“Som fills del poble, que té les xiques com les palmeres de junt al mar. Sont molt airoses, molt reboniques, i fan quan volen riure i plorar...” Es el comienzo del himno de Alicante, estrenado en 1902 en el Teatro Principal. El texto puede leerse en el facsímil de la partitura que el actual alcalde, Luis Barcala (PP), recibió en 2018 con gran satisfacción de manos de un bisnieto del autor. Hoy, en cumplimiento del pacto suscrito con Vox para sacar adelante un plan de ajuste financiero necesario para cambiar el rumbo económico del Ayuntamiento, Barcala y su equipo de gobierno han aprobado instar a las Corts Valencianes que la ciudad pase a ser de predominio lingüístico castellano.
Unas doscientas personas que se han manifestado en contra en la plaza del Ayuntamiento han entonado el himno antes de comenzar el pleno, en el que antes del debate entre los grupos municipales han intervenido representantes de varias asociaciones, como la AMPA Enric Valor, que han insistido en que “la enseñanza del valenciano no es hoy un elemento de conflicto en Alicante”, y que la consideración de la ciudad como valencianohablante “no se fundamenta en los porcentajes de uso”, sino en la realidad histórica de que el valenciano fue la lengua predominante hasta mediado el siglo pasado.
De España (PP): el predominio lingüístico valenciano ha servido “para engordar los bolsillos de asociaciones catalanistas”
Mari Carmen de España, encargada de defender el voto afirmativo del PP a la propuesta de Vox -similar a las que fueron denegadas en 2020, 2022 y retirada en 2023- ha asegurado que el equipo de gobierno municipal “defiende el valenciano como lengua propia”, para acusar a continuación a los partidos de izquierda de “instrumentalizar la lengua como elemento ideológico”. Ha justificado la decisión de pedir la declaración como ciudad de predominio castellano en el dato de que mientras el 010 -teléfono de información local- recibió el año pasado 189.000 consulta en castellano, apenas recibió 3.600 en valenciano. Y ha asegurado que determinar el predominio lingüístico valenciano ha servido “para engordar los bolsillos de asociaciones catalanistas”.
Por Vox, ha defendido la propuesta la portavoz Carmen Robledillo, asegurando que “se pretende la adecuación a la realidad lingüística” según la cual “el 85% de los alicantinos somos castellanohablantes”.
Sara Llobell, en representación de Compromís ha recogido ese dato para, en valenciano, replicar que, siendo así, no se entiende dónde ve la derecha la imposición y el problema. “El valenciano no molesta por lo que es, sino por lo que representa”, ha apostillado la edil. Llobell ha invitado el incisivo edil Mario Ortolá, de Vox, a cambiarse el apellido por “Hortelano”.
El único concejal de EU-Podem, Manolo Copé, no ha podido intervenir debido a la interpretación del reglamento que ha hecho el alcalde, que no le ha permitido participar en el pleno por encontrarse de baja paternal. Pero en sus redes sociales ha manifestado, también en valenciano, que “la declaración está llena de falacias y tiene una intención política clara: dar macha atrás en la normalización lingüística y cultural de nuestro pueblo”.
“Tienen inquina y odio al valenciano; Alicante ha sido históricamente una ciudad valencianoparlante”, dice el PSPV
Por el PSOE, el concejal Miguel Castelló cree que la iniciativa solo quiere crear problemas de convivencia. “Tienen inquina y odio al valenciano; Alicante ha sido históricamente una ciudad valencianoparlante”, ha manifestado, como demuestran las recientes Fogueres de Sant Joan, cuyo himno también se canta en valenciano, o la toponimia de lugares tan señalados como el Postiguet, el Raval Roig o el Pal del Bon Repós. Además del voto en contra para defender “la tradición, la historia y la identidad de Alicante”, ha reiterado la intención avanzada ayer por Ana Barceló de recurrir el acuerdo en la vía contencioso-administrativa.