Javier, un jubilado y vecino de Vigo (Galicia) se lamenta tras la desaparición de sus ocho corderos. Ya hace unos años que este hombre se encuentra en un “delicado momento de salud” y, desde que visitó a su médico por ello, adquirió estos animales, ya que el doctor le recomendó mantenerse activo y hacer actividades al aire libre, como cuidar animales. Así se desprende de la información publicada por La Voz de Galicia.
El hombre hizo caso de la recomendación del doctor y, desde hace cuatro años y junto a un amigo suyo, dio con un pequeño rebaño de ovejas, a las que cuidaba en una finca que ambos comparten en la localidad de Nigrán. Desde entonces, sus corderos son, para él, terapéuticos: una fuente de bienestar emocional y una razón más para levantarse cada día.
La recompensa
Sin hablar de cifras concretas, el hombre asegura que pagaría más por los corderos que en cualquier venta clandestina
Sin embargo, la harmonía de este hombre junto a sus corderos dio un giro de guion el pasado sábado, cuando, al llegar a su finca, vio que los ocho corderos de su rebaño no estaban. “No tienen más que tres meses y son hijos de otras del rebaño que tenemos”, ha explicado en conversación con el citado medio. Javier ha detallado que, el día anterior, había estado en la finca hasta las 20 horas y que no vio nada extraño.
Al llegar el sábado a la finca, notó que las ovejas adultas estaban más nerviosas de lo habitual. Fue entonces cuando se dio cuenta que las más pequeñas no estaban por ninguna partes. “Un vecino me dijo que sobre las 22:30 horas escuchó ruidos, pero no pensó que pudiera estar nadie en la finca haciendo algo así”, ha explicado Javier, que asegura que no busca culpables y que se conforma con recuperar a sus corderos. Ha recordado que su contacto diario con ellos es fundamental para su bienestar.
El hombre pide a cualquier persona que haya podido ver algo que se ponga en contacto con él y que si alguien los tiene, que los devuelva. Asegura que no se mueve por la pérdida económica de este robo, sino la emocional. “No son corderos o mascotas. Son animales, pero casi parte de la familia y, en cualquier caso, parte del tratamiento que me aconsejó el médico así que son terapéuticos”, ha explicado angustiado.
“No es cuestión de dinero, es que quiero recuperarlos”, ha asegurado el jubilado afectado al citado medio. “Si alguien los tomó para alimentar a su familia, ya no digo nada. Pero si fue para malvenderlos, estoy dispuesto a pagar por ellos”, ha expresado emocionado. No ha hablado de cifras concretas, pero Javier ha dejado intuir que ofrecería una recompensa más ventajosa que cualquier venta clandestina.