A veces es la persona, pero no el momento. Otras, el momento, pero no la persona. El amor es complicado y las rupturas a menudo generan esa incertidumbre que nos hace preguntar cuándo encontraremos a nuestra media naranja. Algunos tienen la suerte de hacerlo en su adolescencia, otros llegados a la vejez. No hay una ciencia exacta que determine cuando es el momento ideal para enamorarnos, pero sí existe una ecuación matemática que ha dado con la edad óptima para hacerlo.
Hannah Fry investigó el número de parejas que se tienen que rechazar antes de encontrar a la pareja ideal
Hannah Fry, profesora de Matemáticas de University College London investigó en 2017 el número de parejas que se tienen que rechazar antes de encontrar a la pareja ideal, con el objetivo de conocer el momento exacto en el que debemos dejar de buscar y quedarnos con el candidato más acertado que aparezca a partir de entonces. Una teoría conocida por los científicos como “teoría de la decisión” o “teoría de la parada óptima”.

Hannah Fry, profesora de Matemáticas de University College London
La regla indica que el éxito en las relaciones llega después de llegar tras conocer al 37% de los candidatos amorosos en tu vida. Por ejemplo, si vas a tener 20 citas con 20 personas distintas, sería bueno que rechazaras las 8 primeras y eligieras a la primera persona que aparezca con unas características mejores a las anteriores. Algo que, según Hannah, parece muy frío y matemático a simple vista, pero que los humanos solemos hacer inconscientemente. Ella misma cuenta que encontró a su actual marido en el 38% de sus parejas potenciales.
El éxito en las relaciones llega después de llegar tras conocer al 37% de los candidatos amorosos en tu vida
Siguiendo esos cálculos, alguien que empiece a salir con otras personas a los 15 años, debería esperarse hasta los 24 a comprometerse y tendría más posibilidades de encontrar el amor verdadero entre los 27 y los 35 años. Sin embargo, esta teoría presenta algunos inconvenientes como, por ejemplo, el riesgo a un rechazo constante mientras se espera un amor platónico que nunca llega, algo que nos podría llevar a “envejecer maldiciendo las Matemáticas hasta la tumba”, según Fry. También podría suceder lo contrario, que tu media naranja desafíe a las matemáticas y correr el riesgo a rechazarlo por haber llegado a tu vida antes del tiempo marcado por la ecuación.

La teoría presenta algunos inconvenientes como, por ejemplo, el riesgo a un rechazo constante mientras se espera un amor platónico que nunca llega
Por estas razones, la investigadora reconoce que las emociones y las matemáticas no siempre van de la mano, aunque espera al menos persuadir a la gente de que la ciencia y los números nos pueden ofrecer una nueva perspectiva en cuestiones del corazón. Así que la próxima vez que tengas dudas y debas tomar una decisión en tus relaciones, esta ecuación podría ayudarte en tu elección. Eso sí, sin olvidar que el amor y las relaciones son experiencias únicas que requieren de decisiones muy personales.