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La Generalitat cerrará el centro de atención temporal de emergencia tras 9 meses en servicio

Sociedad

Durante este tiempo han pasado por el CATE de Burjassot más de 180 personas a la mayoría de las cuales se le ha dado un nuevo recurso habitacional

Todavía permanecen dos familias y personas solas en situación especialmente compleja que han rechazado las alternativas ofrecidas

Cajas con ayuda humanitaria en una de las zonas afectadas por la dana. 

Rober Solsona  / Europa Press

La Generalitat Valenciana tiene previsto anunciar en los próximos días del cierre del Centro de Atención Temporal de Emergencia (CATE) que abrió en Burjassot el pasado mes de noviembre para atender a personas de extrema vulnerabilidad afectadas por la dana que azotó la Comunidad Valenciana. Ahora que se cumplen 10 meses de la tragedia (y casi 9 desde se pusiera en marcha del CATE) el gobierno valenciano prepara el cierre de este recurso extraordinario, activado para dar respuesta urgente, humana y eficaz a quienes no tenían otra alternativa.

Fuentes del gobierno valenciano explican a La Vanguardia que, durante este tiempo, el centro puesto en marcha por la Vicepresidencia primera y Conselleria de Servicios Sociales ha estado gestionado por Cruz Roja y ha contado con grandes profesionales que ha realizado una labor fundamental en la recuperación de las personas afectadas. “Así, y gracias al trato humano y la atención integral, el CATE ha sido mucho más que un techo: ha proporcionado alojamiento digno, manutención, atención psicológica, seguimiento social, e incluso actividades de ocio y tiempo libre y escolarización de niños y niñas que habían quedado desprotegidos”. 

El centro ha acogido a personas de extrema vulnerabilidad derivadas por los servicios sociales de los ayuntamientos que no podían ofrecerles recursos

El centro, ubicado en el Hogar Sequera de la localidad valenciana Burjassot ha servido para atender “a personas de extrema vulnerabilidad que fueron derivadas por los servicios sociales de los Ayuntamientos que no podían ofrecerles recursos”, explican en la Conselleria.

Entre las historias vividas en estos 9 meses de servicio destaca la de Milton y Maricela, una joven pareja colombiana con dos hijas pequeñas y unas gemelas en camino. Apenas llevaban un mes en València cuando la dana destruyó su hogar. En el CATE, pudieron alojarse en un entorno seguro, donde nacieron sus dos bebés, y, posteriormente, recibieron una vivienda de inclusión con acompañamiento social por parte de profesionales en Castellón para comenzar una nueva vida.

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Cada historia, cada rostro, ha sido acompañado con sensibilidad, empatía y compromiso. De las más de 180 personas atendidas, algunas han cerrado el periodo en el CATE al regresar a sus casas o al iniciar una nueva vida junto a sus familiares, y cerca de 100 han salido del centro con una alternativa habitacional estable proporcionada por la Administración.

Personas afectadas, vulnerables, con nombre y apellidos que han accedido a viviendas sociales, recursos de inclusión, alquileres con ayuda o acogimiento en entidades colaboradoras. Una atención que ha ido más allá de la solución habitacional, ya que desde los servicios de la Conselleria también se les ha ayudado en la solicitud y tramitación de otras prestaciones sociales complementarias con el objetivo de facilitarles la recuperación de su proyecto de vida.

La entrada del CATE de Burjassot.

LV

Casos más complicados

Sin embargo, no todas las historias tienen un final feliz. La Generalitat reconoce que en este mes de agosto todavía permanecen en el recurso dos familias y personas solas en situación especialmente compleja —un total 15 personas—, en algunos casos con un largo historial de exclusión. A todas ellas, argumenta, “se les han ofrecido distintas soluciones habitacionales durante estos nueve meses, hasta cuatro recursos diferentes a algunas de ellas, siempre adaptados a sus circunstancias, y la mayoría han rechazado las opciones”. Pese a todo, desde la Conselleria de Servicios Sociales se mantienen plazas reservadas en distintos recursos para poder ofrecérselas de nuevo antes de culminar su estancia en el CATE con el deseo de que acaben aceptándolas.