El temor a una riada moviliza a los vecinos de los barrios del sur de Alicante
Manifestación
Expertos abogan por la elevación del puente que conecta San Gabriel con el núcleo urbano y las vías del ferrocarril que entra en el puerto para minimizar el riesgo de que se repita el desastre de 1982
El viernes hay convocada una manifestación para denunciar el peligro en caso de dana porque “la acumulación de lodos limita la capacidad de la obra de canalización” que se hizo en los años 90
El barranco de las Ovejas es la barrera que separa San Gabriel, a la derecha, del resto de Alicante
El barrio de San Gabriel de Alicante ha sufrido en numerosas ocasiones el impacto de las inundaciones por el desbordamiento del barranco de las Ovejas. Ocurrió en mayor o menor medida en los años 1962, 1966, 1982, 1986, 1987 y 1989. El episodio sin duda más recordado por la población afectada y estudiado por la literatura científica, como señalaban los expertos Jorge Olcina y Antonio Oliva en un artículo publicado en 2020, es el del 20 de octubre de 1982, cuando experimentó la mayor crecida registrada con un caudal de 475 m3/s y un calado de 5 metros.
Este próximo viernes hay convocada una manifestación en la que varias asociaciones pretenden llamar la atención sobre el riesgo que, según señalan en un escrito de convocatoria, está fijado como “máximo nivel de peligrosidad en el PATRICOVA”. Entienden los convocantes que el barranco está “abandonado por las administraciones y colmatado de lodos fecales por los vertidos de aguas residuales del Ayuntamiento. Estamos en riesgo máximo. Nos concentramos el viernes 26 para denunciar la situación que llevamos tantos años luchando porque las administraciones cumplan sus obligaciones”.
Entienden que el barranco está “abandonado por las administraciones y colmatado de lodos fecales”
Lo cierto es que las consecuencias de la riada del 82 fueron devastadoras para el barrio de San Gabriel que quedó completamente inundado y aislado durante dos días. Una mujer perdió la vida al ser arrastrada por la avenida, unas 56 viviendas quedaron afectadas, y la riada destruyó los puentes de la carretera N-332 y la vía férrea Alicante-Murcia. Los daños fueron tan cuantiosos que se declaró zona catastrófica. Sin embargo, al coincidir con la pantanada de Tous en la cuenca del Júcar, el suceso de Alicante quedó en el olvido dada la magnitud de la catástrofe en la Ribera Baja.
Como consecuencia de aquella riada, los vecinos de San Gabriel exigieron la canalización del barranco, propuesta que se contemplaba en el Plan General de la ciudad de Alicante (1987) y que se aprobó por la Generalitat Valenciana en 1992. La obra se hizo, canalizando los últimos 800 metros del barranco, pero tal como confirma el propio Jorge Olcina a La Vanguardia, se quedó corta. El catedrático de la Universidad de Alicante considera que sería necesaria una importante obra de ingeniería -”sobreelevar la carretera, el puente, y las vías que llevan el tren al puerto”- para resolver de una vez por todas el riesgo que supone que actúen como tapón.
El estudio de Olcina y Oliva señalaba que, a pesar de aquel encauzamiento, “a lo largo del barranco de las Ovejas existe un riesgo de inundación elevado y que en el barrio de San Gabriel, a pesar de la canalización, el cauce se desborda generando un importante anegamiento en este sector urbano; hecho que demuestra que en el caso de que se produzca un episodio como el del 20 de octubre de 1982 con un caudal de 475 m3/s el barrio de San Gabriel volvería a quedarse inundado”.
Además, Olcina explicaba ayer que “como se efectuó un dragado del cauce para darle amplitud al barranco, el agua del mar penetra y, en una situación de dana, con temporal de Levante, haría un efecto tapón, impidiendo que el barranco desagüe con rapidez”.
“Como se efectuó un dragado del cauce para darle amplitud al barranco, el agua del mar penetra y, en una situación de dana, con temporal de Levante, haría un efecto tapón
Añadía el documento, además, que “si se cumplen los escenarios futuros de cambio climático e incrementan los eventos de rangos atmosféricos extremos, se producirán inundaciones más frecuentes. Por tanto, hay que ir preparando los territorios a la nueva realidad climática que ya se experimenta en nuestro país y especialmente en el litoral mediterráneo donde se dan circunstancias especiales de efecto del calentamiento climático (mar Mediterráneo) con efectos en la modificación del régimen pluviométrico”.