Estaba a punto de empezar el verano cuando la esteticista y empresaria Natividad Lorenzo (que ya había cumplido más de 40 años en el ejercicio de su profesión), celebraba el décimo aniversario de la apertura de su centro en Madrid.
En el espacio de exposición de Porsche -marca con la que colabora habitualmente, como congresista-, se unieron clientes de la esteticista, periodistas y directores de marcas cosméticas, para ser testigos de una celebración mucho más emotiva de lo esperado.

Aida Folch, una de las asistentes al acto organizado por Porsche y NL
Y es que además de hablar la anfitriona, -que destacó, entre todos sus agradecimientos, el que siente por sus clientes-, tomaron el micrófono una de sus empleadas y una de sus pacientes. Esta última emocionó cuando habló de cómo Natividad Lorenzo le había acompañado en la adolescencia cuando se presentaron sus problemas con el acné, y muchos años después, cuando estuvo en proceso de terapia oncológica.
¿Qué importancia tiene en tu carrera la especialidad en estética oncológica?
Mucha. Siempre he sido consciente de la ayuda que se puede aportar desde la estética a una persona con problemas de salud y diría que es la parte que más me llena de mi trabajo. La aportación de los tratamientos de cabina, sobre todo de los manuales, es más importante de lo que puedas imaginar. Yo lo comprobé con mi madre, enferma de Parkinson, antes de especializarme. Todos sus síntomas se suavizaban y mejoraba su calidad de vida. Una persona que se cuida mientras sufre una enfermedad lleva mejor los síntomas, los suaviza e incluso tiene momentos del día en que olvida las preocupaciones. Aportamos relajación y disfrute del presente. Pero además las manos tienen una gran capacidad terapéutica y calmante, y facilitan el proceso. Por otro lado, al ser humano le importa mirarse al espejo y verse bien, desde la infancia. Es algo inherente y que tiene un importante efecto sobre el ánimo, la ilusión, las ganas, la actitud… Y en un momento crítico como es el de una enfermedad, eso debe cuidarse especialmente. Por último, añadiría algo importante: la piel sufre mucho con la terapia oncológica y necesita un extra de cuidados no por estética sino por salud.
La rutina en casa es lo más básico, pero una apuesta por un cuidado completo debe incluir la cabina
Tienes otra especialidad: la de post operatorios. Sabemos que entre tus clientes has tenido a otras empresarias de la belleza.
Es una especialidad en la que estamos muy pocos, y por eso en algunas ocasiones han recurrido a mí compañeras de profesión. Imagino que si lo sabes es porque ellas te lo habrán contado. Se habla poco de lo necesarios que son los tratamientos en cabina tras una operación de cirugía estética. Pero son fundamentales para evitar asimetrías, o para que el tejido reaccione adecuadamente, para reducir el dolor, para acortar el periodo de recuperación, para obtener el resultado final esperado…
¿Cómo surgió la creación de su propio centro?
Era el paso natural tras casi 30 años de experiencia en cabina. Tenía clientes muy fieles. Necesitaba dar un paso más: abrir un espacio en el que trabajar con un equipo formado por mí. Un lugar en el que tener la tecnología vanguardista en la que ya había empezado a invertir. Además, quería colaborar con un médico. Siempre he pensado que los servicios médicos y los estéticos se complementan. En mi centro cuento con grandes profesionales de la medicina.

El centro de estética Natividad Lorenzo cumple su décimo aniversario
Tiene clientes famosos. ¿Les da algún trato especial?
No, para mí todos son iguales. La discreción es importante, no hablo de los clientes sean o no conocidos. Es verdad que agradezco mucho cuando alguno de ellos cuenta su experiencia en medios o en las redes. Me encanta y me siento agradecida.
¿Cómo ha cambiado la demanda en estos años?
Lo primero que destacaría es que ahora tengo muchísimos más clientes masculinos que antes. La estética, tanto por su vertiente de la belleza como por la de salud, interesa actualmente mucho más a todo el mundo. Pero para responder a tu pregunta yo diría que ahora conviven dos formas opuestas de demanda: una tiene que ver con la aceptación de los signos de la edad y las imperfecciones y con la búsqueda de naturalidad y salud ante todo. Esta tendencia convive con otra muy nueva, común entre gente muy joven, y que tiene que ver con la búsqueda de una perfección imposible. Es decir, el cambio de tendencia que he presenciado en las últimas décadas une la estética del desenfado, inexistente hace 40 años, con la de la perfección que se está promoviendo desde el uso de filtros y redes. Es increíble cuánto influyen esos filtros tan falsos en el concepto de belleza de los más jóvenes.
Adelgazar, definir la figura y rejuvenecer, siempre fueron las metas perseguidas. ¿Es posible perseguirlas sin recurrir a la medicina?
Claro que sí. Las manos ayudan mucho a cualquiera de los tres objetivos, pero hoy día además contamos con un sinfín de tecnologías con las que logramos resultados verdaderamente satisfactorios: radiofrecuencias, ultrasonidos focalizados, láseres, sistemas que promueven la marcación muscular….
¿Qué le diría a quienes no recurren nunca a la cabina del centro estético?
Que se están perdiendo algo importante. La rutina en casa es lo más básico, pero una apuesta por un cuidado completo debe incluir la cabina. En una simple visita en que tal vez solo se le haga una limpieza profunda al cliente, algo que necesita el 100% de las personas por mucho que se limpien en casa, la profesional podrá valorar las necesidades de la piel, crear un protocolo individualizado y dar recomendaciones para que la rutina domiciliaria resulte más efectiva. En general, se nota mucho la diferencia entre las personas que cuentan con la ayuda de una esteticista y las que no. Muchas veces se mira a los actores y las actrices como modelos de belleza. Y precisamente su clave está en eso: ellos no abandonan la visita a cabina bajo ningún concepto.

Productos de la marca de cosmética NL
Ha lanzado su propia marca de cosmética. ¿Cómo surgió?
Siempre he trabajado con marcas de alta gama. En una jornada de formación coincidí con los propietarios y directores de unos laboratorios españoles muy conocidos. Fueron ellos, que conocían mi trayectoria y mis valores, quienes me ofrecieron la oportunidad de crear mi marca. Ya le había dado vueltas al tema junto a mi hija Sara (Alcolea), que es farmacéutica. Y eso fue lo que me faltaba para decidirme. Hubo mucho trabajo previo entre el laboratorio, mi hija y yo. La primera línea tardó años en crearse. Después fue todo tan bien y tan rodado que no hemos parado. Nuestra filosofía fue desde el principio la de ofrecer alternativas muy cargadas de activos, con texturas agradables, a un precio razonable. Solo ahorramos en los envases que son siempre cómodos y prácticos, pero nada lujosos. Sin embargo, el contenido sí podría considerarse lujo.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con su hija?
Cada vez me gusta más. Nos respetamos. Ella me explica cosas que desconozco y a la vez aprende de su colaboración conmigo. No puedo evitar imaginarla haciéndose cargo de mi marca en el futuro.
My favourite things
Un restaurante: Voy a nombrar dos de Madrid, Divina Dolores y Gilda
Un cosmético: Cualquiera de mi marca, NL. Y también me gusta mucho Natura Bissé
Un lugar al que escapar: A Sancti Petri, siempre
Un deporte: La hípica
Un tema musical: Soy muy de boleros
Una marca de moda: Max Mara
Un perfume: Chanel Coco Mademoiselle
Un plato: Cualquier arroz bueno
La última revolución en estética: No nombraría a nada en particular porque creo que los grandes resultados se obtienen de la unión de tecnologías, disciplinas, activos y técnicas.