“A menudo se romantiza la idea de vivir en el extranjero, pero mi experiencia me ha enseñado que, con esfuerzo y adaptación, uno va creciendo y alcanzando una posición más alineada con lo que espera, tanto a nivel personal como profesional”, cuenta Eva María Gutiérrez, docente en Irlanda. Es profesora de Infantil y Primaria y llegó al país buscando desarrollarse laboralmente. “Previamente, había trabajado en inmersiones lingüísticas con grupos españoles en Malta, Reino Unido e Irlanda. Al llegar, empecé a investigar cómo trabajar en una creche. Pregunté a gente que conocí, miré en LinkedIn y me contactaron, así que decidí venirme”, explica en una entrevista para La Vanguardia.
Posteriormente, decidió estar un mes sin trabajar para mejorar su inglés y buscar una mejor oportunidad en otra creche, lo que en España llamaríamos guardería o centro de educación infantil. Más adelante, se sacó el Teaching Council Number, un título necesario para poder trabajar legalmente como profesora en Irlanda, y empezó a aplicar a colegios de primaria.
Eva llegó al país ilusionado por crecer tanto personalmente como laboralmente. “Lo que más me motivó fue la oportunidad de conocer una cultura diferente, vivir una experiencia que marcara mi trayectoria profesional, descubrir un sistema educativo distinto, perfeccionar mi inglés y ampliar mi visión y mi bagaje cultural más allá del aula”, destaca. Con el tiempo, todo esto le ha aportado un gran crecimiento personal; ha conocido a muchas personas de distintos lugares y se siente muy orgullosa de haber dado ese paso.
Recuerda sus primeras experiencias en la creche con mucha ilusión. “Cuando llegué a Irlanda no sabía exactamente con qué me iba a encontrar, pero lo viví con entusiasmo. El trabajo exige tanto esfuerzo físico como mental, ya que los niños pequeños tienen muchísima energía. También recuerdo con cariño lo mucho que me querían mis niños, cómo fuimos creciendo juntos como clase y la gran satisfacción de ver su evolución desde el inicio hasta el final”, explica.
Eva María Gutiérrez, docente en Irlanda
En Irlanda, durante la etapa de Educación Infantil, los niños suelen pasar más tiempo en la guardería que en España, lo que hace que la figura de la educadora sea muy importante en su día a día. “Además, muchas creches están influenciadas por el enfoque Montessori, lo que favorece la autonomía y el aprendizaje a través de la experimentación”, aclara. En educación primaria, las materias se alternan con mayor frecuencia a lo largo del día, generando dinamismo en el aprendizaje. “También se da gran importancia al bienestar emocional y al desarrollo personal de los alumnos”, añade.
En Irlanda, la evaluación en educación primaria se basa en un modelo integral y continuo, muy diferente al enfoque tradicional centrado en fichas y exámenes. Desde el inicio del curso, los SET (Special Education Teachers) realizan assessments iniciales para conocer el nivel del alumno, y a lo largo del año el seguimiento es constante mediante observación, autoevaluación, portafolios, tareas diseñadas por el maestro y pruebas estandarizadas. “Este enfoque permite evaluar no solo el conocimiento académico, sino también el desarrollo emocional, social, conceptual y el autoconocimiento del alumno”, explica Eva.
Mi consejo para quien piense en marcharse es que se atreva, que dé el paso y que no tenga miedo de preguntar a quienes ya estamos aquí, porque siempre hay alguien dispuesto a compartir su experiencia
Además, en las aulas irlandesas existe un trabajo colaborativo entre la mainstream teacher, el SET y las SNAs (Special Needs Assistants). “Siempre hay dos o tres personas en clase, lo que facilita un apoyo diario más personalizado y una educación individualizada. Considero que la evaluación debe ir más allá de fichas y exámenes, apostando por un seguimiento continuo que valore todo el proceso de crecimiento educativo”, destaca. Eva recuerda que lo más difícil al principio fue el choque cultural y del idioma. “Llegar a un país nuevo y adaptarme a un entorno laboral distinto supuso un gran reto, al igual que estar lejos de mi familia y tener que resolver todo por mí misma”.
La distancia con la familia siempre es complicada, pero Eva lo tiene claro. “Las redes sociales han sido fundamentales en mi desarrollo personal y profesional. A nivel personal, me permiten mantener contacto constante con mi familia, lo que es imprescindible. A nivel profesional, son una herramienta clave para hacer y mantener contactos, compartir información y dar visibilidad a proyectos”, explica.
El Teaching Council Number, todo un reto
“Obtener el Teaching Council Number fue un proceso muy importante, porque me permitió ser reconocida oficialmente como profesora de primaria en Irlanda”, cuenta. La docente sintió una gran satisfacción al conseguirlo, ya que fue un paso decisivo en su carrera. “A partir de ahí, mi trayectoria cambió mucho: trabajo unas cinco horas y media diarias, con buen salario y en un entorno laboral positivo. Además, he aprendido de mis compañeros irlandeses, incorporando nuevas metodologías y participando en proyectos muy interesantes relacionados con la cultura y la realidad de Irlanda”, añade.
Eva trabaja en varios colegios a la vez, lo que le ha permitido adaptarse rápidamente al funcionamiento de cada centro e integrarse en distintos equipos de trabajo. “También me ha permitido conocer de primera mano las diferencias entre los distintos niveles del sistema educativo irlandés, desde Junior Infants hasta 6th Class, así como observar distintas formas de trabajar de los equipos directivos. Todo ello me ha dado una visión más amplia y flexible de la enseñanza”, cuenta.
Droichead Nasc Education, un proyecto personal
Droichead Nasc Education, (@droicheadnasceducation en Instagram), es el proyecto personal de Eva junto a su compañera Claudia Herrero. Se trata de un servicio de asesoría online para españoles que quieran ser profesores en Irlanda, en colegios, creche o como minders. “La idea surgió al darnos cuenta de todo el trabajo y los trámites que implica el proceso, y de la poca información clara que había disponible. Nuestra intención fue facilitar ese camino y ofrecer apoyo para que otros profesores puedan crecer profesionalmente y aprovechar mejor las oportunidades en Irlanda”, aclara.
Ofrecen una amplia variedad de servicios: apoyo para conseguir trabajo en creches, asistencia con el Teaching Council Number, preparación para entrevistas, ayuda con aplicaciones, documentación, traducciones, elaboración de CV y clases de inglés. También dan orientación sobre vivienda y fomentan la parte social a través de grupos de apoyo, quedadas y viajes por Irlanda.
Trabajar con profesores de distintos lugares de Irlanda, como Dublín, Cork o Galway, es muy enriquecedor. “La mayoría suele venir a Dublín, pero hemos acompañado, por ejemplo, a un profesor de secundaria que se trasladó a Galway o a otros que comenzaron en creches en Cork. Cada persona es un mundo, y nuestra labor consiste en adaptarnos a cada proceso, ofreciendo el apoyo que mejor se ajuste a sus necesidades”, cuenta.
Eva ha logrado construir su vida y crear algo de lo que se siente orgullosa, además de desarrollarse como profesora. “Vivir en el extranjero me ha permitido cumplir esto. Mi consejo para quien piense en marcharse es que se atreva, que dé el paso y que no tenga miedo de preguntar a quienes ya estamos aquí, porque siempre hay alguien dispuesto a compartir su experiencia”, concluye.


