanos que aún conservaban todas sus hojas. Conozco a uno de los que podan –Comas: jugábamos juntos al fútbol– y estoy a punto de decirle: “¿no veis que no es el momento de podar y que acabareis matando a los árboles?” Pero me deprime todo tanto que paso por su lado como si no le hubiera visto.

¿No habíamos quedado en administrar bien los recursos y no perder más de lo que ya se ha perdido?

Entre La Batlloria y Sant Celoni están desdoblando la carretera. Claro, claro, había que desdoblarla. Con tanto tráfico y fábricas, camiones, gente que va a buscar el tren, como yo mismo, o que se dirigen a trabajar a los polígonos. Pero ¿no habíamos quedado en administrar bien los recursos, conservar, no perder más de lo que ya se ha perdido, limitar la movilidad, reducir las emisiones de CO2? La orilla de la carretera junto a las fábricas químicas no era nada del otro mundo, me consta. Pero me gustaba pasar por allí y distraerme con la vista de los carriles auxiliares, los parterres, los grandes plátanos, un jardín abandonado con dos yucas que sobrevivían a la sequía. Ya empieza a verse cómo quedará la carretera desdoblada: una autopista continua. 

La vía verde del Plazaola  es apta para todos los públicos

La vía verde del Plazaola 

Daniel Gutiérrez

La artificialización avanza imparable. Carreteras y carreteritas, vías verdes y vías verdecitas, podas y poditas. Iba a escribir “como si se acabara el mundo” y “como si no hubiese mañana”, que son dos chascarrillos de chicle que, mira por donde, van como anillo al dedo a lo que vemos todo el día por todas partes.

Me gusta la idea de artificialización que ahora se utiliza, mucho mejor que el urbanizar de antes. No sólo se trata de introducir nuestros paisajes en esta ciudad global cada vez más desastrada y fea, sino de arrancarlos de la naturaleza para llevarlos a otra dimensión en la que los hombres artificiales en que nos hemos convertido muchos de nosotros nos sentimos más cómodos. Aunque después queremos ir a la montaña, que el mar esté limpio, que llueva y bla, bla, bla.

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