Los rectores de las seis universidades públicas -Complutense, Autónoma, Rey Juan Carlos, Carlos III, Politécnica y Alcalá- reclaman una financiación que garantice su futuro como servicio público que presta formación, investigación y transferencia del conocimiento, e incluso un “pacto de Estado” para garantizar la calidad de la “Universidad del 2050”.
Un marco de financiación suficiente y plurianual que cubra sus necesidades y les permita planificar por “un mínimo de cuatro años”, el mantenimiento de la función de “ascensor social y la igualdad de oportunidades; el respeto al libre pensamiento y a la autonomía universitaria, son algunas de las premisas defendidas por los rectores madrileños este martes en el Círculo de Bellas Artes en un desayuno organizado por la Universidad de Alcalá, al que han asistido autoridades autonómicas y nacionales.
“Sin innovación no hay conocimiento”, ha destacado el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, exrector de la Autónoma y antiguo ministro de Educación, que se ha mostrado contrario a la “mercantilización” y ha defendido la libertad académica, el pensamiento libre, racional y creativo, y los campus como “espacio de ejemplaridad y forma de vida”.
Centros no ajenos a la sociedad
Ha recordado lo que supuso Bolonia y la importancia de la “internacionalización”, y ha defendido la presencialidad como “espacio que humaniza las relaciones”, porque las universidades “son sociedad” y no deben ser ajenas a los problemas sociales, algo que no ocurre “en un centro que solo tiene una titulación o veinte iguales”, en alusión a las universidades privadas.
Los rectores de la Carlos III, Ángel Arias, y de Alcalá, José Vicente Saz, han sido contundentes al pedir ”un pacto de Estado“ entre todas las administraciones y partidos porque lo que se está jugando es la ”universidad del 2050“, han dicho sobre la nueva Ley de Enseñanzas Superiores, Universidades y Ciencia (Lesuc) que prepara la Comunidad de Madrid y que limitará la financiación autonómica al 70%.
El rector electo de la URJC, Abraham Duarte, ha destacado la importancia de la investigación y transferencia de conocimiento a la sociedad y ha citado como ejemplo que en la Universidad de Harvard, de mil patentes anuales que presentan, ”solo una sale rentable, pero a priori no se sabe cuál“ de ellas lo será.
Con infrafinanciación demasiado tiempo
Para Joaquín Goyache (UCM), la infrafinanciación ha durado demasiado tiempo y la comunidad universitaria debe expresar su ”preocupación, mientras sea de forma pacífica y constructiva“, ha dicho sobre las protestas en los campus.
Tras recordar que en las últimas campañas electorales “no ha ocupado un solo espacio la universidad, no interesa”, y que en países como EEUU y Reino Unido se la empieza a considerar “algo molesto y que aporta poco”, ha recordado que los móviles por donde los partidos dan bombo a sus campañas son fruto del trabajo de miles de académicos e investigadores.
La rectora en funciones de la Autónoma, Amaya Mendikoetxea, se ha referido a la financiación prevista en el Título 5 del borrador de la ley, y ha preguntado ”qué debemos entender por financiación basal“, que debería cubrir los gastos de personal y corrientes, aunque es difícil medirlo de modo homogéneo para todas las universidades.
Oscar García, rector de la Politécnica, considera que ”no existe tal guerra entre universidades públicas y privadas“, pero sí preocupación por la calidad de la enseñanza de estas, y aunque la competencia es buena, no se puede separar la investigación y la innovación de la función social que tiene la educación superior.
Autonomía responsable y financiación adecuada a los fines han sido las peticiones generales de los rectores, ante el consejero de Educación madrileño, Emilio Viciana, presente en la sala.
El rector de Alcalá (UAH), José Saz, ha planteado el futuro de la evolución demográfica y la reducción del número de estudiantes en unos 8-10 años, así como el cambio tecnológico en el que ya estamos inmersos, y ha abogado por la internacionalización y el ”mantenimiento de la calidad“ para atraer a estudiantes foráneos a Madrid, cuya excelencia se debe en gran parte a las universidades públicas madrileñas.
”Pedimos una apuesta clara, decidida, con recursos y sin medias tintas“”, dicen los rectores que se declaran dispuestos a rendir cuentas del dinero público.