En el marco del proyecto CustForest, se han instalado ocho nidos artificiales para atraer buitres negros en el valle de la Muga, en el Alt Empordà (Girona).
El jefe de biodiversidad de la Fundación Pioneers of Our Time, Aleix Millet, indica que este pájaro suele reproducirse en el mismo lugar en el que nació, pero con esta acción intentan “poner las condiciones óptimas para que, a medio plazo, la especie pueda tener aquí un núcleo de reproducción”. En algunos nidos artificiales, además, también ha colocado unas figuras que simulan un buitre negro, “porque si ven una colonia falsa, pueden sentirse atraídos”, según Millet.
En Catalunya, el buitre negro está clasificado como especie vulnerable, y sólo hay una colonia en Boumort (Pallars Jussà).
En Cataluña están presentes los cuatro tipos de buitres de Europa: el negro, el común, el alimoche y el quebrantahuesos. En el caso de los negros, sólo nidifican en Boumort (Pallars Jussà), donde a principios de los años 2000 se desarrolló un proyecto de reintroducción de la especie. Actualmente, hay diecinueve parejas y entre cincuenta y sesenta ejemplares.
El jefe de biodiversidad de la Fundación Pioneers of Our Time, Aleix Millet, ha expuesto que cuando son jóvenes hacen dispersiones y recorren muchos kilómetros. Pero cuando llegan a la madurez sexual suelen volver al mismo sitio donde salieron del huevo.
Un agente rural instalando una figura de buitre negro.
Por eso, en la vall de la Muga, será difícil que nidifiquen. Sin embargo, para intentar poner la base para que algún día puedan reproducirse, han instalado ocho nidos artificiales y seis figuras en forma de buitres. De esta forma, simulan una colonia falsa para que haga de efecto llamada y atraiga a los ejemplares que estén sobrevolando la zona.
De hecho, según Millet, han detectado algunos buitres negros que han sedimentado dos o tres días por el valle. Algunos provenían de Francia, y otros de Boumort o de otros lugares de la Península Ibérica. Si se consiguiera que esta ave se reprodujera en la Muga, también beneficiaría a las colonias más cercanas. “Se crearían conexiones entre las poblaciones catalanas, ibéricas y francesas, lo que haría que hubiera más mezcla genética, lo que favorecería mucho a la especie”, resaltó el jefe de biodiversidad.
Elección de árboles
La instalación de los nidos artificiales se ha realizado en el marco del proyecto CustForest del CREAF, financiado por la Fundación Biodiversidad, liderado por la Red de Conservación de la Naturaleza, y que cuenta con la Fundación Pioneers of Time como socio. Además, también colaboran los Agentes Rurales.
El primer paso es analizar que zona forestal podría ser la más recomendable. De esto se encargan los técnicos del CREAF; que también establecen qué árboles deben cortarse para mejorar la salud del bosque, y cuáles podrían servir para instalar los nidos artificiales. La técnica de comunicación del CREAF, Marta Josa, ha señalado que los árboles más adecuados para los buitres negros “suelen ser muy altos, que sobresalen por encima del resto, y que están situados en pendiente, porque facilita la entrada y salida del nido”.
En el caso del valle de la Muga, el CREAF ha seleccionado ocho pinos. Una vez hecha la elección, los Agentes Rurales son los encargados de llevar a cabo la construcción e instalación de los nidos y de las figuras de buitres.
El coordinador del grupo de apoyo de montaña de los Agentes Rurales, Francesc Gomes, ha explicado que, primero, adecuan la copa del árbol para fijar la plataforma. “Colocamos ramas secas y fuertes para que tenga una buena base. Después rama verde más blanda, rama del mismo pino y, si tenemos la figura del buitre, también se lo ponemos”, especificó.
Los sanitarios de la naturaleza
Con esta acción, no sólo benefician a los buitres negros, sino que también acaba favoreciendo al resto del ecosistema. “El buitre negro es nuestra especie paraguas: cuando trabajamos para crear un hábitat para el buitre, también mejoramos los bosques favoreciendo mucha otra fauna, reducimos el riesgo de incendio y la filtración de CO₂, entre otros”, ha destacado Millet.
El buitre negro es el mayor pájaro necrófago del continente europeo. Sus nidos pueden superar los cientos de kilos, reutilizándolos año tras año. El jefe de biodiversidad ha recordado que esta ave, como el resto de carroñeros, juega un papel fundamental para mantener los ecosistemas saludables. “Son nuestros sanitarios de las montañas, porque son los encargados de hacer desaparecer a los animales muertos, que podrían convertirse en puntos de infección”, ha remarcado.
El CustForest es un proyecto que busca que la conservación de la biodiversidad forestal vaya de la mano con la economía local. Así, buscan bosques en custodia, es decir, lugares en los que la propiedad de la finca tiene un acuerdo con la entidad ambiental.
Actualmente, lo hacen simultáneamente en cuatro zonas de Catalunya para proteger el urogallo, la tortuga mediterránea, el águila perdicera, el buitre negro y las especies asociadas a los bosques maduros. Todo son especies paraguas, favoreciendo su hábitat, se beneficia toda la biodiversidad del ecosistema.

