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Las familias valencianas ya le temen a la lluvia

TEMPORAL

Las asociaciones de familias piden un “plan B” ante el cierre de colegios en un clima de intranquilidad por las alertas

Vista general tomada con un dron del barranco del poyo a su paso por Catarroja y Massanasa durante este lunes 

Biel Aliño / EFE

Un nuevo episodio de lluvias, de riesgo extremo para la zona sur del litoral de Valencia y el tercero en menos de un mes y a escasas semanas del primer aniversario de la dana, ponía otra vez en guardia a la sociedad valenciana. Entre ella, inquietaba especialmente a las familias, pendientes de si sus hijos tendrían o no clase hasta el último momento.

En Torrent, municipio afectado por la dana, decidieron el domingo por la tarde que como ningún colegio está en zona inundable se seguía el criterio del Plan de Actuación Municipal frente al riesgo de inundaciones y de la Guía para los Ayuntamientos de la Generalitat Valenciana y que, por tanto, abrían los centros educativos. Al rato, y tras un goteo de cierres en localidades vecinas, como Picassent, Albal o Aldaia, cambiaron de opinión, alegando que “armonizaban” su decisión con el resto de municipios que sí que estaban en zona inundable y habían suspendido las clases. En Paiporta también optaron por el cierre mientras en Picanya el Consistorio decidía abrir los centros educativos, pero dejaba constancia que quedaba “en manos de padres y padres la decisión de llevar a los niños y niñas a clase en función de las circunstancias de cada familia”.

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En total, ayer por la mañana una veintena de municipios de las provincias de Valencia y Castellón suspendían la actividad lectiva para este lunes por la alerta meteorológica, y dejaban a 115.181 alumnos en casa. En la provincia de Valencia eran 24 los municipios que decretaron el cierre de clases, además de las pedanías de la ciudad de València y otras zonas inundables del término municipal. Por la tarde se sumaron a la suspensión Pinedo y Gandia, según confirmó la Conselleria de Educación, a pesar de que por la mañana la actividad lectiva había transcurrido con normalidad en dichas localidades. También se cancelaron las clases en El Saler, donde los bomberos incluso acudieron al CEIP Lluís de Santàngel.

Más de una veintena de municipios suspenden clases para un total de 115.181 alumnos

Hay familias que a las 23 horas del domingo seguían pendientes del correo electrónico, del teléfono... una situación que preocupa a la Federación de Associaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAMPA) de València, que a preguntas de este medio critica cómo están gestionando desde las administraciones, “sin un plan B a la vista” , y con ejemplos como el de València (solo con cierres en pedanías y zonas inundables), a pesar de existir el distrito único en elección de centro educativo.

Asimismo, alertan desde FAMPA como la falta de clases puede afectar a los alumnos en etapas educativas avanzadas -ESO, Bachillerato o FP- y piden una “coherencia” para el sistema en su conjunto, al tiempo que hablan de “ansiedad y desconfianza” y piden una revisión de las medidas municipales de emergencia, pues consideran que es competencia de la Conselleria de Educación poner orden en la organización del sistema educativo, “como ya hiciera en la pandemia”.

Las Unidades de Salud Mental en Emergencias, creadas por el Ministerio, propondrán integrarse en los CECOPAL

La normativa autonómica establece que, en caso de emergencia, los municipios deben decidir las actuaciones municipales en el marco del CECOPAL, que dirige su alcalde o alcaldesa. Es en el seno de este órgano en el que se decide el cierre de centros educativos o de sus parques y jardines, y es ahí donde podrían intervenir los psicólogos para dar apoyo emocional en situaciones como las que se viven estos días. Así lo avanza Borja Ortiz, quien coordina los equipos de intervención psicosocial de las Unidades de Salud Mental en Emergencias, una iniciativa del Ministerio de Sanidad puesta en marcha por la Fundación Manantial que aunque anunciada en diciembre funciona en la zona dana desde hace dos meses. De hecho, en municipios como Aldaia, Picanya, Torrent, Paiporta, Catarroja, Alfafar, Sedaví, Algemesí, Utiel, Chiva y Letur, los equipos han sido integrados en los Comités Locales de Emergencia y Reconstrucción (CLER), consolidando su papel como “recurso estratégico para la planificación y ejecución de respuestas ante emergencias locales”, explica el Ministerio de Sanidad.

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Con oficinas en Aldaia, Picanya, Torrent, Paiporta, Catarroja, Alfafar, Sedaví, Algemesí, Utiel, Chiva y Letur, desde su experiencia propondrán integrarse en los CECOPAL para poner en marcha una respuesta de atención psicosocial cuando se declare una alerta. “Hablamos de acompañamiento emocional, de atención psicológica y de que este sea un recurso más. Debemos hacer más pedagogía para que estos temas cada vez tengan más incidencia en la gente, porque las situaciones de alerta han venido para quedarse”, explica Ortiz. Y es que al miedo y la incertidumbre de estos días de lluvia incesante se puede sumar el insomnio o la falta de concentración, dos procesos por los que pasan casi un año después muchas personas de la zona dana a las que se atiende en las USME.