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“Empezamos con solo 200 euros cada uno, sin sueldo, sin poder gastar nada y viviendo en casa de nuestros padres”: de vivir con lo justo a conquistar a la Generación Z y desafiar la joyería tradicional

Joyas

Érika Romero y Eric Renom, los dos jóvenes catalanes detrás del fenómeno Arena Roja, convirtieron su creatividad y esfuerzo en una marca que conecta con toda una generación

Érika Romero y Eric Renom, los dos jóvenes catalanas detrás del fenómeno Arena Roja

Érika Romero y Eric Renom, los dos jóvenes catalanas detrás del fenómeno Arena Roja

Arena Roja es mucho más que una marca de joyería: es una apuesta por la creatividad, el diseño atrevido y la autenticidad. Nació casi como un sueño adolescente y, poco a poco, se ha convertido en un proyecto sólido que conecta especialmente con la Generación Z. Sus fundadores, Erika y Eric, nos cuentan cómo empezaron desde cero, con recursos limitados, cómo transformaron una idea en un producto real y lo que significa construir una marca cercana, original y con personalidad en un mercado tan competitivo como el de la joyería.

¿Cómo surgió la idea de crear Arena Roja?

Realmente, Arena Roja como tal —la marca— empezó mucho antes del confinamiento. La creé con 17 años, en el verano entre bachillerato y la universidad. Siempre he sido emprendedora, me gusta crear, soy creativa y me encantan las marcas. Así que tenía claro que quería hacer algo, y ese verano me enfoqué muchísimo en crear un proyecto. ¿Qué pasa? Que yo creé la marca Arena Roja, pero no tenía nada que ver con lo que es ahora. Es decir, hacía bolsos de crochet a mano, los decoraba con conchas, y aunque mantenía los colores y el estilo que ahora tiene la marca, el producto no tenía nada que ver.

Arena Roja.
Arena Roja.Cedida

¿Qué ocurrió después? 

Se acabó el verano, empecé la universidad y me quedé sin tiempo para dedicarle a la marca, así que la dejé aparcada. En 2020, estaba hablando con Eric —mi pareja entonces y ahora— y le decía que tenía ganas de emprender un proyecto. Le comenté que quería retomar la marca que había creado el verano anterior y continuar con ella. Pero pensé: el producto no se vendió bien, no hice ventas, no funcionó... Voy a pensar en otro.

¿Y por qué joyas? 

Surgió porque yo no llevaba nada de bisutería: ni anillos, ni pulseras, ni collares. Lo que me compraba se estropeaba, tenía que tirarlo y volver a comprar, cosas muy baratas o, si quería algo que durara, tenía que gastar más de 100 € o irme al oro. Entonces pensé: hay que hacer algo para que yo pueda usar joyas que no se pongan feas, que sean de mi estilo y que no cuesten tanto. Veía un vacío en el mercado. Eric me dijo: “Va, yo te ayudo, lo hacemos los dos y empezamos un proyecto”. Y mantuvimos el nombre porque era mi sueño.

¿Y cuál fue el mayor reto al principio?

Fue difícil encontrar la manera de hacer el producto. Vimos que muchas grandes marcas habían comenzado trabajando con un proveedor de Barcelona que vendía piezas a varias marcas a la vez. Al final, todas competían por precio, y así fue como empezamos nosotros. Recuerdo que íbamos allí y él nos decía: “Marcas como P de Paola empezaron conmigo, y vosotros también estáis empezando conmigo. Ojalá que con el tiempo podáis producir por vuestra cuenta”. Me acuerdo mucho de eso y pienso: ¡Guau, al final lo hemos hecho realidad!

No tenemos miedo a mostrar que lo original, lo chunky, lo grueso, lo divertido, también puede ser elegante

Erika Romero

Fundadora de Arena Roja

¿Cuánto tiempo trabajaron con ese proveedor?

Estuvimos con él unos seis meses, porque no podíamos competir por precio con otras marcas. Dijimos: necesitamos hacer lo nuestro. Al final, creamos esto para diseñar y crear, no para vender cosas que cualquiera puede vender.

