Un mar de piedras desnudo azotado por el viento planta cara al océano con rocas orgullosas que se mantienen en pie siguiendo una lógica indescifrable. El Burren, en la costa oeste de Irlanda, es un paisaje duro, surcado de hendiduras y grietas por las que asoman flores y plantas que practican la resiliencia desde mucho antes que el concepto se inventara. Este parque natural, donde no hay huella de turismo masivo o reels repetitivos con voces de IA, ha inspirado a músicos, escritores y poetas, como el Nobel Seamus Heaney. También atraparon a Sadie Chowen que, con el equipaje cosmopolita de una vida en el sur de Francia, París y Londres, lleva más de 20 años dirigiendo un proyecto que respira autenticidad por todos sus poros: The Burren Perfumery.
¿Por qué llama la atención un negocio que parece estar lejos de todo y a la vez muy cercano a la tierra? Por sus perfumes, cosmética, velas y jabones orgánicos, hechos a mano y a la vista. También por sus jardines, su entorno y un delicioso salón de té con tartas y pan caseros y un menú de sopas, ensaladas y quesos locales en el que triunfan las hierbas y los vegetales de su bien cuidado huerto. Lo suyo es coger la bandeja y buscar alguna de las mesas repartidas y casi escondidas por los rincones del jardín. Felicidad – de la simple, de la buena– cuando sale el sol y los colores se iluminan.
Las flores silvestres del Burren sobreviven en condiciones extremas.
“La perfumería se fundó en 1972. Me incorporé en el 98 y me encantó la mezcla de gente involucrada, el potencial que veía en los perfumes y productos, su alta calidad, la atención al detalle y su relación con el paisaje”, relata Sadie Chowen. “Entonces éramos tres; hoy estamos orgullosos de contar con un equipo de 52 personas”, dice.
No tenía experiencia previa como perfumista, pero sí una idea muy clara de las fragancias que quería crear “para capturar la frescura de la naturaleza del Burren, la inmediatez de los aromas, la luz y el clima siempre cambiante”.
Estamos orgullosos de contar con un equipo de 52 personas”
Paisaje olfativo
En el 2005 hipotecó su casa para financiar la primera colección de perfumes, Burren Botanicals. Spring Harvest, Summer Harvest, Autumn Harvest y, más tarde, Winter Woods. “Se basan en los aromas reales que se perciben en la perfumería en las diferentes épocas del año. Es como intentar pintar un paisaje a través del olfato, algo muy personal. Trabajé con Sylvie Jourdet y Katell Plisson, de Creassence, en París, para que me ayudaran a dar vida a estos primeros perfumes. En aquel momento, eran muy diferentes e inusuales. ¡Un perfume con hierbas frescas era muy nicho en 2005! Imagínate bajar a los jardines de la perfumería en una mañana de primavera después de la lluvia y recoger un gran ramo de hierbas: melisa, menta, hinojo… Es fresco, verde y directo. Spring Harvest sigue siendo uno de mis preferidos”, comenta.
La cosecha de verano es un perfume ligero, soleado, fácil; la de otoño capta los aromas maduros de moras, grosella negra y ortiga ácida; los bosques de invierno exploran las notas aromáticas de la mejorana silvestre -también llamada mayorana-, el romero, en su faceta más amaderada, y se alegra con un toque fresco de bergamota. Y luego están las flores, claro. El a priori desolado Burren es una joya botánica que contiene el 70% de todas las especies florales de la isla, entre ellas orquídeas y flores silvestres raras o que solo se encuentran en zonas aisladas, además de plantas árticas, alpinas y mediterráneas.
Hay visitas guiadas gratuitas y talleres de perfumería y cosmética para conocer los jardines y ver in situ la elaboración de los productos
Regalos artesanos
“Mis flores favoritas del Burren son la reina de los prados, con su toque de miel y almendra -los lugareños la utilizaban para endulzar la compota de manzana-. Destaca por sus propiedades tonificantes para la piel y se deja sentir en nuestro perfume de verano. Otra es la orquídea silvestre, con su aroma tan exótico y rico para ser tan pequeña. Se ven muchas aquí en julio y son la nota principal del Eau de Parfum Ilaun. También me encanta el aroma del enebro, la baya de color púrpura que se utiliza para elaborar ginebra, con su fragancia profunda, afrutada y amaderada, que suelo incluir en lociones corporales y velas”, explica Sadie Chowen, al frente de The Burren Perfumery.
Ya no recolectan ni destilan las plantas de la zona, porque el Burren es ahora parque nacional y zona especial de conservación. “Trabajamos con cultivadores especializados para obtenerlas”, precisa. Sus fórmulas incluyen también materias primas de distintos lugares del mundo, seleccionadas por su calidad.
Ya no recolectan ni destilan las plantas de la zona, porque el Burren es ahora parque nacional y zona especial de conservación
La perfumería ofrece visitas guiadas gratuitas para ver de cerca la fabricación artesanal de sus productos, jardines y cultivos -se puede hacer por libre si no va bien por horario-. “A la gente le cuesta entender la cantidad de plantas que se necesitan para obtener un aceite esencial -por ejemplo, 400 kilos de tomillo recién cosechado para un kilo de aceite esencial-. En el caso de las flores más preciadas, las cantidades son mucho mayores. Necesitaríamos 4.000 kg de pétalos de rosa recién recolectados para 1 kg de aceite de rosa. Son ingredientes preciosos en todos los sentidos y me siento muy privilegiada de trabajar con ellos”, afirma Chowen.
“Gran parte de mi trabajo consiste en buscar y probar cientos de ingredientes, tanto para perfumes como para el cuidado de la piel, y actualizar constantemente nuestra biblioteca de materias primas. Me gusta saber exactamente dónde se cultivan y procesan. Ese es el hilo conductor de los productos de The Burren Perfumery”, describe.
Los productos son artesanales y están inspirados en el rocoso paisaje de la zona
Para freaks de la cosmética y los aromas -una lo es- la visita sorprende por su transparencia y su frescura -además del té calentito y un pastel de zanahoria casero si en ese momento toca resguardarse del clima-. Si los olores son una puerta abierta a la memoria, aquí envuelven un paisaje que se queda dentro. Los jabones, las velas y los bálsamos labiales son una buena opción para quien viaje en avión y sin facturar -envíos gratuitos a todo el mundo a partir de 70 euros-.
Entre los favoritos de Sadie Chowen el jabón de Castilla orgánico Atlantic Coast y su loción corporal -200 ml-; el Eau de Parfum 100 % natural Néroli 50 ml y el Eau de Parfum 100 % natural Wild Rose 50 ml. “Fue el primero 100 % natural que creé. Me llevó cuatro años y utiliza las materias primas más exquisitas y aceites muy preciados, como la rosa centifolia de Grasse. Lo uso casi todos los días y a menudo por la noche”, apunta.
La perfumería es pueden oler los distintos aromas según la época del año
Aprovechar el viaje
The Burren Perfumery está en Carran, a 35 kilómetros de los Cliffs de Moher, el reclamo turístico más popular de Irlanda -aconsejamos visitarlos al atardecer, cuando las aceleradas visitas de un día desde Dublin ya están de vuelta-. Si va en coche le queda cerca el dolmen de Poulnabrone, el monumento megalítico con la datación más antigua de Irlanda. Está en el corazón del Burren. Solitario, aguantando el peso de la historia. No hay colas para hacer fotos y sí tiempo para disfrutar del silencio. Se agradece.
