Valencia amaneció este lunes, 29 de septiembre, con la persiana corrida. A la suspensión de las clases y del resto de actividad municipal decretada anoche se sumaron dos de los grandes motores de la economía valenciana: Ford y la cooperativa Consum. La decisión, tomada a contrarreloj y en coordinación con los servicios de emergencia, responde al aviso de alerta roja por lluvias torrenciales activado por Aemet para la franja litoral de Valencia y otras zonas de la Comunitat.
Consum comunicó el cierre de 182 supermercados en la provincia y la suspensión del servicio online en las áreas afectadas “hasta que pase el estado de alerta roja”. Además, los equipos de las plataformas logísticas de Silla, Quart y Riba-roja abandonaron anoche sus puestos antes del inicio del episodio meteorológico. “La seguridad es lo primero”, remarcó la cooperativa en su nota.
En paralelo, Ford Almussafes acordó con los sindicatos suspender todos los trabajos programados este lunes. Solo el personal de seguridad y servicios esenciales acudirá a planta, previa comunicación con sus responsables. El sindicato UGT explicó que la medida se adopta en cumplimiento estricto de los protocolos de seguridad, tras activarse el aviso rojo en el área de la factoría.
La fotografía del día, así, es la de un polígono industrial en silencio y de barrios que se organizan bajo el sonido de las alertas móviles (ES-Alert) que anoche advirtieron de un episodio “potencialmente peligroso”. El Ayuntamiento de València ya había ordenado la suspensión de toda la actividad lectiva y el cierre de instalaciones no esenciales —parques, bibliotecas, instalaciones deportivas—, mientras la Generalitat y la Delegación del Gobierno apelaban a evitar desplazamientos y recordar los derechos laborales ante fenómenos extremos.
Más allá de la foto fija, el impacto económico inmediato se mide en turnos perdidos, repartos reprogramados y ventas diferidas. Pero la apuesta de las compañías por parar a tiempo abre una lectura distinta: el tejido productivo valenciano normaliza la adopción de parones preventivos cuando el riesgo hidrometeorológico escala al máximo, una lección aprendida tras episodios recientes de lluvias extremas. En palabras de un delegado sindical consultado, “es mejor reordenar la semana que lamentar un accidente en carretera o en planta”.
La previsión oficial contempla acumulados que pueden superar 250–300 litros/m² en puntos de la Comunitat entre hoy lunes y la primera mitad del martes, con especial atención a desbordamientos y balsas en vías de comunicación. El consell de emergencia es inequívoco: no cruzar zonas inundables, evitar trayectos innecesarios y seguir los canales oficiales.
Mientras las nubes cargan y descargan sobre la llanura litoral, Ford y Consum ponen en pausa su maquinaria y sus cajas registradoras. El gesto, que hoy se repite en otras organizaciones más pequeñas, tiene una finalidad común: que el día después llegue con todos a salvo.