¿Y el tema económico cómo lo afrontaron?

No teníamos la capacidad económica para hacer una producción ni para pagar el MOQ (cantidad mínima de piezas). Así que empezamos a reunir dinero y lo reinvertíamos todo. No gastábamos absolutamente nada en nosotros. Recuerdo el trauma de pasar muchísimo tiempo sin poder comprarme nada. No teníamos sueldo, no teníamos nada, y tuvimos la suerte de vivir en casa de nuestros padres, porque éramos muy jóvenes.

¿Tuviste que renunciar a cosas personales?

Totalmente. No podía darme ni un capricho de decir: “Me voy a Zara y me compro un top”. No, no, no. Esos 20 euros prefería invertirlos en mi marca, me daba igual. Y estuve así muchísimo tiempo. Además, nosotras siempre somos de: “Bueno, voy a Zara a mirar”, que es un vicio que tenemos… pues ahí me sacrifiqué.

¿Cuánto tiempo estuvieron así?

Tres años, porque no podíamos contar con la ayuda de nuestros padres; venimos de una familia de clase media que no podía ayudarnos económicamente a crear un negocio. Empezamos invirtiendo muy poco, porque éramos jóvenes y no teníamos mucho, pero poco a poco fuimos construyéndolo, hasta llegar a donde estamos ahora.

Empezasteis con una inversión muy baja. ¿Cómo gestionasteis los primeros gastos?

Sí, empezamos con muy poco: unos 200 euros cada uno, en total unos 400–500 euros. Compramos un poquito de stock y algo de packaging. De hecho, el packaging lo hacíamos a mano con una máquina de coser; me acuerdo de mi padre ayudándome a coser las bolsitas. Dedicábamos más tiempo al packaging que al producto en sí. Así que nuestra primera inversión “seria” fue mejorar ese packaging para no tener que hacerlo todo manualmente y poder centrarnos más en el producto y en crecer poco a poco. Y cada euro que entraba volvía a la empresa.

¿Y ahora cómo estáis gestionando el crecimiento?

A ver, sigue siendo muy difícil. Pensaba que con el tiempo sería más fácil, pero cuanto más facturas, más complicado es todo. Cada decisión pesa más: cuánto invertir en producto, cuánto en contrataciones, en packaging, en proyectos nuevos… todo requiere estrategia. Además, aunque estudié marketing e investigación de mercados, no tengo formación empresarial como tal, así que estamos aprendiendo sobre la marcha, siendo muy autodidactas.

Arena Roja.
Arena Roja.Cedida

Erika, como responsable de redes sociales y comercial, ¿cómo defines la identidad de Arena Roja y cómo logras transmitirla a través de las plataformas digitales?

Yo siempre digo que hacemos todo lo contrario a lo que hace cualquier marca tradicional de joyas. No tenemos miedo a arriesgar. No tenemos miedo a mostrar que lo original, lo chunky, lo grueso, lo divertido, también puede ser elegante. No hace falta ser una persona seria para ser elegante, ni una marca distante para transmitir sofisticación. Creo que hay una transformación muy fuerte en el mundo de las marcas: la cercanía cada vez importa más. Hasta ahora, las marcas de lujo más conocidas siempre han sido muy serias, muy inaccesibles.

Eric, siendo un gran dibujante desde pequeño, ¿cómo influye tu habilidad artística en el proceso creativo de los diseños?

El proceso creativo es un poco complejo, pero para resumirlo: primero creamos un moodboard visual para definir hacia dónde queremos dirigir la campaña y los diseños. Esto nos ayuda a que todo el equipo tenga claro el mismo objetivo y vaya alineado visualmente. Después, los diseñadores —tanto yo como el resto del equipo— hacemos bocetos a lápiz. De esos bocetos elegimos los que más nos gustan y los pasamos al diseñador 3D, que los modela en ordenador. A partir de ahí, utilizamos impresoras 3D que convierten ese archivo STL en una pieza física.

