Tu historia
Españoles en el extranjero
En La Vanguardia queremos contar tu experiencia en otros países. ¿Te has mudado fuera de España porque tu trabajo está mejor valorado en el extranjero? ¿Has cruzado las fronteras por amor? Si has cambiado de vida lejos de casa, escríbenos a [email protected]
“La hostelería está bastante mal en España en comparación con otros países como Alemania, Austria o Suiza. Siempre quise trabajar fuera para vivir la experiencia y ver cómo era mi oficio en otro país, sobre todo en temas como salarios, horas, vacaciones o descansos”, cuenta Manuel Blanco, chef en Suiza. Manuel es de Talavera de la Reina y lleva tres años trabajando en el extranjero. Tras su decisión, confiesa que no se arrepiente de nada: “El salario es mucho más alto y las horas extra me las compensan con días libres. Además, aquí las horas son muy estrictas: una vez te pasas de las 8-9 horas, ya cuentan como extra desde el primer minuto”, explica en una entrevista para La Vanguardia.
Dejar tu hogar, tu familia y tu trabajo en España para empezar una nueva vida en un lugar desconocido no es fácil y supone un reto importante. “La primera vez que salí de España me costó bastante. Es un proceso duro tener que irte de tu país para mejorar tu situación económica y alcanzar metas como comprarme un coche, una casa o pagarme la boda que quería”, explica. Pese a ello, Manuel confiesa que con el tiempo esa decisión se vuelve más llevadera: “Al final coges una rutina y haces amigos o contactos. Ahora mismo tengo amigos hasta en Uganda”, cuenta.
Después de casi tres años viviendo fuera, Manuel asegura estar bastante acostumbrado al estilo de vida en Suiza, aunque hay algo que sigue costándole en el día a día: el clima. “Llueve mucho y el frío puede resultar duro”, explica. Sin embargo, desvela que el idioma no es un gran problema, porque con inglés puedes comunicarte con la mayoría de la gente, aunque saber alemán está muy valorado.
Diferencias en la hostelería entre Suiza y España
Las diferencias en el sector hostelero en Suiza son notables comparadas con España. “Aquí se levantan muy pronto. Entramos a las 9:00 h de la mañana y trabajamos hasta las 14:00 h, luego tenemos un descanso hasta las 17:00 h y volvemos hasta las 21:30 h. Los horarios de comidas son muy diferentes: desayunan a las 7-8, comen entre las 11-13 y cenan entre las 18 y 20:30 h”, cuenta Manuel. Además, aclara que a él le gusta, porque puede terminar antes y llegar a casa más pronto, algo que en España era impensable, ya que solía volver entre las 23:00 h y las 00:00 h.
Manuel Blanco, chef en Suiza
También explica que en Suiza todo es muy ordenado y puntual; todo se mide al detalle. Otra de las cosas que destaca Manuel es el aprecio hacia el trabajo español. “Suelen valorar la mentalidad que tenemos en la hostelería española. Saben que trabajamos con más ritmo y resolvemos las cosas con rapidez. He coincidido con compañeros de otros lugares y se nota la diferencia tanto en la organización como en la intensidad con la que trabajamos”, aclara. Respecto a la relación laboral, Manuel comenta: “Los jefes son más comprensivos y flexibles. Entienden que vienes a buscarte la vida y suelen facilitarte las cosas, por ejemplo, si pides algún día libre o vacaciones.”
La distancia y los planes de futuro
A pesar de estar bien en Suiza, Manuel confiesa echar de menos España. “Me gustaría no pasar toda mi vida en Suiza y, algún día, poder regresar a España para terminar mi carrera profesional y jubilarme allí, aunque sé que la situación laboral actual lo complica.”
También comenta que en países como Alemania o Austria muchos ciudadanos hacen lo mismo y se jubilan en zonas costeras. “Al dejar de trabajar puedes solicitar el dinero que has aportado a las pensiones y recibirlo directamente, aunque hay ciertas condiciones, como no poder volver a trabajar en Suiza durante un tiempo determinado, creo que unos dos años”, añade.
Suiza
Echar de menos a la familia no es fácil, pero siempre hay que buscar la forma de seguir adelante. “Intento ir a España una vez al mes o que mi mujer venga a verme. Llevamos mucho tiempo a distancia y, aunque al principio fue llevadero, cada vez se hace más difícil. Pese a ello, cuando vienes a Suiza sabes a lo que vienes y con qué propósito”, explica.
En conclusión, vivir fuera también permite crear nuevas relaciones. “Me relaciono con gente de toda Europa y disfruto con ello. Podría decir que tengo amigos en casi todos los países. No suelo coincidir con muchos españoles en el trabajo, pero cuando los encuentro es inevitable relacionarme más con ellos, porque se agradece poder hablar en tu idioma”, aclara.
Por último, Manuel lo tiene claro: si tuviera que aconsejar a alguien para vivir una experiencia así, lo recomienda completamente. “Le diría que aprovechen la oportunidad, que vivan la experiencia y no tengan miedo. Irse fuera me cambió la vida y lo recomendaría a cualquiera que se lo esté planteando”, concluye.

