La sobrepoblación de conejos sigue haciendo estragos en los cultivos de la llanura de Lleida y los agticultores piden medidas contundentes al Govern para minimizar los daños en el cereal, los frutales o el viñedo.
“La plaga en nuestra zona está peor que nunca y los conejos los hemos tenido que matar a los campesinos o cazadores con nuestros recursos”, lamenta Ramon Boleda, agricultor de Verdú y miembro de la plataforma Pagesos o Conills.
Por su parte, Unió de Pagesos se muestra expectante ante el anuncio del conseller de Agricultura, Òscar Ordeig de aprobar en septiembre una nueva orden de ayudas para comprar visores nocturnos y más medidas de control. Por el momento, el sindicato pide simplificar los trámites para la declaración de los daños y actuaciones más allá de las redadas nocturnas.
Boleda explica que en el coto de caza de Verdú a menudo invitan a cazadores con hurones para capturar conejos y organizan redadas nocturnas para atrapar a los animales.
Cada día calcula que se cazan un centenar de conejos sólo en este municipio del Urgell, donde las madrigueras proliferan en medio de los campos, en zonas de bosque o en taludes cercanos al canal Segarra-Garrigues.
Este agricultor de Verdú detalla que la compra de un centenar de balas del calibre 17 le cuesta 52 euros y que todo esto deben pagarlo de su bolsillo para “intentar defender nuestros negocios”. Teniendo en cuenta que los conejos se cuentan “por miles”, cree que la administración “ha de calzarse y ayudarnos en lo que haga falta”.
Según el portavoz de la plataforma Pagesos o Conills, “desde que está el nuevo Govern se ha dejado de actuar y, en lugar de ir a más, se ha ido a menos”. Así, Boleda denuncia que el personal de Forestal Catalana ha dejado de hacer cacerías nocturnas y el conejo “lo está aprovechando” para mordisquear el viñedo y los frutales, una vez ya ha arrasado algunos campos de cereal. “Ponemos protectores y repelente, pero no hay manera”, lamenta.