Entonces vemos el producto real por primera vez y, si hay que modificar algo, lo hacemos directamente aquí en nuestras oficinas, donde tenemos el área de diseño. Una vez aprobado, enviamos el archivo al fabricante, que produce un molde y nos envía una muestra real con los materiales definitivos. Si no nos convence algo de esa muestra final, lo retocamos, repetimos el proceso con el archivo STL y volvemos a imprimir con la 3D para enviarlo otra vez al fabricante. Cuando ya está perfecto y nos encaja todo, damos paso a la producción a gran escala.

Los diseñadores hacemos bocetos a lápiz. De esos bocetos elegimos los que más nos gustan y los pasamos al diseñador 3D, que los modela en ordenador. A partir de ahí, utilizamos impresoras 3D que convierten ese archivo STL en una pieza física

Eric Renom

Diseañor 

¿Podéis describir el proceso desde la concepción de una idea hasta la creación de una pieza final?

Las ideas suelen surgir en momentos y lugares súper random. Yo siempre digo que las mejores ideas aparecen cuando estás relajada y fuera de la oficina. Por eso llevo siempre una libreta conmigo, porque mi cabeza no es un lugar seguro y se me olvida todo, así que lo apunto al momento. Mi regla es anotar la primera idea que me venga, por loca que parezca. Vas por la calle, ves algo en una farola y piensas algo extraño… en vez de descartarlo, lo apunto y luego lo desarrollo en la oficina. Muchas veces de ahí sale algo súper guay. Para mí no existe la “idea loca”, existe la idea auténtica.

Arena Roja ha logrado una gran acogida entre la Generación Z. ¿Qué elementos creéis que han conectado con este público joven?

Yo siempre digo que el storytelling es el rey. Hay que contar historias: lo bueno, lo malo, todo. La conexión emocional es la más fuerte que puedes crear con alguien, y cuando tocas los sentimientos de una persona, te quedas grabado en su mente. Creo que eso lo conseguimos explicando todo sobre la marca: anécdotas, victorias, aprendizajes… siendo muy cercanos y transparentes. Incluso contamos la historia de cada pieza: cómo la hemos creado, en qué nos hemos inspirado, qué hay detrás del concepto. Al final, compartimos desde la historia de un producto hasta anécdotas con clientes o experiencias.

Empezamos con muy poco: unos 200 euros cada uno, en total unos 400–500 euros. Compramos un poquito de stock y algo de packaging

Erika Romero

Fundadora de Arena Roja

Arena Roja.
Arena Roja.Cedida

La marca se caracteriza por su estilo “chunky elegance”. ¿Cómo definiríais este estilo y qué lo hace único?

Nuestro estilo se basa en accesorios gruesos: bisutería y joyería de volumen, piezas exageradas tanto en pulseras, collares como en anillos. Sobre todo los anillos, que suelen ser grandes y muy protagonistas. A esto le sumamos nuestra filosofía “más es más”: cuantas más piezas lleves, mejor. Más chunky, más personalidad. Por eso en nuestras fotos nunca verás una mano con un solo anillo; siempre hay dos o tres, igual que con los collares. Creemos que lo chunky también puede ser elegante, y esa combinación —volumen, fuerza y elegancia— es lo que hace único nuestro estilo “chunky elegance” en el mercado.

Mirando al futuro, ¿cuáles son los próximos pasos para Arena Roja?

Mirando al futuro, hay muchas marcas e-commerce muy chulas que están triunfando en redes, y nosotros queremos seguir creciendo en ese sentido. Si abriéramos una tienda física ahora mismo, sería en Madrid, no en Barcelona, porque allí es donde hacemos la mayoría de los pedidos; es la ciudad principal de nuestros clientes. Me gustaría abrir más tiendas físicas en España, además de la de Madrid. Ciudades como Valencia, Bilbao, Sevilla, Málaga o incluso Cádiz están en nuestros planes. Pero para eso necesitamos tener más variedad de producto, porque no queremos ser solo una marca de joyería: nuestro objetivo es ser mucho más que eso.

Laura Villanueva

Laura Villanueva

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Coordinadora de Peludos y SEO en Guyana Guardian. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra y máster en Periodismo Deportivo. Especializada en bienestar y temas sociales. Ha trabajado en Diario de Navarra y Mundo Deportivo.

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