Nerea Guerra, española en Noruega: “No echo de menos trabajar en España. Aquí se respeta mucho la palabra de cada uno, hay menos sobrecarga laboral y el trato entre compañeros es más igualitario”
Española en Noruega
“En Noruega aprendí que la enfermería no es solo curar síntomas, sino acompañar a la persona en todo su ser: cuerpo, mente y entorno”, explica Nerea

Nerea Guerra, española en Noruega

“La enfermería aquí se centra en un enfoque holístico, atendiendo no solo la enfermedad, sino al paciente en su totalidad: física, emocional y socialmente”, cuenta Nerea Guerra, enfermera en Noruega. Originaria de Las Palmas de Gran Canaria, es enfermera desde 2023 y se mudó a Noruega en mayo de 2024 en busca de mejores oportunidades laborales que las que encontraba en España.
“A día de hoy trabajo en Bergen como ‘hjemmesykepleier’, que significa enfermera a domicilio, y estoy a punto de empezar un máster en cuidados intensivos. La motivación principal fue crecer profesionalmente en un entorno distinto y adquirir experiencia en un sistema sanitario diferente al español”, explica a Guyana Guardian.
Tu historia
Españoles en el extranjero
En Guyana Guardian queremos contar tu experiencia en otros países. ¿Te has mudado fuera de España porque tu trabajo está mejor valorado en el extranjero? ¿Has cruzado las fronteras por amor? Si has cambiado de vida lejos de casa, escríbenos a [email protected]
¿Cómo fue su proceso de adaptación al sistema sanitario noruego comparado con el español?
El proceso fue bastante difícil al principio, sobre todo por la barrera idiomática. Yo ya había estudiado noruego, pero no es lo mismo estudiarlo que vivirlo. Además, el sistema sanitario aquí es distinto: el ratio enfermera-paciente es mucho menor que en España y algunas tareas me resultaban nuevas, como los cuidados integrales que se realizan directamente. Aunque aprendemos esto en la carrera, en España es complicado llevarlo a cabo por la falta de personal.
¿Qué diferencias culturales ha notado entre trabajar en España y en Noruega, tanto en la relación con pacientes como con compañeros?
Realmente, no hay muchas diferencias culturales significativas. Noruega es un país muy diverso; en los lugares donde he trabajado, la mayoría de los compañeros no eran noruegos, sino de Suecia, Tailandia, Filipinas, Italia o España. El trabajo en equipo lo veo como un concepto universal. Sí he notado que en equipos con más noruegos el ambiente es más silencioso y tranquilo; no les gusta levantar la voz ni llamar la atención.

¿Cuál fue el mayor desafío que enfrentó al llegar a Bergen y empezar a trabajar como “hjemmesykepleier”?
No lo tomé como un desafío grande, porque ya había trabajado en otros lugares de Noruega y el período de adaptación ya lo tenía bastante asumido. Sí he aprendido a ser más calmada y paciente, porque al trabajar en domicilios tengo un único paciente y el día puede ser monótono si no lo abordas con la actitud correcta. He creado un vínculo muy especial con los pacientes, algo que en España nunca había experimentado en un hospital.
Trabajar en cuidados domiciliarios es muy distinto a un hospital; ¿cómo ha sido adaptarse a este rol en Noruega?
Ha sido totalmente diferente. Soy la única responsable del paciente durante todo el día: desde que se despierta hasta que se acuesta. Esto incluye asearle, preparar su comida, atender necesidades específicas y administrar medicación si es necesario. Es un cuidado integral que me ha permitido desarrollar una relación muy cercana con ellos.
¿Qué habilidades profesionales y personales cree que ha desarrollado más desde que se mudó al extranjero?
Profesionalmente, he aprendido a ser más flexible y adaptable, ajustándome a protocolos y dinámicas diferentes a las de España. He ampliado mi visión de la enfermería y comprendido que el cuidado del paciente puede abordarse de formas diversas. Personalmente, vivir fuera me ha hecho más autónoma, empática y tolerante, enfrentándome a retos que me han dado seguridad para tomar decisiones y resolver problemas por mí misma.
Respecto al idioma y comunicación con los pacientes, ¿cómo ha manejado la barrera lingüística en su día a día?
Fue complicado al principio, especialmente en Kristiansund, donde se habla un dialecto difícil. Al principio me sentía desubicada y frustrada, pero con el tiempo he mejorado mucho. Trabajar en un entorno multicultural me ha ayudado a perfeccionar mi capacidad de escuchar, expresarme claramente y comprender diferencias culturales en la percepción de la salud y los cuidados.
Siempre tendrán un lugar al que regresar si las cosas no salen como esperan, pero la experiencia de trabajar en el extranjero abre muchas posibilidades profesionales y personales
¿Qué aspectos del estilo de vida noruego ha adoptado o le han resultado más sorprendentes comparados con Canarias?
Lo que más me ha sorprendido es la importancia que le dan al contacto con la naturaleza. No esperan al buen tiempo para disfrutar del aire libre; incluso bajo la nieve salen a hacer actividades. También he adoptado un mayor respeto por el equilibrio entre trabajo y vida personal, algo muy valorado aquí.
¿Cómo describiría la relación laboral en Noruega?
En Noruega se trabaja mucho en equipo interdisciplinario y se valora la opinión de cada profesional, incluidas las enfermeras, que tienen más autonomía en la toma de decisiones. He notado que se respeta mucho la palabra de cada uno y existe un trato más igualitario entre compañeros, sin tanta sobrecarga laboral.
Está a punto de empezar un máster en cuidados intensivos; ¿qué le motivó a dar este paso en su formación profesional en Noruega?
Mi motivación es quedarme a largo plazo en Noruega y poder tener un trabajo fijo en un buen hospital. Tras haber trabajado en roles más tranquilos, quiero aprender cosas nuevas y avanzar profesionalmente.

¿Cómo ha influido vivir y trabajar en Noruega en su perspectiva sobre la enfermería y el cuidado de los pacientes?
Me ha permitido valorar el cuidado integral del paciente y entender la importancia de un enfoque holístico. También he aprendido a ser más paciente, empática y flexible, adaptándome a diferentes formas de trabajar y a distintas culturas.
¿Echa de menos algo de la vida o el trabajo en Canarias, y qué valora haber encontrado en Noruega?
No echo de menos trabajar en España como enfermera. He encontrado mi lugar en Noruega, tanto a nivel personal como profesional, y valoro mucho la calidad de vida, el respeto por el tiempo personal y el vínculo cercano con los pacientes.
Finalmente, ¿qué consejos daría a otros enfermeros españoles que estén considerando trabajar en el extranjero, especialmente en un país como Noruega?
Les diría que adelante, que se atrevan. Siempre tendrán un lugar al que regresar si las cosas no salen como esperan, pero la experiencia de trabajar en el extranjero abre muchas posibilidades profesionales y personales.
