La Generalitat ha localizado en las Islas Columbretes más de 30 monedas sin acuñar pertenecientes a un taller de falsificación de finales del siglo XVII, según ha confirmado el secretario autonómico de Medio Ambiente y Territorio, Raúl Mérida. Este hallazgo, descubierto el año pasado por la brigada de la reserva natural durante trabajos en los antiguos canales de recogida de agua, “refuerza la teoría de la presencia o paso de piratería en la isla”, ha destacado Mérida.

Muestra de las monedas encontradas
Las 33 monedas sin acuñar fueron identificadas por un trabajador experto en numismática que detectó inicialmente un pequeño trozo metálico de color verde, reconocido como bronce o cobre cortado con cizalla. Posteriormente, se hallaron más retales y barritas de bronce, así como una treintena de cospeles —piezas circulares para acuñar monedas— acumulados cerca del cementerio de la isla. El Museo de Bellas Artes de Castellón y la Universitat de València corroboraron que, aunque ninguna moneda presentaba signos de acuñación, estaban preparadas para ello, apoyando la hipótesis de un taller de falsificación en el archipiélago a finales del siglo XVII.
“Refuerza la teoría de la presencia o paso de piratería en la isla”, afirma el secretario autonómico de Medio Ambiente
La Universitat de València certificó que no existía constancia en los archivos históricos de esta actividad en Columbretes, un enclave que ya aparecía en escritos de la antigua Grecia pero del que no se tenían registros de asentamientos humanos hasta el siglo XIX, cuando se construyó el faro. Mérida recordó que este parque natural, declarado en 1988, es un archipiélago volcánico situado a 28 millas del Cabo de Oropesa, con un ecosistema único que alberga especies como la gaviota de Audouin o la lagartija de Columbretes.
Expertos confirman que no había registros históricos de este tipo de actividad en el parque natural
Los fareros habitaron la isla en condiciones precarias durante más de un siglo hasta 1975, cuando se automatizó el faro. Las islas permanecieron deshabitadas hasta que la Generalitat estableció servicios de vigilancia en 1987. Este descubrimiento arroja nueva luz sobre la historia de un lugar hasta ahora conocido principalmente por su valor natural.