El envejecimiento de la piel no solo se nota en arrugas y manchas, también los poros pueden delatar del paso de los años. Aunque a veces se puede relacionar el aspecto de los poros con la limpieza, por un exceso de grasa o la aparición de puntos negros, lo cierto es que también puede ser una señal del paso del tiempo.
“Con los años, perdemos firmeza y esos poros se van dilatando y se van quedando cada vez más grabados. Son una señal de que estamos envejeciendo”, afirma la cosmetóloga y creadora de Byoode, explica Raquel González.
Los poros se marcan más con el paso del tiempo
Aunque para muchos esta señal puede pasar desapercibida, se deben tomar medidas porque, como recuerdan las expertas en dermocosmética, a medida que se envejece disminuye la producción natural de colágeno, elastina y ácido hialurónico, afectando directamente a la firmeza de la piel.
Esta pérdida hace que los poros se vean mucho más dilatados. “Se le suma también una renovación celular cada vez más lenta. Eso favorece la acumulación de células muertas alrededor del poro, lo que lo hace parecer aún más grande”, señala la directora dermocosmética de Perricone MD, Mireia Fernández.
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Para mejorar la apariencia de los poros, la clave está en reforzar la piel desde distintos frentes. El primero de ellos es la exfoliación, tanto física como química. Los activos clave para activar los procesos de regeneración son los ácidos ácidos glicólico, salicílico o la gluconolactona, que ayudarán a que los poros se vean mucho más pequeños.
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“A veces, los poros parecen más grandes por el cúmulo de células muertas si hay escasez de exfoliación. También parecen más grandes cuando la piel necesita un boost -un potenciador- de regeneración, algo para lo que nos pueden ayudar ingredientes como el retinal, los péptidos o la vitamina C”, indica Raquel González.
A veces, los poros parecen más grandes por el cúmulo de células muertas si hay escasez de exfoliación”
Además de la exfoliación y de introducir estos activos clave, la dieta también puede afectar. “Aunque los alimentos no influyen como tal en el tamaño de los poros, sí pueden influir en la cantidad de grasa que produce la piel. Comidas muy grasas o industriales tienden a provocar exceso de sebo que se deposita en los poros y genera la sensación de que están más dilatados”, expone la directora nutricional de Advanced Nutrition Programme, Marta Agustí. Ese exceso de grasa, sumado a una renovación celular más lenta, puede derivar en puntos negros o granitos. “Si se acumula mucha grasa en los poros y no se trata, tiende a oxidarse, lo que da pie a los famosos puntos negros”, añade Mireia Fernández.
Retin-A Night de Byoode es un sérum de noche (75 euros)
Más allá de la alimentación, también entran en juego algunos hábitos como fumar, que debilita la estructura de la piel y hace que los poros se vean más grandes, o el alcohol. “Deshidrata la piel y dilata los vasos sanguíneos. Además, favorece procesos inflamatorios que derivan en glicación, reduciendo el colágeno y acentuando la sensación de poro dilatado”, concluye González.


