El calor y el auge de los pisos turísticos enfrían la hostelería valenciana: un verano peor que 2024

Turismo

Hostelería Valencia constata, tras sondeos en la provincia, que el 69% de los negocios no aumentó actividad y la facturación cayó entre un 10% y un 15

Varios turistas recorren la ciudad, a 28 de mayo de 2024, en Valencia, Comunidad Valenciana (España). La alcaldesa de Valencia ha anunciado hoy que aplicará en el conjunto de la ciudad la suspensión cautelar de licencias para apartamentos de uso turístico situados en comunidades de propietarios y en bajos comerciales durante un año prorrogable a otro. Además, ha avanzado su idea de limitar en 2026 la llegada de megacruceros a la capital valenciana.

Varios turistas recorren la ciudad de València

Rober Solsona - Europa Press / Europa Press

El sector hostelero de la provincia de Valencia cierra los meses de julio y agosto con peores resultados que en el verano de 2024 pese a la mayor llegada de turistas extranjeros. Así lo señala la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (Hostelería Valencia) en su balance de campaña, elaborado a partir de sondeos entre empresas asociadas, que constata un retroceso de la actividad por la combinación de varios factores: desde las sucesivas olas de calor hasta el auge de los apartamentos turísticos.

Según la patronal, para el 69% de los encuestados la temporada no ha incrementado el volumen de negocio y la facturación ha caído entre un 10% y un 15%, con diferencias según zonas. En términos de calendario, agosto funcionó mejor que julio, con un comportamiento especialmente favorable en su primera quincena.

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Pese a los buenos registros en la llegada de visitantes internacionales y al aumento del gasto medio del turista extranjero en la Comunitat Valenciana, Hostelería Valencia advierte de que “el turista destina gran parte de su presupuesto al desplazamiento desde su país de origen y también en el alojamiento, lo que lastra el gasto en hostelería”. A ello se suma el efecto de los apartamentos turísticos, que está modificando los hábitos de consumo: el viajero recurre menos a la restauración y opta por comprar alimentos para cocinar en el propio alojamiento.

En cuanto al mercado nacional, la Federación apunta que el gasto de las familias sigue constreñido por el aumento del coste de la vida, el encarecimiento del alojamiento y el alquiler vacacional y una sensación de incertidumbre que ha impulsado la contención del consumo este verano. La desestacionalización también reparte los viajes a lo largo del año y evita que se concentren en los meses centrales, lo que reduce el gasto en bares, restaurantes y locales de ocio y concentra las salidas en momentos puntuales, especialmente los fines de semana. Además, las olas de calor han restado afluencia a los establecimientos, en particular a las terrazas.

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