En los últimos años las prescriptoras de belleza como Hailey Bieber han puesto de moda diferentes tendencias relacionadas con el cuidado de la piel, como la glass skin, la dolphin skin o la butter skin. Esta última es la nueva obsesión de las adictas beauty y consiste básicamente en lucir una piel de mantequilla, con un bonito efecto luminoso y sedoso.
La nueva tendencia en redes sociales es una piel muy hidratada y con un aspecto saludable y muy natural. “Cuando hablamos de butter skin, no nos referimos solo a un acabado de maquillaje, sino al resultado de una piel que ha sido cuidada, hidratada y protegida correctamente”, apunta la farmacéutica Karla Pires, que añade que el objetivo es conseguir una piel con textura uniforme y sin signos de irritación. “Necesitamos productos que trabajen en sinergia para fortalecer la función barrera, reducir la inflamación y aportar una hidratación duradera y profunda”, asegura.
Para obtener ese aspecto fundente de la mantequilla, la clave está en los ingredientes de los productos que se usan en la rutina de cuidado de la piel. “El ácido hialurónico es esencial porque retiene el agua en la piel y le da ese efecto jugoso e hidratado que tanto buscamos. Pero también debemos incluir activos como las ceramidas, que restauran la barrera cutánea; los péptidos, que refuerzan la estructura de la piel; y las mantecas vegetales, como la de karité o mango, que aportan nutrición sin dejar sensación grasa”, expone la farmacéutica.
Uno de los ingredientes estrella de la butter skin es la niacinamida, un derivado de la vitamina B3 que mejora visiblemente la textura de la piel, reduce los poros, ilumina el rostro y refuerza la barrera cutánea. “Es uno de los activos más versátiles que existen. Tiene un efecto calmante, regula la producción de sebo, mejora el tono desigual y potencia la hidratación cuando se combina con otros ingredientes como el ácido hialurónico. Es ideal para cualquier tipo de piel”, afirma la farmacéutica, que recomienda introducir otros ingredientes como el aceite de jojoba o el aceite de rosa mosqueta.
La niacinamida es uno de los activos más versátiles que existen. Tiene un efecto calmante, regula la producción de sebo, mejora el tono desigual y potencia la hidratación”
Una vez se tiene la piel preparada, llega el turno del maquillaje, que tiene un papel clave para lograr el efecto luminoso. Aquí juegan un papel fundamental las bases e iluminadores líquidos, los bálsamos multifunción o los coloretes en crema que aportan instantáneamente el efecto buena cara.
“Un truco que recomiendo mucho es aplicar la base de maquillaje después de un aceite facial ligero o una crema rica que deje un velo de hidratación en la piel. Así consigues ese efecto ‘mantequilla derretida’ que se desliza sobre el rostro y no marca imperfecciones”, dice la maquilladora profesional, Cristina G. Nuevo, portavoz de Planet Skin. “Lo importante es evitar acabados mates y buscar fórmulas glow, que se integren bien con el skincare previo y realcen la textura saludable de la piel”, añade.

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La butter skin es apta para todo tipo de pieles y básicamente se deben adaptar los productos y texturas al tipo de piel de cada una. El objetivo siempre debe ser el de restaurar, calmar e hidratar bien la piel.