El 'trellat' del empresario

Si tú me has entendido

Saber a quién tienes delante quita un gran peso de encima. Conoces por dónde te saldrá, cuál será su respuesta, los movimientos, digamos, están claros. Todo el mundo vive más tranquilo en la previsibilidad. Pero cada día en esta tierra nuestra es menos habitual, seamos sinceros. Por este clima tan cambiante, con sobresaltos a la orden del día, sorprende que interlocutores como Salvador Navarro, presidente de la patronal valenciana, mantenga su discurso día sí, día también.

Ayer volvió a refrendarlo en À Punt, donde insistió en su posición respecto a la infrafinanciación valenciana, la necesidad de tener voz propia en Madrid y la defensa del diálogo social, una tríada en la que participan empresarios, sindicatos y gobierno valenciano y cuya mesa –mensual para abordar las consecuencias de la dana- lleva sin convocarse desde febrero y aún no tiene fecha.

Ismael Sáez, Salvador Navarro, Ana García Alcolea y Carlos Mazón, ayer en el Palau de la Generalitat

Ismael Sáez, Salvador Navarro, Ana García Alcolea y Carlos Mazón, en un encuentro en el Palau de la Generalitat 

GVA

Navarro, que podría ir a lo suyo, apeló al trellat cuando valoró la amenaza que Vox ciñe sobre las organizaciones sindicales con un posible recorte de sus subvenciones del 30% que por ahora las cuentas no reflejan. “Estamos a tiempo de trasladar qué es el diálogo social”, dijo. Afeó a la ultraderecha el gesto y también al Partido Popular, “si permite que se reduzcan esas partidas”. Que sea un convencido, al menos públicamente, del papel capital que desarrollan los representantes de los y las trabajadoras dice bastante más de él como empresario que cualquier cargo que ostente. Las empresas no se construyen solas.

Lleva tiempo el presidente de la CEV limando asperezas que no le tocan. Lo hizo cuando el secretario general de UGT-PV, Ismael Sáez, llamó “caradura” al president Carlos Mazón en el congreso de los socialistas valencianos. Habló de tender puentes, de no romper los consensos. También invitó el mismo día a trabajar conjuntamente al vicepresidente valenciano para la reconstrucción, Francisco José Gan Pampols, y al comisionado del Gobierno, José María Ángel. Insistió con ambos delante, y lo sigue haciendo ahora, en la entente PP-PSPV, en el trabajo entre los dos grandes partidos, aunque asumió que el clima político no facilitará su objetivo. Pero consta su esfuerzo.

Navarro lleva tiempo limando asperezas ajenas y pidiendo una entente que no llega

Pide Navarro certidumbre y solo encuentra un páramo. Encima, resuenan amenazas a los sindicatos y la frialdad institucional se instala con el Palau, donde aún no han vuelto a convocarles para sentarse a la mesa, mientras insiste en que en Madrid los valencianos, aunque pensemos que sí, no pintamos nada. Hace poco anheló en público un CiU a la valenciana, entendemos que para conseguir tantas deudas pendientes. Que admire la exigencia catalana sin pudor y la ponga encima de la mesa habla también del sentido común de quien trabaja y piensa en los suyos, me parece, sin fastidiar a los demás.

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