Homenaje al Rusiñol recién triunfador en Buenos Aires

El álbum

Tenemos a un Rusiñol radiante. El motivo no era banal. Se había concedido un viaje lejano, había consumido en tierras ignotas un tiempo larguísimo, acaba de regresar a casa y reencuentra a la pandilla de amigotes que le recibían con alborozo, le rendían homenaje y todo ello bien regado. ¿Se puede desear más?

Obligado es enmarcar con información semejante episodio de su vida.

El pintor y dramaturgo permaneció medio año de 1910 en Argentina y obtuvo un éxito rotundo

Rusiñol estaba recuperado de su grave dolencia renal y sabida su querencia viajera, cuando menos por España y Francia, se atrevió a cruzar el gran charco y plantarse como invitado en Buenos Aires; no era un momento cualquiera, sino la conmemoración del centenario de la independencia: 1910.

Le acompañaba su admirado amigo Enric Borràs, quien había sido contratado para representar en aquellos escenarios obras creadas por el dramaturgo. Arribó también cargado con 41 grandes cuadros con destino a una exposición importante; estaban a la venta y le fueron comprados 32.

Rusiñol, el más alto y barbado de la primera fila, homenajeado en el Cercle Artístic

Rusiñol, el más alto y barbado de la primera fila, homenajeado en el Cercle Artístic 

Album Permanyer

Ni que decir tiene que le han recibido con amor y emoción, Le llevan en palmas. Rusiñol aceptaba, y con alegría, cuanto le proponían. Se quedó tan fascinado ante el espectáculo del tango bailado por el pueblo, que le inspiró ya a renglón seguido una más de sus comedias: Souper-tango .

Resumen del viaje: una gran barrilada según Jaume Passarell; quizá exageraba el amigo periodista, pero no demasiado.

A su vuelta, el Reial Cercle Artístic, cuya sede estaba recién situada en la lujosa casa Lleó i Morera, le organizó un homenaje para festejar los grandes éxitos que ha obtenido como pintor y también como dramaturgo. El local está colmado. El champaña corrió con generosidad, lo que entonó al protagonista.

El presidente le dedicó el acto con un parlamento en el que resumía la predisposición de la entidad para colaborar con él en todo lo que hiciera falta.

El gran Tiago, como los próximos lo trataban, no se anduvo con rodeos y propuso crear una comisión para enviar cuadros vía Argentina, pues aquí imperaba la decadencia cuando nada menos se pintaba más y mejor. Afirmó que se debía encontrar otro mercado en América, que proporcionara gloria y provecho.

Rubricó el parlamento con un brindis en honor del Cercle y se engulló de un sorbo la copa de champaña entera.

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