Tomemos como referencia dos recientes incendios que también azotaron las comarcas del Ebro, porque de ambos podemos inferir políticas concretas y eficientes sobre prevención y extinción.
El primero en Gandesa, en abril del 2023, en plena sequía con los bosques yermos y a punto de implosionar, que afectó a la sierra de Pàndols, muy cerca del que ahora nos mantiene acongojados. Arrasó unas 3 hectáreas en una zona de fácil acceso –no como los agrestes barrancos de Paüls– y en los trabajos participaron 33 dotaciones de bomberos.
Una vez extinguido, Bombers de la Generalitat publicaron este elocuente tuit: “El incendio de Gandesa ya está estabilizado. Hay que destacar que, pese a que quemaba en una zona sensible, la gestión forestal realizada en los últimos años ha evitado un incendio de mayor magnitud”.

EEl viento alimenta el incendio en el Baix Ebre
Esa eficaz y concluyente gestión forestal no era otra que un rebaño de cabras propiedad de un pastor de Bot (Terra Alta). Y las cabras comen todo lo que encuentran a su paso, son esenciales para la silvicultura y despejan el sotobosque de hojarasca, broza y maleza. ¿Cuánto cuesta un rebaño de cabras? Seguro que mucho menos que un camión de bomberos. Lo mismo que en salud. El cribado del cáncer de pulmón salva vidas y dinero al contribuyente, pues la prueba diagnóstica es infinitamente más barata que el tratamiento posterior. Empecemos a invertir en paisaje.

El incendio del Baix Ebre arrasa 3.200 hectáreas
El segundo incendio, con epicentro en Flix, se llevó por delante 6.000 ha de bosques y cultivo en 2019. La Generalitat, en manos de Junts, mandó a la Ribera d’Ebre a un conseller que no sabía ni pronunciar el nombre de Flix (decía Flics) y tardó una eternidad en reclamar la intervención de la Unidad Militar de Emergencias, a quien posteriormente agradeció la “ayuda de un país vecino”. Ni en momentos de crisis ciertos políticos pueden obviar la deplorable conyeta.
La normalización política y social que reina en Catalunya también ha llegado a los servicios de Protección Civil. Salvador Illa la reclamó de inmediato y en la madrugada de ayer los efectivos de la UME ya circulaban por el Eix de l’Ebre procedentes de Zaragoza. Y, como en Flix, la historia se repite en Paüls. Las redes sociales eran ayer un hervidero de críticas e improperios contra la pasividad inicial de TV3 y Catalunya Ràdio en informar sobre el devastador incendio. Más allá de un cierto victimismo ebrense, a veces 25 hectáreas en el Empordà abrasan más que 3.000 por aquí abajo.