La cala de la Granadella, en Xàbia, es de esos rincones que deslumbra al viajero y son muchos ya los enamorados de su paisaje. Tantos, que su Ayuntamiento lleva desde 2015 restringiendo el acceso de vehículos en temporada alta para ordenar la afluencia de turistas con un control de aparcamiento que, de nuevo, estos días ha vuelto a entrar en vigor. El servicio, que se presta en las calas de la Granadella y el Portitxol desde el 27 de junio, comporta una tasa de 9 euros/día por vehículo para aparcar en sendas calas (130 plazas y 59, respectivamente) y es una herramienta municipal para reducir la presión turística, al tiempo que se ofrece un tren-bus turístico diario hasta el 15 de septiembre por 5 euros ida/vuelta.
Una medida inicialmente impopular que generó “fuertes resistencias” en la localidad, explican fuentes conocedoras del proceso, y que ya se ha consolidado como una necesaria para ordenar la gran afluencia de turistas que recibe este rincón de La Marina Alta. Pero Xàbia no es la única localidad de la Comunidad Valenciana que ordena el acceso a sus zonas más frecuentadas, como hiciera esta semana Roses en el Parc Nacional del Cap de Creus para limitar el acceso en coche a sus calas. Pasa también en la Cala del Moraig, que el Ayuntamiento del vecino Benitatxell regula con aplicación móvil propia. Este sistema de control de vehículos regula el acceso al parking de la cala del Moraig, Testos y la ruta de los Acantilados y es de pago para los visitantes y usuarios de las playas, pero no para los vecinos y vecinas, que están exentos y pueden acceder gratuitamente.
La aplicación registra la matrícula del usuario y, si no está empadronado en la localidad, permite hacer una reserva de parking por día a un precio de 15 euros, del que están exentos los vehículos ciclomotores, ciclos y motocicletas, que únicamente pueden estacionar en sus respectivas zonas de parking. Explica la app también que cualquier vehículo que acceda más de 20 minutos en la zona, tendrá que disponer de reserva para el día en cuestión, por lo que todos los vehículos deberán tener la pertinente autorización.
El Ayuntamiento apuntaba al “descontrol” anterior a la medida, que se aplica desde 2020, y al objetivo de protección del entorno, una propuesta que también rige la regulación del acceso a la Cova Tallada, paraje situado en los acantilados del Cap de Sant Antoni. Con gestor de reservas a través de la web de la Generalitat Valenciana, el permiso de acceso se hace siempre imprescindible independientemente del medio de llegada a la Cova Tallada, excepto si se va en grupo con alguna de las empresas autorizadas por convenio. Y en el siempre llamativo Benidorm también está restringido el acceso en vehículo a la serra Gelada, entre la capital turística de la Comunidad Valenciana y l'Alfàs del Pi, por lo que el acceso motorizado llega hasta un parking habilitado. A continuación, para descubrir la cala Almadrava o la del Tio Ximo hay que continuar a pie desde el mirador punta L'Escaleta.
En la cala del Moraig hay app móvil para reservar aparcamiento y para la Cova Tallada urge reservar a través de una web
El control de accesos o de restricción de vehículos para preservar el territorio y, más importante, garantizar la seguridad de los visitantes a los más exitosos destinos turísticos valencianos, no solo se ciñe a la costa. En el interior hay ejemplos como el de Montanejos, en el Alto Mijares, que desde 2020 ha establecido restricciones de acceso al paraje natural termal Fuente de los Baños. Vigente desde el 21 de junio y hasta el 7 de septiembre, cuenta con control de acceso y exige entrada para mantener “en óptimas condiciones” tanto el entorno natural como la calidad de las aguas.