Cuando hace cinco años la Generalitat tomó la salomónica decisión de emplazar el futuro hospital Trueta en terrenos de Salt y Girona –municipios que se disputaban el equipamiento– arrancó para estos dos ayuntamientos un farragoso trabajo urbanístico para recalificar y poner a disposición de Salut los terrenos en los que se emplazaría el nuevo edificio hospitalario, que dará servicio a más de 800.000 habitantes y que el territorio espera desde hace más de dos décadas. Un trabajo, no exento de retrasos y polémicas, que encara ahora la recta final.
El Ayuntamiento de Girona aprobará de forma provisional antes de este verano las modificaciones urbanísticas que permitirán la construcción del futuro campus, que ocupará una superficie de 220.000 m2al sur del área urbana. La última decisión la tendrá la Generalitat, pero de entrada, el entorno del futuro edificio sanitario en el ámbito de Girona será “un corredor verde”, que reseguirá en paralelo la riera Masrocs, que alcanza Salt y Vilablareix. Prácticamente la mitad del sector que se reordenará será zona verde.
El equipo de gobierno –Guanyem, Junts y ERC– asegura que el espacio creará una nueva centralidad
“Será un nuevo pulmón, que creará una nueva centralidad del área urbana”, destacó ayer el alcalde de Girona, Lluc Salellas (Guanyem) en una comparecencia de prensa con los otros socios de gobierno, Junts y ERC. “Es el proyecto más transformador para la ciudad de los próximos 50 años”, afirmó la vicealcaldesa Gemma Geis (Junts). Una unión con la que los tres partidos quieren visibilizar que van a la una, ante “las incertidumbres” que rodean al proyecto “que será una pieza clave para el sistema sanitario del país”, dijo el teniente de alcalde de ERC, Quim Ayats.
Incertidumbres como la que generaba el parque urbano Jordi Vilamitjana sobre el que, según la propuesta de urbanización del Ayuntamiento, se podrían llegar a edificar hasta 370 viviendas, de las cuales un 40% serán de protección oficial. La idea es que el parque infantil, el skatepark y el área canina se trasladen a la nueva zona verde, en un espacio próximo a la riera.
Pero los vecinos, que han presentado alegaciones y una moción en el pleno de marzo, nunca han querido ese cambio aduciendo que el parque perdería centralidad con respecto a los barrios de Santa Eugènia y Can Gibert del Pla, dos de los más densamente poblados de la ciudad.
Sin embargo, para el Ayuntamiento no hay otra opción posible. Explican que la inundabilidad de los terrenos próximos a la riera ha obligado a concentrar los usos hospitalarios y residenciales en los terrenos que están más alejados, o sea en la zona del parque. Además, la expropiación de los terrenos por parte del Ayuntamiento tampoco es una opción que se contemple por su “inasumible” coste. La operación se elevaría a 11 millones de euros, entre la compra de los solares y la urbanización posterior del espacio.

Recreación en 3D de una de las calles próximas al futuro campus, con comercios en las plantas bajas.
La propuesta municipal incluye también la construcción de un puente que cruza la riera Masrocs, que conectará el polígono de Mas Xirgu con el campus de salud, que acogerá también las facultades de Medicina y Enfermería, así como centros de investigación biomédica. Se estima que el puente, que debe facilitar la fluidez de movilidad en la zona, costará unos 2 millones, cuantía que el Consistorio querría que pagara la Generalitat.
El alcalde de Girona explica que la Generalitat avala la propuesta del Ayuntamiento. No piensa igual el PSC de Girona que se ha opuesto al traslado del parque. Mañana, la Generalitat, ayuntamientos implicados y la Universitat de Girona rubricarán un nuevo protocolo, que significará el compromiso de las distintas administraciones de ir a la una.