Puerta grande para Colombo en la de Miura que cierra San Fermín

Toros

Premio generoso para el populismo del venezolano en decepcionante miurada

Escribano y Damián Castaño, esfuerzo sin opciones

El diestro Jesús Enrique Colombo sale a hombros por la puerta grande

El diestro Jesús Enrique Colombo sale a hombros por la puerta grande

Villar Lopez/EFE

Última tarde sanferminera y, como es tradición, con toros de Miura, más de cincuenta años en la Feria del Toro desde la primera con tal nombre en 1959.

Ahora que los encierros más parecen una prueba olímpica , el legendario hierro de Zahariche bate récords de rapidez, tal que hoy, y deja ” pocos heridos” en su recorrido desde la cuesta de Santo Domingo a la plaza de toros, lo que es celebrado en las televisiones y no tanto por aquellos a los que les pone ver a un ser humano empitonado y, a ser posible, muerto, ya sea un paisano en un encierro o un torero en la plaza ( lo llaman animalismo).

Seis “miuras” esperaban desde poco después de las 8.00 horas de la mañana en los chiqueros de la plaza de toros de Pamplona para que a las 18.30 horas tres toreros avezados en estas lides de las llamadas “corridas duras”, hicieran el paseillo: Manuel Escribano, Damián Castaño y Jesús Enrique Colombo.

Castaño tiró de oficio para sacarle algún que otro derechazo

Salió el primero, “Divorciado”, seguramente y según es norma en el campo bravo hijo de la vaca 'Divorciada”. ¡Ay, los nombres de los toros!, unos pasan a la historia por su bravura, indulto como premio (“Idílico”, de Cuvillo, con José Tomás en Barcelona, entre tantos) ; otros por responsables de tragedias( Pocapena”, “Bailaor”, “Granadino...o “Islero” de Miura, la tarde última de Manolete). O por cosas tan chuscas como el toro “Feminista”, lidiado en Gijón hace unos años y cuyo nombre hizo montar en cólera a la alcaldesa del momento y los izquierdosos y animalistas de guardia.

Y en busca de “Divorciado” se fue Manuel Escribano a porta gayola, para no perder su valerosa costumbre. A continuación, larga de rodillas en el tercio y banderillas compartidas con J.E. Colombo sin especial brillantez, salvo el primer par de Escribano.

El torero Manuel Escribano en acción este lunes en Pamplona

El torero Manuel Escribano en acción este lunes en Pamplona

Ander Gillenea/AFP

Brindis al cónclave y sendos pases cambiados por la espalda y en los medios. Muleta en la diestra, el viento que molesta, y derechazos que el de Miura toma sin entrega. Al natural logró, a base de firmeza y buena colocación, encauzar las embestidas con mérito indudable. Como la estocada, que aunque no muy allá en la colocación, fue entrando por derecho. A diferencia de la tarde anterior, tan dadivosa, nadie sacó el pañuelo o agitó la almohadilla. En la sombra le premiaron con una merecida ovación.

Donde fueres haz lo que vieres y Damián Castaño también se fue a porta gayola a recibir al de su debut en Pamplona, librando el lance cuerpo a tierra pues el toro se le vino encima.

Nada destacable en los primeros tercios, premonitorio de lo que vendría llegados a la muleta. Reservón y sin recorrido el toro ante lo que Castaño tiró de oficio para sacarle algún que otro derechazo y buscar la complicidad del público en desplantes que tampoco venían muy a cuento. Con habilidad dejó la media estocada en lo alto, con efecto rápido.

El torero Damián Castaño durante la lidia a su primer toro de la tarde

El torero Damián Castaño durante la lidia a su primer toro de la tarde

Jesús Diges/EFE

Pedazo Miura el tercero al que Colombo toreó con solvencia en lances a pies juntos en el saludo capotero. Empujó el toro en el caballo y, en reciprocidad, Colombo y Escribano compartieron banderillas.

Ovación a Escribano para premiar el esfuerzo

El venezolano, ya ídolo de las peñas tras triunfar en los dos años anteriores también con los miuras, tiró de espectacularidad en los dos pares que colocó y se lo jalearon a modo.

En la muleta, el pitón izquierdo tuvo más posibilidades y por ahí basó la faena Colombo aunque sin otros logros que mostrar su disposición, como en los molinetes antes de tomar la espada, que, aunque caida, fue un cañón. Oreja al canto.

Toro de la merienda y Escribano de rodillas ante chiqueros para recibir al miura de 620 kg. ea. Larga cambiada apuradilla y sin posible lucimiento con el capote pues el toro lo tomaba andando y distraído. Tampoco este se empleó en varas.

De nuevo banderillas en comandita y tercio que resultó complicado, con el toro haciéndose el amo del cotarro, poniendo en apuros a la cuadrilla y al propio Escribano, que “pasó las del Beri”.

El torero Manuel Escribano en acción este lunes en Pamplona

El torero Manuel Escribano en acción este lunes en Pamplona

Ander Gillenea/AFP

Sin motivo aparente que, visto lo visto, lo justificara Escribano brindó al público. Agarrado al estribo lo pasó por alto y con la diestra en redondo con mayores logros de los imaginables y menos cuando tomó la zurda, con el toro ya apagadísimo. Eficaz el espadazo al segundo intento. La ovación premió el esfuerzo

Con verónicas recibió Damián Castaño al quinto, que embistió con buen aire y apenas recibió castigo en varas pues evidenció justas fuerzas. Brindis a Miguel Indurain, un grande.

Castaño toreó en redondo con mimo, lo que para un Miura no es que sea un halago precisamente, y de uno en uno al natural buscando incluso cierta composición estética, pero sin calentar al personal por lo que optó por los desplantes y ahí sí encontró eco. Media y descabello, antes de saludar la ovación cariñosa.

Colombo quiso emular a Esplá en la histórica tarde de 1985

Al último de la tarde y la Feria, Colombo lo recibió con lances rodilla en tierra y recibió dos puyazos ( sic) cantando su mansa condición, también en el quite de Colombo por “lopecinas”.

En banderillas, quiso Colombo emular a Esplá en la histórica tarde de 1985 en la que cortó un rabo a un toro de Osborne. En aquella ocasión, el maestro alicantino colocó una boina ante la cara del toro, se distanció de él y en ese punto clavo el par y fue la locura. Colombo pidió una boina y con ella en un mano y las banderillas en otra dio un lance al aire... Pues eso.

El torero venezolano Jesús Enrique Colombo, este lunes en Pamplona

El torero venezolano Jesús Enrique Colombo, este lunes en Pamplona

Ander Gillenea/AFP

La faena de muleta fue de fuegos artificiales anticipados a su horario habitual y la estocada fue la llave de la puerta grande. Tres en tres años seguidos. Las cosas de las cosas... de Pamplona.

Acabó la corrida de Miura, que desde luego no añade mayor gloria a tan histórico hierro y con ella una Feria con nombre propio: Morante.

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