Carlos Mazón cambió ayer la actitud defensiva que ha mantenido desde la tragedia de la dana y se presentó en el debate de Política General de les Corts Valencianes con voluntad de fajarse con la oposición y con el Gobierno: “Vamos a seguir le pese a quien le pese”, advirtió en clara señal de que piensa agotar la legislatura e incluso de volver optar a la Presidencia de la Generalitat Valenciana en un futuro combate electoral autonómico. En su larga intervención, de más de cinco horas, solo se refirió a la tragedia del pasado 29 de octubre, que provocó 229 muertos, para defender la gestión de su Consell en la labora de la recuperación y para cargar contra el Gobierno de Pedro Sánchez por “no querer colaborar con nosotros” en la reconstrucción. Al respecto, eludió hacer cualquier referencia a la gestión de su ejecutivo en aquella jornada, más allá de mantener el relato de que Aemet y la Confederación Hidrográfica del Júcar “no dieron la información necesaria”.
Pero la mayor parte de su discurso lo usó para realizar propuestas políticas y generar nuevos escenarios de confrontación con la izquierda. Asunto especial fue su incursión en el debate identitario y del valenciano. Anunció que quiere reformar l’Estatut para cambiar el reglamento y el nombre de la Academia Valenciana de la Llengua, que quiere renombrar como Academia de la Llengua Valenciana. Su propuesta es casi imposible de salir adelante, pues exige tener una mayoría cualificada que no tiene ni con Vox, el apoyo del Congreso y un referéndum. Pero su anunció contentó, y mucho, al partido de Santiago Abascal que apuesta por asfixiar a la entidad normativa del valenciano: de hecho lo ha logrado en parte al reducir drásticamente las ayudas contempladas en los presupuestos de la Generalitat de 2025. Además, anunció una Ley de Señas de Identidad (Alberto Fabra ya aprobó una para ahogar a las entidades que defienden la unidad de la lengua que el Botànic derogó) y que los alumnos valencianos puedan elegir si examinarse de Valenciano o de Castellano en la PAU.
Presentó 44 iniciativas para el nuevo año político, algunas de las cuales apuntan confrontación, como la de una nueva Ley del Suelo y nuevas rebajas fiscales. Detalló ayudas a los damnificados y esbozó una crítica directa a Sánchez y a Diana Morant, a los que acusó de no haber ayudado a los valencianos “para poder acelerar la recuperación de la dana”.
Su intento por eludir la autocrítica del día de la dana no bastó para contener a las asociaciones de víctimas, algunas de las cuales se manifestaron pidiendo su dimisión a las puertas de les Corts y otras lograron entrar al pleno, donde se ausentaron cuando el president se refirió a ellas para “ofrecerles la mano”. Junto a las víctimas se ausentaron también los diputados del PSPV y de Compromís.
Los portavoces de la izquierda intentaron volver a poner en el centro del debate la gestión de Mazón del día de la tragedia al tiempo que coincidieron en solicitar su dimisión