El Festival de Eurovisión, que quería celebrar gozosamente su 70.º aniversario en la edición del año próximo en Viena, afronta la mayor encrucijada de su historia. La Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora del certamen, anunció el pasado jueves la convocatoria de una asamblea extraordinaria en noviembre para que las radiotelevisiones públicas que la componen voten si Israel participa o no en la edición del 2026.
La decisión sobre Israel iba a sancionarse en la asamblea general habitual de diciembre tras un proceso de consultas con los miembros, después de que la mortífera escalada de la ofensiva militar israelí en Gaza haya llevado a cinco países, entre ellos España, a anunciar que no estarán en Viena si compite Israel.
Pero toca adelantar la cita. La presidenta de la UER, Delphine Ernotte-Cunci, indicó en un comunicado que, tras hablar con el ex vicepresidente Petr Dvorak –a quien se había encargado las consultas–, se vio que ”no sería posible conseguir una postura de consenso sobre la participación de KAN, la cadena de radiodifusión pública israelí”. Ernotte-Cunci admitió que “la UER nunca antes se había enfrentado a una situación de división como esta”, por lo que el consejo ejecutivo acordó que el asunto “merece una base democrática más amplia para una decisión, en la que todos los miembros deberían tener voz”.
Por todo ello, se celebrará una reunión extraordinaria en línea “a principios de noviembre”. El rotativo austriaco Kronen asegura que la votación será secreta, lo cual, según los expertos, podría favorecer que más países voten por excluir a Israel. La UER tiene 68 miembros de 56 países –no todos compiten en el festival y no todos se hallan dentro del perímetro geográfico europeo–, que pueden votar en la asamblea. Hay también 31 miembros asociados de 20 países más alejados del continente.
La radiotelevisión pública israelí, KAN, reaccionó el mismo jueves con una nota en la que sostenía que “los estatutos de la UER estipulan, con razón, que decisiones extraordinarias de este tipo requieren una mayoría del 75% de la asamblea general, una mayoría excepcional”. Pero esto no es así.
La votación requerirá solo mayoría simple (más del 50% de los votos), porque el requisito del 75% se refiere a la expulsión o cese de un miembro de la UER, no a la participación en Eurovisión. La UER ha confirmado que se aplicará el umbral más bajo pues no se vota la expulsión de Israel, sino solo su participación en el festival.
RTVE notificó que no participará en la próxima edición si lo hace Israel, si bien mantiene el Benidorm Fest como festival propio, para el que ha recibido 870 canciones aspirantes. Eslovenia, Irlanda, Islandia y los Países Bajos mantienen esa misma postura.
Sin embargo, Alemania, Francia e Italia –también miembros del Big Five , los cinco mayores contribuyentes financieros, como España–, Grecia y la anfitriona Austria sí confirmaron su presencia. La asamblea de noviembre se anuncia tensa y difícil.

